El periodista José Antonio Zarzalejos ha publicado esta semana 'Felipe VI. Un rey en la adversidad' (Planeta). Se trata del primer libro que entra a fondo en la personalidad del monarca y en los problemas que encadena la monarquía.

Durante la presentación, que se producía a la vez que Casa Real anunciaba que la princesa Leonor estudiará bachillerato a partir del próximo curso en el UWC Atlantic College de Gales (Reino Unido), el autor destacaba cómo "la institución no tiene todavía un libro riguroso" sobre los primeros años de reinado de Felipe VI.

El Plural: ¿Qué se va a encontrar el lector que no conozca ya de la Casa Real y de Felipe VI?

José Antonio Zarzalejos: Probablemente se va a encontrar un retrato personal, del Rey, más que como rey como ciudadano, como padre de familia, como hijo y como marido. Pero también se va a encontrar con un hombre con sentido estadista. Se va a encontrar con episodios no del todo inéditos, pero sí incompletos de la cohabitación que se produjo entre 2014 y 2019 en la Zarzuela con su padre cuando en el imaginario colectivo parecía que había dos reyes.

Tiene un relato completo de por qué se produjo, cómo se produjo y en qué condiciones se produjo la expatriación del rey y todas las medidas que se barajaron antes de esa decisión. Es también un relato de la situación en la que maneja el rey sometido a un determinado acoso inquisitorial en muchos casos. Finalmente se va a encontrar con la proyección de la monarquía de la heredera, en Leonor de Borbón y en los términos en los que se plantea el debate de la monarquía parlamentaria en España. Digamos que es un libro que es un híbrido entre un relato y un ensayo. Sobre los hechos se proyecta el análisis.

EP: ¿Cómo ha sido el proceso de creación del libro? Ha escrito según sucedían los acontecimientos.

J.A.Z.: Escribir un libro tiene dos partes: primero hay una fase de documentación y luego la de redacción. La parte de documentación ha sido muy larga. Ha sido histórica, jurídica y luego ha sido la documentación directa sobre los acontecimientos que han ocurrido. Esto arranca antes del verano del 2019, se prolonga ese año y prácticamente todo el 2020. No obstante, yo sabía que la redacción tenía que dejarla para muy último porque los acontecimientos eran vertiginosos y tenía que recoger los últimos. El original lo entregué a Planeta el 26 de diciembre hasta conocer los términos del Mensaje de Navidad del Rey.

EP: Dice en el libro que el peor adversario del rey es y sigue siendo su padre ¿Cómo se puede librar de la sombra que le persigue?

J.A.Z.: No puede. Juan Carlos I está en la historia de España ya, para lo bueno y para lo malo. No podemos negar el reconocimiento de sus méritos, que los ha tenido, y extraordinarios, pero tampoco podemos olvidar sus deméritos en los últimos años de su reinado. Hablamos de conductas inapropiadas, reprobables y que han causado tristeza y decepción en la sociedad española. El rey Felipe no va a poder evitar nunca el recuerdo para bien o para mal de su padre.

También es cierto que de las conductas de su padre, para lo bueno y para lo malo, el rey es una persona muy inteligente y abstraerá lecciones muy serias.

EP: ¿Qué relación tienen actualmente padre e hijo?

J.A.Z.: En el libro no me meto en lo afectivo porque lo desconozco, pero el rey seguro que quiere a su padre y que tiene que superar el carro emocional y sentimental para tomar decisiones tan duras como la expatriación, la retirada, la supresión de la asignación presupuestaria y otras medidas que ha tenido que tomar. Ellos son muy distintos desde el punto de vista temperamental y caracterológico y entienden la jefatura del Estado de manera diferente.

No hay que olvidar que Juan Carlos es un rey fundacional, carismático, un rey que abrió un camino nuevo y que la misión de Felipe VI es restaurar los fallos de la Corona y consolidarla para entregarla a Leonor en unas condiciones óptimas.

EP: ¿Cree que fue un error que Felipe VI retirara la asignación a Juan Carlos I en los primeros días del confinamiento cuando la sociedad española estaba en pleno 'shock'?

