En cualquier supermercado, los consumidores pueden encontrar gran variedad de pollo. Al pasar por las neveras se atisban diferentes variantes, desde el de corral, al ecológico, pasando por el campero. El pollo de corral es, para muchos, el de más calidad, además de ser mucho más caro. Sin embargo, esta variante esconde un secreto desconocido por el público. No existe.
La legislación vigente no sostiene esta denominación. Como la normativa que regula la carne no contempla el término tal y como lo conocemos, no está asegurado que el animal no haya sido criado de la misma manera que uno industrial.
Propollo, la patronal de los productores, ha llegado a asegurar que los beneficios nutritivos entre el pollo de corral y el industrial es muy parecido, a pesar de que el precio del primero es mucho mayor.