La piel de mariposa es el nombre con el que más comúnmente se conoce a la epidermólisis bullosa distrófica recesiva.  Uno de los subtipos más agresivos de esta gran familia de genodermatosis es la epidermólisis bullosa distrófica recesiva, una enfermedad rara que afecta a la piel y la mucosa haciéndolas extremadamente frágiles.

Quienes sufren esta patología se enfrentan a continuas erosiones y ampollas. El más mínimo roce conlleva heridas, desprendimiento de la piel y mucho dolor. Pero, además, tienen otros problemas asociados como fibrosis, pseudosindactalia (fusión de los dedos), y predisposición a desarrollar carcinomas agresivos de piel, como el carcinoma epidermoide metastásico.

Vivir con ello es todo un reto para los pacientes y sus familias y manejar la enfermedad un desafío para los médicos.

Sin embargo, científicos del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz (IIS-FJD), el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer), la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y la Universidad de Stanford de Estados Unidos, han logrado importantes avances en el abordaje de esta enfermedad, que tiene base genética, a través de la edición genómica.

“La epidermólisis bullosa distrófica recesiva es una patología hereditaria causada por mutaciones en el gen COL7A1 que codifica el colágeno VII, proteína esencial para la adhesión de la epidermis a la dermis”, explica la Dra. Marcela del Río, investigadora del IIS-FJD.

Hace un par de años este equipo investigador ya demostró la viabilidad de esta estrategia con la herramienta CRISPR/Cas9 en modelos preclínicos  y desde entonces ha logrado incrementar sus niveles de precisión y eficacia, de manera que se abre la puerta a futuros ensayos clínicos.

Corregir las mutaciones

Si en estudios previos se había conseguido corregir un porcentaje inusualmente alto de las células del paciente, superior al 80%, llegando a alcanzar los niveles de producción de colágeno VII necesarios para una aplicación clínica realista en células madre adultas, en el trabajo que se ha publicado ahora en la prestigiosa revista Molecular Therapy bajo el título “Correction of recessive dystrophic epidermolysis bullosa by homology-directed repair-mediated genome editing”, se describen nuevos avances para la corrección de las mutaciones causantes de la enfermedad.

Es más, estos desarrollos tecnológicos han sido también objeto de una solicitud de patente.

Enfermedad piel de mariposa

El nuevo abordaje, “emplea herramientas CRISPR/Cas9 combinadas con la transferencia de las secuencias de reemplazo génico mediante un vector adenoasociado”, precisa Del Río. Esto “da lugar a una corrección precisa y eficiente del gen COL7A1 (el que contiene la mutación patogénica) en células de piel con capacidad de regenerar la epidermis a largo plazo y de restablecer la adhesión dermo-epidérmica”, apunta.

Clave para otras enfermedades raras

La demostración de la eficacia y precisión de este nuevo protocolo de edición genómica permite pensar en futuros ensayos clínicos basados en esta metodología, pero también abre paso a futuros posibles tratamientos de otras enfermedades raras.