Las películas de Benito Zambrano (Lebrija, 1965) se caracterizan por lo social. Así queda claramente reflejado en Solas, La voz dormida o Pan de limón con semillas de amapolas. El andaluz, ganador de dos Premios Goya, da un paso más con El Salto (en cines desde el pasado 12 de abril), una historia que relata el drama migratorio de las personas que huyen de su país en busca de una vida mejor o, sencillamente, digna. “Para mí es posiblemente la película más necesaria que he rodado con la conciencia de lo que estaba haciendo”, reconoce el director.

Casualidad o no, la publicación de esta entrevista coincide en el tiempo con la semana en la que el Congreso ha dado el visto bueno con el voto en contra únicamente de Vox a la toma en consideración para tramitar la regularización de manera extraordinaria de migrantes, aunque la conversación con el cineasta es previa. “Si cerramos las fronteras como dice la extrema derecha, en dos años hay que sacar una ley que obligue a todas las mujeres en edad de procrear a tener mínimo dos hijos. ¿Creas una distopía?, ¿obligas a que la mujer española tenga que parir sí o sí? ¿Qué hacemos con la natalidad y con el trabajo? Me gustaría que hubiera un discurso sensato”, dicta contundente.

Esta es solo una píldora de la clase magistral de respeto al diferente, de justicia y de poner cosas sobre la mesa que, a pesar de parecer simples, no toda la gente tiene claras, que da el profesional. Por eso, recomiendo encarecidamente al lector invertir dos minutos en esta charla y reflexionar después, no solo si merece la pena ir al cine, sino si en algún momento dejó de valer de algo intentar hacer del mundo un lugar un poco más amable.

PREGUNTA (P): ¿Cómo te has documentado para esta película? ¿Has recabado testimonios que relaten en primera persona el drama migratorio?, ¿has rodado sobre el terreno…?

R: El mérito de todo el proceso es de la guionista, Flora González, a quien se le ocurrió la idea en 2014. Yo entro en el proyecto bastante avanzado y necesitaba ese trabajo de investigación para saber bien de qué estamos hablando.

Para abordarlo vamos a Melilla y hablamos con personas migrantes que había saltado la valla, con ONG, otra experta en la materia para que me dieran toda la información desde el punto de vista legal y administrativo (en qué condiciones llega una persona, los CIES, la reportación…). Leí también varios libros autobiográficos que cuentan cómo son estos viajes. Quería que la película estuviera documentada en todos los aspectos, también legales, para que no hubiera ninguna fisura y poder hacer algo real que la gente se creyera.

P: ¿Concibes este filme como un paso más de lo que habías hecho hasta ahora?

R: Para mí es posiblemente la película más necesaria que he rodado con la conciencia de lo que estaba haciendo. Solas lo fue también en su momento, pero no lo hicimos tan concienciados como esta. Sabíamos que estábamos hablando de un dolor humano muy profundo, de gente que está pagando un altísimo precio, que muere cruzando el Mediterráneo intentando llegar a las costas españolas por Canarias. Espero que esta película sea útil para concienciar sobre esto.

P: Detrás de este dolor hay muchas variantes. La película, como me has dicho, no solo cubre el salto a la valla, sino también la represión policial, cómo se organizan los CIES… ¿Qué has aprendido de ello y, sobre todo, ¿qué esperas que aprenda la gente de todo esto cuando vaya el cine?

R: Puedo decir con la conciencia muy tranquila que la película es bastante veraz porque la gente que me ha asesorado no le ha puesto un pero en ese sentido.

No hemos ahondado mucho en el tema de los CIES, pero es una pseudo cárcel donde te encierran por no haber cometido un delito, sino simplemente una falta administrativa como es haber entrado de manera irregular. Incluso gente que tenía una vida normal en España, por la desgracia de que les pillan en una redada, les encierran y si coincide que hay un vuelo en esos días les pueden deportar y destrozarte la vida cuando ya habías conseguido hacer una vida normal o estabas en ello. Yo desconocía esto de esos lugares y espero que la gente que vea la película lo aprenda también y, si crea conciencia genial, pero si no al menos que sirva para abrir la mirada.

P: La defensa del “no cabemos todos” da alas al racismo, pero también podría tomarse como un argumento válido por las condiciones de cada país en cada momento, por cuestiones demográficas, etc. Es muy complejo, pero, ¿por dónde pasaría una solución en el ámbito europeo que satisfaga, en la medida de lo posible, a todos?

R: Lo primero que tiene que haber es una determinación por parte de todos los gobiernos para intentar resolver el problema. Es terrible, es vil y detestable que se demonice a la migración o se utilice para ganar votos.

No sé cuáles son las soluciones, yo no las tengo, pero sí sé cuáles son los problemas. Nos estamos gastando una barbaridad en defensa, y a la vez que ponemos vallas y queremos poner fronteras, estamos muy necesitados de la población migrante.

Nos olvidamos de la Historia, de que nosotros también hemos sido migrantes, que los negros de Europa en los años 50-60 éramos los españoles pobres, de que a principio el siglo XX todos los migrantes que fueron a América Latina y del Norte eran europeos pobres… y que lo favoreció esa migración en el desarrollo de las Américas. Y, por supuesto, obviamos que un día fuimos a África y secuestramos, robamos y esclavizamos a más de 12 millones de personas para venderlas como animales. Nos aprovechamos de ellos como nos estamos aprovechando ahora de sus recursos naturales.