J.A.Z.: No quedaba otro remedio. Se había publicado una información enteramente cierta en The Sunday Telegraph y al día siguiente se produce la reacción de la Casa Real. Coincide con el primer estado de alarma de nuestra historia por una crisis sanitaria que no tiene precedentes y se decreta un confinamiento domiciliario drástico, pero las circunstancias se alinearon así.

EP: Afirma que Corinna tiene "una actitud dolosa" al filtrar estas informaciones ¿Por qué  y con qué intención lo hace?

J.A.Z.: Es una mujer interesante porque es una mujer despechada. Ella creía que su relación con el Rey Juan Carlos tendría unos niveles de estandarización que nunca llegaron. Se sintió maltratada por el rey y por alguno de los emisarios de este. Ha actuado por un lado defendiendo sus propios intereses porque está imputada en Suiza y está ejerciendo su legítimo derecho a la defensa, pero hay también un dolo adicional de causar daño.

EP: En el primer capítulo del libro señala que "de este Rey hay que suponerlo todo", ya que "no ha concedido ninguna entrevista" y sus conversaciones con periodistas "se producen siempre bajo un compromiso de confidencialidad".  ¿Le beneficia?

J.A.Z.: Yo creo que el rey considera, junto con sus colaboradores que no es el momento y no se dan las circunstancias adecuadas para que el rey conceda una entrevista, bien sea a un medio público o uno privado o un periodista o un interlocutor que lo pueda publicar. En una entrevista tendría que abordar unos temas tan profundamente delicados y dolorosos desde el punto de vista personal, que sería una entrevista extraordinariamente difícil.

Yo creo que el rey piensa que si no puede contestar con autenticidad absoluta a lo que se le pregunta es mejor esperar al momento oportuno en el que pueda hacerlo.

EP: ¿Pero cree que se acabará produciendo esta entrevista?

J.A.Z.: Sí, pero se tienen que dar una serie de circunstancias. Sospecho que a un medio público.

EP: En el libro desvela que Leonor y Sofía estudiarán fuera, tal y como se han conocido esta semana. ¿Es un error o un acierto?

J.A.Z.: Yo creo que la formación de la heredera tiene que ser una formación integral. En este momento y hasta los quince años es una preadolescente que está terminando sus estudios básicos en un ambiente familiar, en un área de confort.

Que se vaya fuera no es peyorativo para el sistema educativo español. Se busca que la princesa salga al mundo e interactúe con personas de diferentes procedencias, tenga una rutina diferente a la que tiene y gane en resiliencia. Es decir: que se haga a circunstancias distintas. También es relevante que en un mundo globalizado, la princesa conozca sociedades, costumbres diferentes que las que tenemos en España para tener una visión global del mundo en el que vivimos.

Su padre estudió en Canadá y Estados Unidos. No es extraño que los herederos de las monarquías europeas envíen a los herederos a centros de referencia educativa.

EP: Hay quien criticaba que se mandara a la princesa a un país extracomunitario.

J.A.Z.: Me parece que se están examinando con una serie de prejuicios y con un carácter inquisitorial las decisiones, por mínimas que sean, de los reyes que me parece un auténtico abuso. Hace falta tener un poco de sensatez y sentido común. Las redes sociales, que es donde esta crítica cuaja, basadas en el anonimato y la impunidad provocan estas líneas de pensamiento.

EP: ¿Leonor y Sofía tienen algún tipo de relación con su abuelo?

J.A.Z.: Sí, entre otras cosas porque todos los testimonios que he recabado sobre esto que te estoy contando son todos coincidentes en que tanto el rey como la reina les han educado a sus hijas en el respeto a sus abuelos paternos y maternos. A los dos.

Pero son muy jóvenes, y la princesa ya tiene determinadas percepciones. Es cierto que ha habido algunos incidentes, como el de Palma de Mallorca, pero corresponden a la proyección pública de dos niñas y la forma que tienen ambas de ver las cosas. Soy capaz de comprender tanto a la una como la otra.

EP: Habla del papel que tiene la derecha en la monarquía y cómo se apropia de ella. ¿Qué supone para Felipe VI?

