Vallisoletanos, Vallisoletanas. Hoy preside la ciudad una concejala de VOX. Alcaldesa accidental por decreto de sustitución. Un día para la historia. Triste. Aunque para algunos será un motivo de alegría. El PP es el caballo de Troya de la ultraderecha en las instituciones”.

Con este tuit del ex alcalde socialista de la capital vallisoletana, Óscar Puente, se avisaba a los ciudadanos de que desde este martes, por decreto de la alcaldía, la ciudad que atraviesa el Pisuerga, será gobernada, en calidad de alcaldesa accidental, por la concejala de Vox y primera teniente de alcalde, Irene Carvajal Crusat al haber firmado un decreto de sustitución por ausencia, el propio alcalde del PP. Carvajal, jueza de profesión, fue la candidata del partido de extrema derecha a la alcaldía de Valladolid en las pasadas próximas elecciones municipales del 28 de mayo.

Alcaldía Valladolid vacaciones.

El PSOE ganó las municipales, pero el PP pactó con Vox

Los socialistas, con Oscar Puente a la cabeza, ganaron las elecciones municipales. El PP, en contra de las tesis acomodaticias de Alberto Núñez Feijóo de que gobierne la lista más votada, perdió el gobierno local merced a un pacto de las dos derechas, la dura y la extrema, PP y Vox. El candidato popular, Jesús Julio Carnero. Se aupó al sillón de la alcaldía gracias al apoyo de los tres concejales de Vox, ediles indispensables para lograr la mayoría absoluta. Hoy, el PP da una vuelta de tuerca al pacto de gobierno y se va de vacaciones dejando la alcaldía en manos de la ultraderecha.

Vox, con tres ediles, preside la ciudad

La Valladolid más reaccionaria, la que se hizo famosa como “Fachadolid” durante la Transición política, vuelve, y lo hace sin remilgos ni disimulos. Una ignominia que 300.000 vecinos y vecinas sean gobernadas, aunque sea “accidentalmente” por una alcaldesa de la extrema derecha si se tiene en cuenta que los socialistas fueron los más votados con más de 58.000 votos y 11 concejales frente a los 3 ediles de Vox y solo 18.738 papeletas en las urnas.

Fachadolid vuelve

Fachadolid fue el apelativo con el que se conoció a la ciudad  al comienzo de los ochenta. Su origen hay que anclarlo en un artículo en Intervíu. Y es que entre 1979 a 1981, Valladolid sufrió una oleada violenta ligada a la extrema derecha local. En aquellos negros (o azules) momentos se produjeron atentados contra un gobernador civil o el cine Cervantes. También hubo tiroteos en el bar "El largo adiós" así como agresiones, extorsiones y secuestros. En las sedes de varios partidos políticos y sindicatos se colocaron artefactos explosivos, así como en el Ayuntamiento, la Universidad, el periódico El Norte de Castilla o algunas librerías. Un nido de facherío, en definitiva.

Ahora, vendía bien recordar las palabras pronunciadas por el socialista Óscar Puente durante la toma de posesión del nuevo alcalde del PP con relación a los socios ultras: Llegará el sectarismo a la ciudad en “los próximos años por la inclusión en el gobierno de una formación política que hace de la intolerancia, el negacionismo, el machismo y la xenofobia sus principales señas de identidad”. Ya ha comenzado al máximo nivel, designando alcaldesa “accidental” a una miembro de la extrema derecha.