En una sala quirúrgica de un hospital español, un brazo robótico se desliza con precisión milimétrica para intervenir a una niña de apenas tres años y doce kilos. No es ciencia ficción, sino la nueva realidad de una medicina infantil que avanza de la mano de la tecnología. La cirugía robótica ha comenzado a transformar la forma en que se tratan patologías complejas en los pacientes más pequeños, con resultados que hasta hace poco parecían inalcanzables: incisiones mínimas, apenas dolor postoperatorio, y la mayoría de los pacientes reciben el alta en apenas 24 horas. Una revolución silenciosa y precisa que ya está cambiando vidas.

Un hito en la medicina infantil: el auge de la cirugía robótica pediátrica

La incorporación de la cirugía robótica en pacientes pediátricos marca un antes y un después en el abordaje de enfermedades que, hasta ahora, requerían procedimientos invasivos y largos periodos de recuperación. Desde julio de 2024, el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz ha realizado más de 40 intervenciones pediátricas asistidas por robot, “con una precisión quirúrgica sin precedentes, mejorando significativamente la recuperación de los pacientes más pequeños, sin complicaciones intraoperatorias ni tener que reconvertir el procedimiento a cirugía abierta en ningún caso”, aseguran los doctores Ricardo Diez García y Carlos Delgado Miguel, cirujanos pediátrico de este hospital integrado en el sistema público de salud madrileño (SERMAS).

El centro madrileño ya era pionero en cirugía robótica desde 2019, cuando adquirió su primer sistema Da Vinci. Con la incorporación de un segundo equipo en octubre de 2024, se convirtió en el primer hospital de la Comunidad de Madrid en contar con dos plataformas quirúrgicas de este tipo, lo que ha permitido ampliar su uso a nuevas especialidades, incluida la cirugía pediátrica. En pocos meses, los procedimientos robóticos se han consolidado como una herramienta fundamental en el tratamiento de patologías digestivas, urinarias y ginecológicas en la infancia.

Precisión milimétrica en cuerpos diminutos

La cirugía pediátrica presenta un desafío único: intervenir en órganos y tejidos de tamaño reducido, en espacios anatómicos extremadamente estrechos. En este contexto, el uso del robot quirúrgico Da Vinci representa un salto cualitativo en términos de precisión y seguridad. “Este sistema permite realizar movimientos extremadamente delicados, ya que elimina el temblor natural de la mano, lo que se traduce en una mayor precisión durante la cirugía, y ofrece una visión tridimensional, precisa, detallada y en alta definición, facilitando trabajar en espacios muy pequeños, algo fundamental en cirugía pediátrica”, recalcan los doctores Diez y Delgado.

A través de pequeñas incisiones de apenas ocho milímetros, el robot permite acceder al interior del cuerpo del paciente con un grado de exactitud que mejora la calidad de la intervención. “Gracias a esta precisión -señalan los doctores de la Fundación Jiménez Díaz-, procedimientos que antes requerían cirugía abierta pueden realizarse ahora con solo tres pequeñas incisiones de 8 milímetros, lo que disminuye el dolor postoperatorio y permite que la mayoría de los pacientes reciban el alta en apenas 24 horas”. Esta capacidad resulta especialmente valiosa en casos en los que el margen de error es mínimo, como ocurre en niños y niñas en crecimiento, donde cada milímetro cuenta.

De la cirugía abierta al futuro robótico: beneficios para el niño

Durante décadas, muchas de las patologías pediátricas requerían cirugía abierta, con incisiones amplias, mayores riesgos de infección, más dolor postoperatorio y estancias hospitalarias prolongadas. La introducción de la laparoscopia supuso una mejora significativa, pero la cirugía robótica va un paso más allá.

Gracias a la asistencia robótica, muchas intervenciones que antes necesitaban grandes abordajes pueden resolverse con técnicas mínimamente invasivas, lo que se traduce en múltiples beneficios: menos dolor, menos necesidad de medicación, menores complicaciones y una recuperación acelerada. La mayoría de los pacientes operados con esta técnica en la Fundación Jiménez Díaz han recibido el alta médica en menos de 24 horas, algo impensable hace solo unos años.

Además, la reducción de las cicatrices y del trauma quirúrgico tiene un impacto psicológico positivo en los pacientes pediátricos y sus familias, que afrontan el proceso con menos ansiedad y estrés.

