“El futuro es impredecible. La inmunoterapia fue descubierta por investigadores que no estaban trabajando en los temas de moda de la investigación oncológica. Y lo mismo pasó con la tecnología CRISPR: un investigador de Alicante estudiaba las bacterias que crecen en altas concentraciones de sal y, de repente, dio con esta gran herramienta (un cortapega celular) que ha sido la mayor revolución de la biotecnología en los últimos años y que, además, abre la puerta a nuevas terapias”, asegura María A. Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en una entrevista en Alma, el portal social social de la Fundación “la Caixa”. Esta investigadora concluye que la experiencia demuestra “que de cualquier investigación puede salir algo que revolucione la humanidad”. Para ella es una “buena noticia” que haya muchos científicos “investigando hasta los aspectos más recónditos del cáncer” y reclama todo el apoyo posible para este asunto en nuestro país.

De todo se aprende, incluso de lo malo

Uno de los puntos clave en la investigación del cáncer es el de los telómeros, que son el elemento protector final de los cromosomas. “Si imaginamos el ADN como el cordón de un zapato, los telómeros serían el plástico del final del cordón. Si ese plástico se desgasta, el cordón se volverá inservible”, comenta. Las células envejecen y mueren con el paso del tiempo, salvo las del cáncer, que “son inmortales porque a través de la mencionada telomerasa, que es una máquina molecular que alarga los telómeros, son capaces de multiplicarse de manera indefinida, siempre que tengan alimento. Por eso el cáncer nos ha enseñado también un mecanismo básico del envejecimiento”.

En el CNIO han conseguido encontrar moléculas químicas que destruyen esos telómeros de células cancerígenas y gracias al apoyo de CaixaImpulse, están desarrollando el producto para licenciarlo a una farmacéutica y que pueda llegar a los pacientes.

Además de una apasionada de la investigación científica, la directora del CNIO es también una amante del arte. Para ella “es una herramienta que puede servir para transmitir la importancia de la ciencia a la sociedad”. De ahí que la iniciativa Arte y Ciencia, con la que cada año forman una pareja entre un científico y un artista para que el artista cree obra nueva inspirada en el trabajo del científico. Los beneficios generados se invierten en investigación a través de la plataforma de filantropía “Amigos del CNIO”.

Puedes acceder a la entrevista completa en Alma pinchando aquí.