Durante los meses de confinamiento, las carreteras han sufrido una reducción de movilidad, aunque quizás, la institución más perjudicada ha sido la Dirección General de Tráfico (DGT), quienes no han podido inflar su cuenta bancaria.  

En 2019, la DGT recaudó 182,6 millones de euros en multas captadas por radares fijos y de tramo, lo que supone un descenso del 19,7% comparado con 2018 y 2017. Durante esos años, la recaudación superó los 200 millones de euros, en concreto, 277 millones en 2018 y 223 en 2017.

Por tanto, se puede considerar que fueron unos años buenos. Sin embargo, en 2019 las multas cayeron en picado, hecho que se ha acrecentado durante 2020. Este año el movimiento de las carreteras ha descendido tras pasar varios meses encerrados en casa.

Ante esto, la DGT se ha visto en la necesidad de incorporar una nueva ‘arma’. Se trata de un nuevo radar denominado TruCAM II. Esta herramienta, formada con una moderna tecnología, va a permitir detectar vehículos que rebasen la velocidad a una distancia hasta ahora impensable.

TruCAM II es capaz de medir distancias entre 1,2 y 1,5 kilómetros, con velocidad por encima de los 300 km/h, con un margen de error, supuestamente, de apenas 2 km/h.

Al igual que otros radares, se basa en la medición de un sistema láser. Asimismo, no solo va a detectar las infracciones por velocidad, sino también la conducción agresiva, las distracciones a bordo o no llevar el cinturón de seguridad, apunta el fabricante.

Esta nueva ‘arma’ cuenta con una alta fiabilidad. El sistema de autofoco dinámico va a permitir observar la matrícula de los vehículos con mayor nitidez, captar imágenes cada tres décimas de segundos y enviar imágenes con mayor rapidez.

Sin duda, esta herramienta hará que la DGT recupere todo lo perdido.