¿Estás harto de las picaduras? ¿Ese constante, molesto y frustrante pinchazo de estos diminutos insectos? La llegada del calor supone, inevitablemente, la bienvenida a los mosquitos. Ya sea a cualquier hora del día, estos pequeños insectos voladores se instalan en nuestros hogares siendo realmente irritantes, especialmente, cuando nos levantamos con varias mordeduras rojas a lo largo de nuestro cuerpo, incluido, cuello y cara.

Pero hay solución. Un estudio llevado por un grupo de investigadores de la Universidad Virginia Tech, dirigido por el profesor adjunto de bioquímica Clement Vinauger, ha revelado la posible cura de todos estos males con un ingrediente muy típicamente conocido en nuestras viviendas. Se trata del aroma del coco, que puede servir como repelente de mosquitos.

El aroma de coco, la clave

A primera vista, podríamos decir que el camino para espantar a estos molestos insectos sería tan sencillo como coger una pastilla de jabón de coco, pero lo cierto es que no es tan fácil como parece. “¿Seleccionar un jabón perfumado para evitar las picaduras de mosquito? No es tan sencillo, asegura el propio autor del estudio.

La clave de esta cuestión radica en una compleja interacción de factores. Esto significa que la efectividad de nuestro repelente dependerá de la química corporal del sujeto y el aroma del jabón. De hecho, la razón de ser del coco se debe a su propia composición, entre ellos, el ácido láurico. Este compuesto químico destaca por sus potenciales propiedades repelentes de insectos.

Esto significa que la efectividad de nuestro repelente dependerá de la química corporal del sujeto y el aroma del jabón

Este sería el motivo de la capacidad del ácido láurico en la aplicación de la piel a través de un aroma de coco, ya sea en un hidratante o en una pastilla de jabón. La conclusión atiende a una mezcla bioquímica única que los mosquitos podrían considerar repugnante y, por tanto, conseguiríamos el objetivo de que estos insectos se alejaran de nuestro.

Los cítricos, un efecto contraproducente

Además, otra de las razones de este compuesto se debe a su intensidad, mucho menor que en el caso de los cítricos. La potencia de este químico frente a otros también daría más razones para prolongar su estado como repelente ayudando a mantener una mezcla bioquímica más equilibrada en la dermis. De lo contrario, podría producir un efecto diferente, siendo carne de cañón para este séquito de insectos.

De esta forma, aunque la clave del ingrediente secreto para repeler a estos bichos está resuelta, aún queda una incógnita que los propios humanos no podrían ni controlar. La eficacia del coco como repelente de mosquitos puede variar de una persona a otra atendiendo a las características químicas de nuestro organismo para crear esta reacción.

Por otro lado, este estudio también pone de manifiesto esta cuestión y esta es la complejidad de la interacción entre el mosquito y el ser humano, que apunta a la necesidad de otorgar un enfoque más personalizado de los métodos repelentes de insectos.  

¿Por qué nos pican los mosquitos?

Se trata de una de las grandes preguntas para los más afectados por sus picaduras. Los mosquitos necesitan de las proteínas que se encuentran en la sangre para producir sus huevos. Cuando un mosquito nos pica, utiliza su aparato bucal (en forma de tubo) para así perforar en la dermis y obtener de esta forma nuestra sangre.

Durante este proceso, el insecto utiliza su saliva y esta es la clave del por qué nos produce irritación en la piel, frustración e irritación y, sobre todo, ganas de rascarse. De hecho, su saliva solo produce eso, ganas de rascarse. Las probabilidades de infección o inflamación cutánea aumentan cuando la piel presenta rasguños y al rascarse, provoca la inflamación cutánea. El resultado serían los conocidos habones o las pequeñas protuberancias en la piel que producen una sensación de picor o ardor.

Sin embargo, esas ganas de rascarse no son puntuales. Es más, son una manera de defensa de nuestros sistemas inmunitarios al detectar esta saliva como una amenaza. Esta es la causa por la que, a menudo, se producen las erupciones tras el rascado.

Los elementos principales que atraen a los mosquitos son el dióxido de carbono que expulsamos cuando exhalamos. También se sienten atraídos por el calor y el olor corporal. Y, por último, aquellos con el grupo sanguíneo 0 son más propensos de sufrir estas picaduras que el resto de otros grupos sanguíneos, de acuerdo con varios estudios de investigación.

Estos informes concluyen que las personas con este grupo sanguíneo tienen, concretamente, el doble de posibilidades de sufrir más picaduras que las personas con el grupo sanguíneo B. El restante, el grupo A es menos popular que el anterior.