El llamado Blue Monday, considerado por algunos como el día más triste del año, puede servir como un recordatorio para reflexionar sobre un problema real y mucho más profundo: la depresión. Este trastorno mental afecta a millones de personas en todo el mundo, generando un impacto considerable en su vida diaria y su bienestar. Si bien el concepto del Blue Monday se originó como una estrategia publicitaria, puede ayudarnos a visibilizar una problemática que a menudo permanece en las sombras.
La depresión, lejos de ser un simple estado de ánimo pasajero, es una enfermedad que requiere atención y comprensión. Para profundizar en qué significa realmente este trastorno, su recorrido histórico y desentrañar los mitos en torno a esta dolencia, hemos contado con la doctora Laura Muñoz Lorenzo, psicóloga clínica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
¿Qué es la depresión?
“El ánimo depresivo es una de las reacciones de malestar más extendidas en la especie humana”, explica la doctora Muñoz Lorenzo. Aunque todos podemos atravesar momentos de tristeza, “la depresión, como cuadro clínico, va un poco más allá de esa tristeza”. Este trastorno se caracteriza por un ánimo depresivo de mayor intensidad que perdura a lo largo del día y por un conjunto de síntomas que interfieren significativamente en la vida diaria del individuo.
Entre los síntomas más comunes se encuentran la pérdida de interés y disfrute en actividades que antes generaban placer, así como la incapacidad de llevar a cabo actividades cotidianas con naturalidad. “Las personas que pasan por un cuadro depresivo suelen ser incapaces de llevar adelante su vida diaria con normalidad”, añade la experta.
Principales síntomas
Los síntomas de la depresión van más allá del ánimo. A nivel emocional, se experimenta una tristeza profunda y persistente. “En el pensamiento aparecen dificultades de concentración, de memoria, sensación de lentitud en el razonamiento y pensamientos de inutilidad o catastrofistas”, indica la doctora Muñoz Lorenzo. En casos graves, estos pensamientos pueden evolucionar hacia ideas suicidas.
En el plano físico, son comunes el insomnio, la pérdida de apetito y de peso, así como la sensación de retraso psicomotriz o torpeza. “Es común la sensación de abandono del cuidado personal, aislamiento y abandono de actividades básicas”, señala. Además, algunas personas pueden presentar dolores difusos sin una causa aparente, lo que refuerza la naturaleza multifacética de esta enfermedad.
Diferencias con otros estados emocionales
Es fundamental distinguir la depresión de otras emociones normales, como la tristeza, y de otros trastornos, como la ansiedad. “La tristeza es una emoción que nos permite reflexionar sobre algo que no funciona y tomar conciencia de una dificultad o incluso de una pérdida”, explica la doctora. Sin embargo, la depresión, por su intensidad y la interferencia que causa en la vida diaria, “va más allá”.
Por otro lado, la ansiedad es una emoción que, en su forma funcional, nos prepara para actuar ante situaciones desafiantes. Pero, como señala la doctora, “estas dos entidades (ansiedad y depresión) tienen una elevada confluencia, y en ocasiones es muy difícil establecer un diagnóstico diferencial entre ambas”. Estudios recientes indican que ambas condiciones pueden coexistir en casi un 58% de los casos, lo que subraya la necesidad de un enfoque clínico integral.
Causas de la depresión
Las causas de la depresión son complejas y multifactoriales. “En casi todas las enfermedades mentales se acepta que existe una confluencia de factores genéticos y ambientales”, afirma la psicóloga clínica. Históricamente, se han diferenciado las depresiones endógenas, de origen biológico, y las depresiones reactivas, vinculadas a factores psicosociales. Sin embargo, hoy en día esta distinción se utiliza cada vez menos.
En el ámbito biológico, “se ha observado una alteración en la neurotransmisión de distintos neurotransmisores, como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina”, aunque resulta difícil determinar si esto es causa o consecuencia. Por otro lado, factores psicológicos como el apego en la infancia, los patrones relacionales y los estilos de pensamiento aprendidos también juegan un papel importante.
Perspectiva histórica
El concepto de depresión tiene raíces profundas en la historia. “El término que precede a la depresión es el de melancolía, descrito por Hipócrates en el siglo IV a. C.”, relata la experta. Este concepto, asociado a un desequilibrio de los "humores" corporales, se mantuvo durante siglos.
No fue hasta el siglo XIX cuando el psiquiatra Emil Kraepelin diferenció los cuadros maníaco-depresivos, y posteriormente, en el siglo XX, se distinguió entre trastornos bipolares y depresivos. En la actualidad, la depresión es uno de los trastornos mentales más diagnosticados, con una prevalencia anual estimada del 7%. “Esto lo convierte en un cuadro extraordinariamente frecuente”, recalca la doctora Muñoz Lorenzo.
Tratamientos disponibles
El tratamiento de la depresión suele combinar medicación y psicoterapia. La psicoterapia sirve para poder dar sentido a cómo se ha construido el cuadro, tanto en lo contextual actual como en la historia del sujeto, e intentar generar cambios sobre lo que nos hace sufrir. Además, las técnicas psicoterapéuticas pueden fortalecer los recursos personales del paciente para enfrentar futuras crisis. “En los cuadros depresivos, la psicoterapia es una herramienta clave en la recuperación”, enfatiza la experta.
“Los antidepresivos actúan principalmente sobre neurotransmisores como la serotonina y pueden ayudar al sujeto a mejorar su energía y reducir la apatía, lo que ayudará a implementar los cambios necesarios", explica la doctora, “pero no son necesarios en todos los cuadros, y hay que entender que por sí solos no cambian la situación vital y social del individuo que haya actuado como desencadenante , éstos deben ser siempre pautados y retirados por un médico".
Cuándo buscar ayuda profesional
Saber cuándo acudir a un profesional es crucial. “La clave está en la intensidad, la duración y, sobre todo, la interferencia en el funcionamiento cotidiano”, afirma la doctora. Si el malestar persiste, impide trabajar o relacionarse con los demás, o si aparecen pensamientos de inutilidad o suicidio, es fundamental buscar ayuda.
En muchos casos, son los familiares quienes identifican las señales de alarma y animan a la persona afectada a buscar apoyo profesional. Además, es importante que el entorno cercano ofrezca un espacio seguro y libre de juicios para quienes atraviesan esta enfermedad.
Mitos frecuentes
La doctora Muñoz Lorenzo también desmiente algunos mitos comunes sobre la depresión. “No solo se deprimen las personas frágiles; todos estamos expuestos a vivir situaciones que desborden nuestra capacidad de adaptación”, enfatiza. Además, recuerda que la depresión no es una cuestión de voluntad ni de “pensar en positivo”.
Otro mito común es que la depresión afecta solo a ciertos estratos sociales. Sin embargo, “en nuestra sociedad no parece haber una clara diferencia socioeconómica en la prevalencia de estas enfermedades”, señala la doctora. La enfermedad puede presentarse en cualquier contexto, aunque las condiciones de apoyo y acceso a recursos influyen en su desarrollo y tratamiento.
Más allá del Blue Monday
La depresión es un trastorno complejo que afecta a millones de personas y que requiere atención y comprensión. Aunque el Blue Monday pueda parecer un mito, puede servir como una oportunidad para visibilizar esta realidad y fomentar el acceso a la ayuda necesaria.
Como concluye la doctora Laura Muñoz Lorenzo, “en los cuadros depresivos, la psicoterapia es una herramienta clave en la recuperación”. Reconocer y tratar esta enfermedad es el primer paso hacia una sociedad más informada y empática.