Gracias a los avances que ha conseguido el feminismo durante décadas, la violencia machista se considera uno de los problemas sociales fundamentales al que se deben aplicar medidas contundentes y urgentes. Sin embargo, las últimas cifras oficiales en España no arrojan un escenario positivo. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) -con datos de 2021-, la realidad entre los más jóvenes parece que abre una brecha entre lo que ya se ha andado y el camino que queda por recorrer. Entre los menores de 18 años es donde más ha crecido la violencia machista en un intervalo de un año: un 70,8%, mientras que el número de mujeres víctimas también se ha elevado, situándose en un 28,6%.

Este problema continúa generando preocupación tanto en instituciones como organizaciones enfocadas en los derechos de la mujer, ya que evidencian que la solución podría erradicar en un cambio sustancial en la educación de los adolescentes. “El aumento y fácil acceso del consumo de pornografía, el desarrollo de nuevas redes sociales, y la legitimación e incluso negación de la violencia de género desde algunos discursos políticos son algunos de los factores que favorecen el aumento de la violencia machista entre adolescentes y jóvenes”, explican desde la Fundación Mujeres a ElPlural.com.

El cambio debe ir acompañado de medidas políticas, educativas, judiciales y sociales, siempre enfocadas con perspectiva de género y orientadas a la juventud: “La erradicación de la violencia machista pasa por la educación con perspectiva feminista”, defiende la organización. Asimismo, proponen que se debería garantizar “el acceso universal a una educación afectivo-sexual de calidad en todas las etapas educativas” para fomentar la igualdad y detectar la violencia machista.

"La manera de prevenir la violencia machista es tejer y articular espacios y personas que puedan enseñar a los jóvenes cómo quererse mejor. Si aumenta la negación, aumenta la violencia", argumentó por su parte la activista feminista Pamela Palenciano en declaraciones a este medio. 

Relaciones tóxicas y discursos negacionistas

El INE también ha recogido los tipos de infracciones penales que más se produjeron en 2021. Respecto a las infracciones, se registraron 36.362, un 3% que el año anterior, y de las que cerca del 50% fueron lesiones, un 21,2% por maltrato físico y psicológico y un 15,5% por amenazas verbales.

Estos parámetros se entienden dentro de una relación sentimental debido a que, en casi de tres de cada cuatro parejas en España, el denunciado y la víctima tienen entre 20 y 49 años. La mayoría de las denunciantes eran pareja o expareja de hecho (45,2%) de su maltratador, novias o exnovias (30,6%), cónyuges o excónyuges (23,3%). En la era digital, los casos de acoso y signos de toxicidad, tanto fuera como dentro de una relación, se dan con mayor frecuencia en las redes sociales: “Todo el trabajo que realicemos en materia de educación, sensibilización y prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres, va a repercutir de forma positiva también en los entornos virtuales”, destacan desde Fundación Mujeres, aunque remarcan que en estas plataformas se debe actuar con criterios específicos.

Tal y como vienen defendiendo los profesionales de la materia, la solución radica en la educación y, por ello, el problema subyace en la ideología y el comportamiento de los autores de las tendencias machistas. “Los discursos que niegan la violencia de género están calando en la población joven (…) Negar, legitimar y no condenar la violencia contra las mujeres tiene consecuencias sociales directas”, alerta la organización feminista.

El Barómetro de Juventud y género de 2021, el cual analiza la percepción joven sobre la violencia machista, mostró que el porcentaje de personas de entre 15 a 29 años que niegan la violencia de género creció hasta un 20%, defendiendo que es un “invento ideológico”, una cifra que en 2019 era del 12%. Además, el informe muestra que más mujeres se consideran feministas (74,2%), aunque el porcentaje de hombres respecto a esta afirmación no alcanzó el 50%.

En este sentido, Palenciano sostuvo que no solo se debe poner el foco en la víctima, sino también en el agresor que ejerce la violencia: "Siempre hay que acompañar a la persona que enfrenta cualquier tipo de violencia o sufre bullying, pero también hay que detectar y acompañar al que la está ejerciendo. Si no acompañamos a las víctimas cuando son adolescentes, ¿cómo pretendemos que cambien?", puntualizó.