A comienzos de este mes de noviembre se localizaba en Botsuana la variante B.1.1.529, más conocida como Ómicron. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha calificado como “preocupante” debido a que la evidencia presentada hasta el momento sugiere que esta nueva variante del coronavirus tiene “varias mutaciones que pueden tener un impacto en cómo se comporta, en la facilidad con que se propaga o en la gravedad de la enfermedad que causa”.

Esta nueva variante ya se ha encontrado en varios países de Europa y en España se ha registrado el primer caso este lunes, en Madrid. Ómicron tiene más de 50 mutaciones en su genoma respecto a la secuencia de la cepa original. “La evidencia preliminar sugiere un mayor riesgo de reinfección con esta variante, en comparación con otras”, indican desde la OMS. Además, también produce unos síntomas un tanto diferentes de las demás variantes que se han visto a lo largo de la pandemia.

Cuáles son los síntomas de ómicron

La doctora Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica y la primera en alertar de esta nueva variante, ha asegurado que hasta ahora los pacientes infectados por ella han presentado síntomas muy leves. “El síntoma clínico más predominante es la fatiga severa durante uno o dos días. Con ellos, el dolor de cabeza y los dolores corporales, pero sin dolor de garganta, más bien picazón, y sin tos ni pérdida de gusto u olfato”, ha explicado en la BBC.

No obstante, los expertos sudafricanos piden no sacar conclusiones anticipadas porque la situación puede cambiar rápidamente en las próximas semanas. Así, las observaciones de los médicos clínicos sobre el terreno señalan que los casos registrados fueron en personas jóvenes, menores de 40 años.

La OMS reconoce que hay datos que apuntan a una mayor tasa de contagios entre personas que habían superado antes la enfermedad y ha señalado que los contagios se producen en individuos más jóvenes que tienden a sufrir síntomas más leves. Los organismos médicos estudian, además del impacto de esta nueva variante, la interacción que tiene con las vacunas y su efectividad, así como la eficacia de las pruebas PCR y los tratamientos ya existentes.