Tras 17 días en la selva amazónica colombiana, desde el 1 de mayo, cuatro menores indígenas perdidos tras un accidente de avioneta fueron hallados con vida, según comunicó el presidente Gustavo Petro este miércoles a través de su Twitter. Se de trata de tres niños de 13, 9 y 4 años y un bebé de 11 meses, que han sido encontrados tras "arduas" labores de búsqueda lideradas por las Fuerzas Militares de Colombia.

"Después de arduas labores de búsqueda de nuestras Fuerzas Militares, hemos encontrado con vida a los 4 niños que habían desaparecido por el accidente aéreo en Guaviare. Una alegría para el país", afirmó este miércoles a media tarde el presidente colombiano, Gustavo Petro, en Twitter.

Sin embargo, a lo largo de las horas la información comenzó a ser confusa. Ni Aerocivil ni el Ejército, las instituciones que han estado a cargo de la búsqueda, se han pronunciado sobre el rescate y Petro no han informado del paradero en el que fueron rescatados ni ningún otro detalle.

 

Según Bienestar Familiar (ICBF), la institución encargada de la protección de los menores, la información del rescate les llegó por varias fuentes y se la trasladaron al presidente, a lo que este inmediatamente compartió la noticia en redes sociales sin haber sido corroborada por las autoridades. Por esta razón, circulan varias versiones que apuntan a un gran malentendido.

“Se recibió información proveniente de territorio que asegura el contacto con los cuatro niños y niñas que hacían parte de las personas que se transportaban en la aeronave. Dicho reporte manifestó que habían sido hallados con vida y que también gozan de buen estado de salud. Sin embargo, las Fuerzas Militares aún no han podido establecer contacto oficialmente debido a las difíciles condiciones meteorológicas y a las dificultades del terreno”, dice el comunicado del ICBF.

Por su parte, la compañía con la que operaba el avión, Avianline Charter’s, ha lanzado su propia versión asegurando que todavía no los habían encontrado y que seguían con la búsqueda, planteando una hipótesis de lo ocurrido. Esa versión sostiene que el capitán de una avioneta que aterrizó en Cachiporro, la comunidad más cercana al accidente, escuchó por los vecinos que los niños habían sido hallados y que viajaban río abajo. El capitán avisó por radio a un coronel encargado del rastreo. De ser cierta la información, les podría haber alcanzado una tormenta eléctrica en su camino, impidiendo continuar con su viaje y estando a la espera de que la situación mejore. 

El accidente aéreo

El piloto reportó problemas en el motor de la aeronave minutos antes del siniestro, de acuerdo con el cuerpo oficial de atención de desastres, por lo que la avioneta, de matrícula HK 2803, fue reportada como desaparecida sobre el río Apaporis, en plena selva amazónica, cuando cubría la ruta Araracuara-San José del Guaviare. Las autoridades no han hecho públicas las razones del vuelo de la familia aborigen.

Tras días de búsqueda, las Fuerzas Militares encontraron objetos que les dieron pistas para seguir con el operativo, como un biberón de tapa rosada y una fruta mordida. Así el 16 de mayo, las autoridades encontraron los restos de la avioneta Cessna 206, en la que viajaban siete personas, de las cuales se hallaron los cuerpos de los tres adultos, incluidos el piloto, la madre de los cuatro hermanos desaparecidos de la etnia huitoto y el líder de esa comunidad, según la prensa local.

Al continuar con la operación de búsqueda de los menores, los soldados encontraron un "refugio construido de manera improvisada con palos y ramas", por lo que los indicios apuntaban a que había un sobreviviente al menos. Hallaron unas tijeras, ligas de cabello, zapatos, ropa y un biberón ubicados en medio de ramas de la selva sirvieron para los rescatistas.

Búsqueda por tierra y aire

La zona de la selva colombiana era lluviosa y espesa, con árboles gigantescos de hasta 40 metros, animales salvajes y fuertes lluvias dificultaban la búsqueda. Es una región de difícil acceso por río y sin carreteras. Por tierra, más de 100 soldados con perros rastreadores seguían la pista de los niños y caminaban entre los departamentos de Guaviare y Caquetá, al sur del país, donde dieron con la avioneta con la parte frontal destruida.

La Fuerza Aérea se sumó a la calificada como "Operación Esperanza" con tres helicópteros que sobrevolaron durante días el área. Uno de ellos estaba equipado con un altavoz "capaz de cubrir un área de cerca de 1.500 metros" que reproducía un mensaje grabado por la abuela de los menores en lengua huitoto. La señora avisaba a sus nietos que estaban siendo buscados y les pedía que no continuaran avanzando por la selva.