Casos que cambian vidas

Entre los casos intervenidos con éxito gracias a la cirugía robótica en este hospital, destacan varias historias que reflejan el enorme potencial de esta tecnología para transformar vidas. Una de ellas es la de una niña de seis años diagnosticada con megauréter obstructivo, una anomalía que le provocaba infecciones urinarias recurrentes y que requería tratamiento antibiótico profiláctico. Tras la intervención, pudo dejar la medicación y recuperar una vida normal, sin complicaciones.

Otro caso es el de un niño de doce años con megasigma, una alteración anatómica del colon que le generaba estreñimiento crónico e incontinencia fecal, afectando gravemente su calidad de vida. Gracias a la cirugía robótica, fue posible resecar el segmento intestinal disfuncional y corregir la anomalía sin necesidad de una intervención abierta, con una mejoría notable en su bienestar físico y emocional.

Pero quizá el caso más llamativo sea el de la paciente de menor peso intervenida hasta la fecha: una niña de tan solo tres años y doce kilos, que fue operada con éxito de un reimplante ureteral. Un procedimiento que, en condiciones convencionales, habría requerido una cirugía compleja y una recuperación mucho más prolongada.

Un equipo con manos robóticas y cerebro humano

Detrás de cada una de estas intervenciones hay un equipo médico altamente especializado, capaz de combinar la tecnología más puntera con el conocimiento clínico y la experiencia quirúrgica. Los doctores Ricardo Diez García y Carlos Delgado Miguel, responsables del programa de cirugía robótica pediátrica en la Fundación Jiménez Díaz, cuentan con formación específica en este tipo de procedimientos, que incluye estancias formativas internacionales y un entrenamiento intensivo en simuladores.

El proceso de selección de los casos candidatos a cirugía robótica se realiza con un enfoque individualizado, teniendo en cuenta factores como la edad, el peso del paciente y la complejidad de la patología. Aunque en principio cualquier intervención realizable por laparoscopia podría abordarse con robot, se prioriza siempre la seguridad del paciente y la calidad del resultado quirúrgico.

El futuro de la cirugía infantil ya ha comenzado

El horizonte de esta tecnología en el ámbito pediátrico es cada vez más amplio. En los próximos meses, la Fundación Jiménez Díaz prevé superar las 50 intervenciones robóticas infantiles y ampliar su uso a nuevas áreas, como la cirugía torácica, incluyendo el tratamiento de alteraciones esofágicas, pulmonares o mediastínicas.

Los expertos prevén que, a medio plazo, la cirugía robótica sustituya progresivamente a la laparoscopia en muchas patologías pediátricas, replicando la evolución que vivió la medicina adulta en la última década. Este avance no solo mejora los resultados clínicos, sino que también puede suponer un ahorro en costes a largo plazo, al reducir la duración de las hospitalizaciones, las complicaciones postoperatorias y la necesidad de reintervenciones.

El modelo Da Vinci Xi utilizado en este hospital ofrece, además, una ventaja competitiva en términos de visión anatómica, con imágenes tridimensionales ampliadas hasta diez veces y una precisión quirúrgica que permite operar estructuras extremadamente delicadas con máxima seguridad.

El hospital del mañana, hoy

La incorporación de la cirugía pediátrica al Programa de Cirugía Robótica de la Fundación Jiménez Díaz consolida su posición como centro de referencia nacional en este ámbito. Más allá de su capacidad asistencial, el hospital también destaca por su compromiso con la formación de nuevos especialistas y la investigación clínica, en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y su Instituto de Investigación Sanitaria.

Seis años después de iniciar su andadura en cirugía robótica, el hospital ha realizado más de 1.800 intervenciones con esta tecnología en distintas especialidades, demostrando que la innovación no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para mejorar la vida de los pacientes.

Un nuevo paradigma en medicina pediátrica

La cirugía robótica ha dejado de ser una promesa del futuro para convertirse en una realidad presente. En el caso de la medicina infantil, su impacto es aún más significativo: mejora los resultados clínicos, reduce el dolor y acelera la recuperación. Pero, sobre todo, devuelve a los niños la posibilidad de volver a jugar, correr y sonreír mucho antes de lo que imaginaban.

Cada intervención realizada con éxito es una victoria no solo para la ciencia, sino para la infancia. Porque a veces, la revolución más grande cabe en una incisión de solo ocho milímetros.