Las enfermedades autoinmunes representan uno de los universos más complejos del mundo médico. Y en este panorama, la celiaquía ocupa un lugar destacado, por su extensión entre la población, pero también porque cada día se conoce más sobre ella. Sin embargo, el rápido avance desde el desconocimiento de esta dolencia ha dejado en el camino varios mitos y falsas creencias entre la población, como que se trata de una alergia o que la celiaquía aparece exclusivamente en la etapa infantil.
No obstante, la celiaquía afecta a un número significativo de personas en todo el mundo, aunque la prevalencia varía según la región y la población estudiada. Y, aún así, se cree que la celiaquía puede estar subdiagnosticada, al malinterpretar sus síntomas con otras condiciones gastrointestinales.
Mito 1: "La celiaquía es solo una alergia al gluten"
A diferencia de una alergia alimentaria, que involucra una respuesta inmunitaria diferente y puede desencadenar síntomas graves como anafilaxia, la celiaquía es una enfermedad crónica, sistemática y autoinmune. El sistema inmunitario de las personas con celiaquía reacciona de manera anormal al gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno, causando daño a la mucosa del intestino delgado.
Además, durante mucho tiempo se ha creído que la celiaquía solo afectaba al sistema digestivo. Sin embargo, puede repercutir en todos los órganos y aparatos a lo largo de la vida del paciente.
El daño continuo a la mucosa del intestino delgado puede tener serias consecuencias para la salud a largo plazo. Por ejemplo, los problemas de absorción de nutrientes esencial como hierro, calcio y vitaminas liposolubles puede aumentar el riesgo de osteoporosis, anemia, y otras complicaciones de salud.
Mito 2: “Los síntomas de la celiaquía solo son digestivos”
Además de los daños a largo plazo ya mencionados, existen muchos síntomas de la celiaquía y no todos son digestivos. Los más conocidos son el dolor abdominal, la diarrea crónica y la distensión abdominal. Pero existen otras dolencias relacionadas como la fatiga crónica, anemia inexplicable, problemas de piel, cambios de humor y retraso en el crecimiento de los niños.
En el caso de los niños, también hay señales que pueden apuntar a una presencia de celiaquía, como son la talla baja, dolor de cabeza, TDAH o trastorno por déficit de atención o hiperactividad, retraso psicomotor, anemia, incremento de enzimas hepáticas y aftas orales.
Cuando hablamos de adultos, además de los síntomas intestinales, existen otras alertas, como son la anemia, la osteoporosis, los abortos de repetición y el aumento de las transaminasas.
Aunque la celiaquía se asocia comúnmente con síntomas digestivos como dolor abdominal, diarrea crónica, y distensión abdominal, también puede presentarse con síntomas extraintestinales o incluso sin síntomas digestivos. Esto puede incluir fatiga crónica, anemia inexplicable, problemas de piel, cambios de humor, y retraso en el crecimiento en niños.
Mito 3: "La celiaquía es una enfermedad rara y poco frecuente"
Aunque se consideraba una enfermedad rara en el pasado, la investigación y la conciencia pública han revelado que la celiaquía es más común de lo que se pensaba. Es una de las enfermedades autoinmunes más frecuentes en la población general y está siendo diagnosticada con mayor frecuencia a medida que mejoran las pruebas de detección y aumenta el conocimiento médico.
“Hoy en día se sabe que es una enfermedad relativamente frecuente, afecta al 1% de la población mundial, que puede aparecer a cualquier edad y tener muchas manifestaciones", nos explica el doctor Sergio Farrais Villalba, médico adjunto de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
Mito 4: "Sólo afecta a personas en edad infantil”
La celiaquía puede aparecer en cualquier edad y no es una enfermedad exclusivamente infantil. "El 70% de los diagnósticos se da en mayores de 20 años y el 20%, en mayores de 60", recalca el doctor Farrais. Esto no se debe necesariamente a un retraso en su detección, que también puede ocurrir, sino a que "la enfermedad celíaca puede aparecer a cualquier edad" subraya el especialista.
Un dato a tener en cuenta es que, generalmente, hay más casos de mujeres con celiaquía que de hombres. La razón, según el doctor Farrais, es que "las enfermedades autoinmunes son más comunes en ellas, aunque también puede ser porque gran parte de los varones no están diagnosticados".
Mito 5: "No hay tratamiento para la celiaquía"
Actualmente, la única forma efectiva de manejar la celiaquía es seguir una dieta estricta libre de gluten de por vida. Esto implica retirar todos los alimentos que contengan trigo, cebada, centeno y sus derivados. Afortunadamente, cada vez hay más opciones de alimentos sin gluten disponibles en el mercado y una mayor conciencia en la industria alimentaria.
La mejor manera de acertar con la elección alimentaria es basar la dieta en alimentos que son naturalmente libres de gluten (carne, pescado, fruta, verdura, legumbres, lácteos, huevos…). “Por otro lado, en algunos casos se puede requerir tratamiento médico si no se presenta una mejoría”, explica el experto de la Fundación Jiménez Díaz.
Además, hay que desterrar un mito extra, relacionado con la dieta, y es aquel de que “una pequeña cantidad de gluten no hace daño”. Incluso pequeñas cantidades de gluten pueden desencadenar una respuesta inmunitaria en personas con celiaquía y causar daño intestinal. Por lo tanto, es crucial para quienes tienen esta condición ser extremadamente diligentes en leer etiquetas, evitar el contacto cruzado en la preparación de alimentos y comunicarse claramente con los restaurantes y proveedores de alimentos.