La mitad de la energía que se consume en los hogares españoles se pierde hacia el exterior a través de muros, ventanas y tejados debido a la falta de aislamiento térmico. En nuestro país, ocho de cada diez viviendas se encuentran en edificaciones de baja eficiencia energética. Urge poner soluciones para dejar de pagar por el calor que se escapa por las costuras del edificio.

Todas las edificaciones construidas antes de 1979 carecen de aislamiento térmico y, pese a que, desde entonces, se han ido aprobando diferentes normativas al respecto, los expertos creen que es insuficiente. Una de las opciones que tenemos para evitar este derroche de energía que perjudica al medio ambiente y a nuestro bolsillo es mejorar el aislamiento térmico de nuestra vivienda.

En este sentido, Iberdrola ha puesto en marcha un nuevo servicio de aislamiento energético, a través de Smart Clima. El objetivo es, aseguran fuentes de la compañía, “atajar esas fugas de calor y facilitar a los hogares ahorrar en facturas, especialmente en el contexto actual generado por los altos precios del gas”.

Esta solución podría rebajar hasta un 30% el gasto energético. Es de fácil instalación, y, sobre todo, económica. Supone una inversión total menos a 1.000 euros para un piso de unos 80 metros cuadrados que reduciría el consumo en unos 1.800 kilovatios térmicos al año, o lo que es lo mismo, te ahorras un mes y medio de calefacción al año, un gasto que supone en el mercado libre un total de 350 euros aproximadamente. En la página web de Iberdrola hay un simulador que calcula la reducción del consumo de calefacción y ofrece un presupuesto estimado en función de las características de la vivienda.

¿Cómo se realiza el aislamiento?

Esta nueva técnica permite mitigar las pérdidas de energía de forma definitiva en un solo día y sin necesidad de realizar obras en el domicilio, ni de solicitar permisos a la Comunidad de Propietarios. El aislamiento se realiza rellenando con lana mineral de vidrio las cámaras de aire que se encuentran entre la cara exterior del edificio y la pared de la vivienda. Este doble tabique es habitual en la gran mayoría de residencias en España. También se puede aplicar para aislar el tejado en el caso de áticos o unifamiliares que dispongan de falso techo, así como en viviendas independentes que cuenten con una bajocubierta no habitada.

El material inyectado es reciclado, resistente al agua, insectos y roedores y no requiere ningún tipo de mantenimiento. Además, mejora la protección antiincendios al ser ignífugo, proporciona un aislamiento homogéneo al tiempo que impide las corrientes de aire y aísla acústicamente la vivienda de los sonidos del exterior.

Otra de las ventajas de este innovador sistema es que facilita la sustitución de calderas de gas o gasoil por sistemas de climatización más eficientes y sostenibles como la aerotermia. Al disminuir las necesidades térmicas de la vivienda, es posible utilizar equipos de menor potencia.

10 consejos para rebajar la factura energética

Además de mejorar el aislamiento energético de nuestros hogares, podemos rebajar sensiblemente la factura energética siguiendo estos 10 consejos:

1.- Cada grado que subes al termostato supone un gasto de entre un 7% y un 11% más de energía. La sensación de confort en el hogar se consigue con 19-20ºC y no deberíamos superar esa temperatura. Además, por la noche es recomendable apagar la calefacción o bajarla a 15-17º.

2.- El termostato es un instrumento muy cómodo, que permite tener un control total de la climatización del hogar, para evitar el desperdicio de energía, ya que los radiadores se apagan en el momento en que se alcanza la temperatura adecuada. Además, se puede programar para que la calefacción funcione sólo a unas horas concretas.

3.- La ventilación del hogar es necesaria, pero con 10 minutos es suficiente. Para ser más eficientes es mejor hacerlo en el momento del día más soleado para evitar un salto térmico y cuando la calefacción esté apagada.

4.- El mantenimiento es importante. Si los radiadores y la caldera funcionan correctamente y se revisan periódicamente, se puede evitar que gasten más energía de la deseada. Una caldera en buen estado ahorra hasta un 22% de consumo de gas. Los radiadores deben purgarse una vez al año para permitir la correcta circulación del calor.

5. No tapar los radiadores. Colocar ropa mojada encima de los radiadores para que se seque antes es un error. Tanto esto, como bloquearlos con muebles u otros objetos dificulta que el calor se extienda por toda la estancia, hará que tarde más en calentarse y, por lo tanto, que consuma más.

6.- Aprovechar la luz del sol. Durante el día subir las persianas para que el sol proporcione luz y calor y al anochecer bajarlas para reducir o prevenir la pérdida de calor.

7.- No climatizar estancias vacías. No todas las zonas del hogar necesitan la misma temperatura, ni todas se usan con la misma frecuencia durante el día. Para ello, no se ha de poner la calefacción en habitaciones que no se estén utilizando y, en caso de ausencia prolongada, desconectar el radiador. 

8.- Buen aislamiento. Una vivienda con aislamiento térmico tiene mucho terreno ganado en cuanto a eficiencia energética ya que permite un mayor control de la temperatura tanto en invierno como en verano. Las ventanas eficientes también son clave para un buen aislamiento, pueden suponer un ahorro de entre un 15% y un 20% en la factura eléctrica. Las más eficientes son las abatibles, con doble acristalamiento y de PVC.

9.- Calificación energética tipo A. A la hora de elegir electrodomésticos, los radiadores y ventanas, hay que tener en cuenta las etiquetas energéticas. La etiqueta con calificación tipo A es la más eficiente y supondrá un importante ahorro energético en el día a día.

10.- Utilización de sistemas de climatización eficientes. Apostar por el autoconsumo y/o la aerotermia es fundamental para climatizar la casa de forma eficiente y sostenible.

La aerotermia es un sistema de climatización por bomba de calor 3 en 1 que incluye calefacción, aire acondicionado y agua caliente sanitaria. Este sistema genera un 70% menos emisiones respecto a una caldera de gas y supone un ahorro energético de más del 50%. Mientras que, con el autoconsumo, simplemente colocando placas solares en el tejado, llegando a producir energía propia y ahorrar en la factura.