Hace dos días los Mossos d'Esquadra conseguían detener a un hombre que estuvo hasta cinco horas atrincherado en la azotea de un supermercado amenazando con tirarse. Posteriormente hemos sabido que el hombre había llegado allí después de huir, campo a través, de la casa de su ex pareja tras haberla prendido fuego

Ahora la Policía custodia el piso, que ha quedado completamente inhabitable, mientras la víctima permanece en estado grave, recuperándose en el Hospital Vall d'Hebron de las quemaduras de tercer grado en hasta el 60% de su cuerpo.
 
Tras la escena de la azotea, el agresor permanece custodiado en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición del juez. Acumulaba varias denuncias previas y, a principios de esta misma semana, un juez le había impuesto una orden de alejamiento de la víctima de 500 metros a raíz de las amenazas de muerte y palizas que anteriormente había propinado a su ex mujer. 

Una tragedia sobre la que muchos se preguntan si se podría haber evitado. "Cada dos por tres venía y le amenazaba y le pegaba", contaba una de las vecinas de la víctima. Sin embargo, ni Mossos ni Policía consideraron necesario imponer medidas de vigilancia o cualquier tipo de medida extraordinaria al evaluar el nivel de riesgo del caso como "bajo". Una decisión que ahora se ha demostrado errónea. 

Ella ha sobrevivido gracias a la intervención de su vecino, Younnes Talha, que la sacó de la casa en llamas antes de que llegasen los bomberos. "Cuando llegué, a tres o cuatro metros, él me vio y salió corriendo", relataba Talha.  Ante la impotencia que genera este suceso, muchas asociaciones contra la violencia machista han reclamado una revisión de los protocolos para intentar que no vuelva a infravalorarse el riesgo que corre una víctima. ​