J.A.Z.: Creo que a las instituciones más que mucho hay que quererlas bien. La monarquía es de todos. Es de la izquierda, de la derecha, del centro, de los nacionalistas y de los independentistas. La derecha es una formación integral que tiene que absorber las sensibilidades, las inquietudes, las idiosincrasias de España, con sus peculiaridades. Además, tiene que absorber toda la historia de España. De ahí que el rey haya hecho el gesto, que es un gesto importante, de inaugurar la exposición del aniversario de Manuel Azaña en diciembre.

¿Por qué? Porque es obligación del rey serlo de todos los españoles, también de los republicanos. Tiene que agrupar en su persona todos esos sentimientos.

EP: ¿El apropiamiento de la derecha de la institución sería más complicado si este domingo Vox saca más escaños que el PP en Cataluña?

J.A.Z.: No me parece relevante. El rey es una instancia apartidista, permanente y neutral. Ese es un avatar político que hoy puede ser así y de otra manera. Si Vox adelanta al PP en Cataluña es problema del PP pero no del rey.

EP: ¿Y las voces que decían que Felipe VI había abandonado a su padre al permitir que se fuera de España?

J.A.Z.: No participo de ese criterio. La suerte de Don Juan Carlos se la ha labrado él solito con los agravadores de turno y la corte de gente interesada que ha tenido a su alrededor. El responsable de sus actos es él.

No busquemos chivos espiatorios como la prensa que no dijo o no publicó, el gobierno de turno que hizo, los empresarios que se aprovecharon y demás. No, cuando la culpa se socializa no hay un culpable. La responsabilidad es de Don Juan Carlos de Borbón y Borbón. No desenfoquemos la cuestión, sino Felipe no le hubiera suprimido lo que le ha suprimido.

EP: ¿Cuál es la relación de Felipe VI y Pedro Sánchez?

J.A.Z.: Creo que es una relación bastante normal, pero el presidente del Gobierno tiene una pulsión presidencialista muy fuerte. Yo creo que el presidente colaboró muy eficazmente con la Casa del Rey con la asistencia de Carmen Calvo en la expatriación, pero se confundió al vetar la presencia del rey en Barcelona.

Además tiene algunas desconsideraciones de carácter protocolario que pueden llevar a confusión. No le atribuyo una mala voluntad, pero si un desacierto.

EP: ¿La relación de Casa Real es más fluida con Carmen Calvo?

J.A.Z.: Carmen Calvo y Pedro Sánchez tienen una relación de confianza porque es la vicepresidenta primera. Es a la que el presidente entrega cuestiones delicadas como esta. Son uno y no hay variaciones en la relación.

EP: Durante el reinado de Felipe VI se han producido tres gobiernos: el de Rajoy, el de Pedro Sánchez en solitario y el del gobierno de coalición, ¿con qué gobierno se ha encontrado más cómodo?

J.A.Z.: No es una pregunta que te pueda contestar. Me hubiese encantado preguntárselo, pero sobre ese particular no he hecho una indagación. Yo creo que la palabra no es comodidad sino coordinación de acciones y de decisiones y de saberse cada cual cumplir el rol que le corresponde.

EP: En el libro cuenta la preparación del discurso del 3 de octubre, ¿hubiera venido mejor al rey hacer referencia a la violencia policial?

J.A.Z.: Al rey le hubiesen criticado los mismos aunque hubiese hecho en catalán, de arriba a abajo el discurso. Le hubiesen criticado por decir eso o lo contrario porque le criticaban simplemente por ser rey y representar la unidad del Estado.

Al rey los independentistas, Bildu y la mayor parte de Unidas Podemos no le van a conceder al rey ni el beneficio de la duda.

EP: ¿Cómo se llevan los miembros de Unidas Podemos en el Gobierno con el rey?

J.A.Z.: Como se ve. No es una relación particularmente cordial, pero el rey si tiene que despachar con un rey de Unidas Podemos, despacha, si tiene que despachar con el vicepresidente Iglesias, despacha.

No se puede permitir filias, fobias, simpatías o antipatías. Es el máximo representante del Estado y se tiene que comportar como tal y, dado que se trata de un gobierno legítimo, se tiene que representar como lo que es.