Tras la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, uno de los establecimientos que continuarían prestando un servicio a la ciudadanía serían las farmacias. Expuestos al riesgo, a pecho descubierto, se mantienen al pie del cañón, mientras tan sólo reciben el silencio de las instituciones como respuesta a sus demandas.

En los últimos días, este colectivo ha reclamado medidas para garantizar su seguridad en un entorno laboral que implica un riesgo mayúsculo. Al igual que el personal sanitario, los farmacéuticos están en la vanguardia, sin más protección que la que ellos mismos se buscan para proteger sus vidas y las quienes les esperan en casa.

Cada día, miles de personas desfilan por cada una de las más de 22.000 oficinas de farmacia que hay diseminadas por el territorio nacional en busca de medicamentos necesarios. Cualquiera de sus clientes podría constituir una amenaza silente, transportando un virus que desconocen poseer.

El silencio de las administraciones lo rompió el lunes Fernando Simón, tras ser preguntado por el peligro que comporta para el personal farmacéutico desempeñar su labor sin medios de protección o con métodos pedestres. “Son riesgos propios de su profesión”, alegaba el epidemiólogo que, con estas palabras, rechazaba el refuerzo de las medidas de seguridad en las farmacias.

Estas palabras han levantado ampollas entre los farmacéuticos, que reivindican su peligrosa posición en la batalla contra el enemigo invisible que avanza incesante. Sienten que su propio Gobierno le ha dado la espalda en un momento crucial y solicitan medidas para prevenir los posibles contagios propios de un servicio cara al público.

"También somos sanitarios"

Alba regenta una oficina de farmacia en Alcorcón, junto a su madre, y nos cuenta cómo se viven estos días en un establecimiento al que no llegan los ojos de las instituciones e incluso de los medios de comunicación. “Nosotras no tenemos medios ni para protegernos ni para proteger a los demás”, asegura.

Esta joven farmacéutica lamenta la falta de visibilidad de sus compañeros ante esta emergencia sanitaria. En ocasiones “nos vienen primero a nosotras en busca de ayuda y luego al hospital”, por lo que “la amenaza de contagio” está en el aire constantemente. Denuncian que ni siquiera han tenido un mínimo protocolo de actuación y “hemos puesto de nuestro bolsillo” pantallas protectoras y líneas de seguridad.

Pantallas protectoras en una farmacia de Alcorcón. Fuente: ElPlural.com

No somos médicos, pero también somos sanitarios”, lamenta Alba. A su vez, declara que “somos los primeros olvidados para los políticos cuando nosotras estamos dispuestas a ayudar pese al riesgo de contagio”, aclara. Una situación que les ha llevado a casi a la desesperación, hasta el punto de que ninguna puede caer para que la farmacia permanezca abierta.

Asimismo, pide al Ejecutivo que se implementen medidas de protección y que “nos escuchen alguna vez” ante la situación de desamparo que atraviesan.

Condiciones "infrahumanas"

En estos mismos términos se ha movido Luis González, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Madrid (COFM). En declaraciones concedidas a ElPlural.com, González ha aprovechado para lanzar un mensaje a todos sus colegas, “tanto los que están en farmacias como en hospitales”, para “agradecerles” todo el trabajo que están haciendo.

Solucionamos todos los días muchos problemas a la población”, explicaba el presidente de la COFM, quien ha valorado también las “desafortunadas” declaraciones de Fernando Simón. “Han sido unas palabras vergonzosas”, lamenta González antes de instar al epidemiólogo a pedir perdón “si tiene un poco de humanidad”.

Somos profesionales sanitarios y nadie lo duda”, exclama. “Estamos en la misma línea de fuego que mis compañeros médicos y enfermeros”, detalla el dirigente del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, quien ha lamentado que las medidas de protección que se observan en las oficinas de farmacia “nos las hemos buscado nosotros”. “Están trabajando en condiciones infrahumanas”, añade González.

Reconoce que hasta ahora “estábamos callados”. Sin embargo, las palabras de Fernando Simón han enardecido a los farmacéuticos hasta límites insospechados. “No podemos permitir que nos traten así. Necesitamos medidas para demostrar el valor del que habla Simón”, sostiene Luis González, quien también ha tenido palabras de reconocimiento y agradecimiento para “el personal del supermercado" porque están realizando una "labor extraordinaria”.

El enfado de los farmacéuticos tardará en apagarse. Sobre todo si las peticiones de estos profesionales son desoídas y mantienen su exposición ante el coronavirus sin más parapetos que los que ellos mismos se fabrican o buscan.