Los primeros, probablemente, abrirán el próximo marzo de 2018. Lo ha anunciado el gobierno de Arabia Saudí. Y para el año 2030, se espera que el país abra más de 300 cines con más de 2.000 pantallas. Los cines fueron prohibidos en el país a comienzos de la década de 1980, por la presión de los islamistas radicales y justificando la idea por su oposición al entretenimiento público y los espacios que mezclan hombres y mujeres.

Inyección económica

Ahora, el nuevo príncipe heredero, Mohammed bin Salman, de 32 años, planea aliviar muchas de las restricciones de los años ochenta, como esta de los cines o que las mujeres no puedan conducir. Eso sí, entre sus argumentos libertarios está también el de mejorar la economía gracias a catalizadores como la industria del entretenimiento. El gobierno ha cifrado en un comunicado que la industria cinematográfica contribuirá con más de 90.000 millones de riales (24.000 millones de dólares) a la economía, y creará 30.000 empleos permanentes para 2030. Queda pendiente que una comisión presidida por Alawwad anuncie detalles de licencias y regulaciones durante las próximas semanas, dijo el gobierno, pero a la vista de la medida, los operadores regionales de cadenas de cine podrían estar ya estudiando la entrada a Arabia Saudí.