Una pipa, un sombrero y una cabeza bien adornada con un sombrero era todo lo que necesitaba Sherlock Holmes para resolver un crimen. Pero los tiempos han cambiado notablemente. Ahora, los investigadores y la policía cuentan con todo tipo de artilugios que les permiten saber hasta la talla de calzoncillos que usaba el criminal.

Por si todo esto fuera poco, el Internet de las cosas está dando lugar a cosas tan propias de la Ciencia Ficción que nadie las esperaría en tan corto espacio de tiempo. Según han pronosticado los expertos, en un futuro no muy lejano lavadoras o neveras de tecnología puntera pueden permitir a los detectives recopilar pruebas de la escena de un crimen.

Gracias a las nuevas tecnologías, en el que cada día más dispositivos están conectados entre sí realizando un trabajo inteligente, estas se podrán usar por los cuerpos y fuerzas de seguridad para resolver cosas que de otra manera sería impensable. Durante mucho tiempo se ha dicho eso de ¡ay si el gato (loro, perro, tortuga...) hablase. Eso sigue siendo complicado, pero no es tan difícil hacer hablar a una nevera o a una lavadora.

De hecho, algunos ya están siendo entrenados para tal fin. Según ha explicado Mark Stokes, director de la unidad forense y del área digital y cibernética de la Policía Metropolitana a The Times, los detectives están siendo preparados para buscar aparatos y electrodomésticos que podrían facilitar una "huella digital" de las víctimas o delincuentes: "las cámaras dentro de un dispositivo, como un frigorífico, pueden registrar el movimiento de los propietarios y los sospechosos" y, como no, dar también con la persona que vacía la nevera a hurtadillas por la noche.

"Por ejemplo", explica Stokes, "timbres conectados directamente a las apps del usuario podrían mostrar que ha sonado la puerta y el dueño (u otras personas) pueden acceder de forma remota, si así lo desean, para dar acceso controlado a su vivienda o a los locales mientras están fuera de la propiedad". Además, como reconoce el jefe de policía, "todos dejan un registro y un rastro de actividad. La escena del crimen del futuro estará basada en el concepto de Internet de las cosas".

Un conocido fabricante de electrodomésticos y aparatos electrónicos con sede en Seúl ya tiene disponible una nevera con cámara que permite una transmisión en vivo de su contenido, de tal forma que los propietarios pueden consultar su interior cuando están en el supermercado. Según Stokes, "las fechas y horas de inicio de sesión podrían proporcionar coartadas o demostrar que no eran ellos quienes accedieron".

Además, el jefe de la unidad cibernética reconoció que los detectives del futuro podrían llevar una "caja de herramientas para hacer un análisis forense digital" de tal forma que pudieran comprobar los microchips y la descarga de datos en el lugar de los hechos.

Sin embargo, la policía podría tropezar con la oposición de los fabricantes, casi siempre preocupados por la privacidad de sus clientes. En Estados Unidos, por ejemplo, Amazon está luchando con los cuerpos y fuerzas de seguridad, que le exigen que entregue las grabaciones de su sistema de entretenimiento doméstico Echo (un gadget conectado a la nube) perteneciente a James Andrew Bates, propietario de la vivienda donde se encontro el cuerpo del exoficial de policía Victor Collins. 

El sistema ofrece pronósticos del tiempo, controla termostatos e interruptores y reproduce música. Pero también dispone de Inteligencia Artificial que registra las voces de los propietarios, por lo que podría esclarecer lo ocurrido el día del asesinato de Collins.

Quién sabe, quizás pronto podremos preguntar: Siri, ¿quién fue el asesino? y... caso resuelto.