El rey emérito, Juan Carlos I, ha anunciado a través de una carta dirigida a su hijo, el actual monarca, Felipe VI, que abandona España: "Guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España.Una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad".

Determinación por la que ha optado después de los escándalos que llevan rodeando su figura desde hace unos meses, como que estaba detrás de la "Fundación Lucum", organización a través de la cual, presuntamente, habría recibido grandes donaciones de dinero del gobierno de Arabía Saudí. Desde ese momento, numerosas noticias no han parado vincular al emérito con actos delictivos por los que será investigado.

Pero esta no ha sido la primera vez que Juan Carlos I ha estado en el disparadero en los últimos años. Otra de estas ocasiones tuvo lugar en el año 2012, cuando el emérito pidió perdón a la salida del hospital después de haberse roto la cadera durante un viaje a Botsuanaen el que asistió a una cacería. El ocultismo de dicho desplazamiento a la sociedad española, así como su fotografía con un elefante muerto detrás, propiciaron las recordadas palabras: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”