Si nos queremos olvidar de todo eso, al menos sal a la calle y mira quién te la está arreglando, quién está limpiando tu escalera, quién te está sirviendo una copa en muchos bares, quién se está quedando con nuestros mayores o viene a instalarte la fibra óptica a tu casa… A parte de que en España no hay crecimiento y de que éste viene gracias a la población extranjera, que es la que está aportando natalidad. ¿Por qué tenemos que provocar tanto dolor y tanto drama si encima estamos necesitados de la población migrante?

Nos gastamos una barbaridad en defensa

 

P: Hablas todo el rato del odio hacia el migrante cuando éste es pobre. Esa doble vara de medir por parte de los países receptores se aprecia en función del dinero que tiene la persona que viene, pero también en el color de piel. Sin duda, no se ha recibido de la misma manera a los migrantes ucranianos que a los subsaharianos, viviendo ambos un drama indiscutible. ¿Qué opinas de todo esto?

R: En tu pregunta está la respuesta. Hay mucha falacia en torno a esto. A las armas no les piden visado y pueden circular por todo el mundo, los productos manufacturados de los países pobres lo mismo, pero las personas no, salvo si son ricas. Si eres musulmán rico puedes venir, si eres negro rico también… Cada factor va influyendo; es decir, si eres subsahariano, pobre y mujer el sufrimiento es mayor. Si encima hay una barrera lingüística mayor… y así sucesivamente. Pero solo se ve la parte negativa, nunca la parte positiva de todo lo que nos pueden aportar todas estas comunidades y estas personas.

P: ¿Es España un país racista?

R: No lo siento así. No creo que sea racista de una manera evidente. Hay sectores que sí, claro, pero no creo que en líneas generales lo sea. Es verdad que somos un país que no lleva tanto tiempo recibiendo migración porque hasta ahora los migrantes hemos sido nosotros, y todavía lo seguimos siendo.

Hay más de un millón de andaluces fuera de Andalucía, y yo tengo familia joven que se ha ido a trabajar fuera de España, pero nosotros exportamos mano de obra altamente cualificada. Es decir, ya no se van los pobres de los años 50, sino sus nietos.

No creo que seamos un país racista, aunque sí nos queda mucho por recorrer en el camino de la tolerancia y para entender que en el futuro seremos una población muy mestiza porque España no crece.

De España ya no se van los pobres de los años 50, sino sus nietos

P: Como fan número uno de La voz dormida y como hemos hablado de los discursos reaccionarios de la extrema derecha, te quería preguntar por la Ley de Concordia que PP y Vox han sacado adelante en varias comunidades autónomas. Más allá de tu opinión sobre el contenido, que imagino cuál es. ¿No da miedo la manera en la que siempre camuflan el mensaje? Con el racismo porque “el de fuera nos viene a quitar el trabajo o es el que viola”, con la memoria histórica porque “la izquierda solo reabre heridas y busca la justicia de un lado”, etc.

R: Yo siempre digo lo mismo: acepto tu discurso si me convences con datos y una explicación inteligente para saber cuál es el problema que tiene la migración, porque lo que yo veo es que muchísima de la gente que habla así tienen empleadas del hogar migrantes y casi de manera esclava.

Si cerramos las fronteras como dice Vox, en dos años hay que sacar una ley que obligue a todas las mujeres en edad de procrear a tener mínimo dos hijos. ¿Creas una distopía?, ¿obligas a que la mujer española tenga que parir sí o sí? ¿Qué hacemos con la natalidad y con el trabajo? Me gustaría que hubiera un discurso sensato.

Y con la memoria histórica, lo mismo. Me encantaría que se hiciera un trabajo de investigación serio y riguroso de qué pasó y se hable bien. ¿Cómo va a ser lo mismo una parte y la otra? El problema de aquella época es que cuando pasa la Guerra Civil y ya hay vencedor se sigue matando y reprimiendo. ¿Qué necesidad había si ya habías ganado la guerra? ¿Por qué no aludió la Iglesia de Franco a la concordia y la reconciliación en vez de seguir haciendo apología del movimiento nacional? Es que fueron casi 40 años de torturas y ejecución. Y, sobre todo, ¿por qué Franco y la derecha no desenterró a los muertos para que cada uno tuviera su cristiana sepultura cuando contaban con el poder absoluto?

Si a las afueras de Madrid se descubre una fosa con personas del Dos de Mayo, ¿la abren o la dejan tal cual? O más simple todavía, si se encuentran restos fósiles de una especie de la Prehistoria… Lo harías, y sin embargo puedes dejar a 100.000 personas enterradas en cunetas sabiendo que murieron de forma totalmente injusta. Lo que en este país no hemos enterrado es la rivalidad de una derecha que no fue democrática y ahora parece que no es ni siquiera medianamente inteligente para hacer de este un país mejor, aunque sea desde una ideología conservadora.

Si descubren una fosa del Dos de Mayo, ¿no la abren? Y sin embargo pueden dejar a 100.000 personas enterradas en cunetas

P: Por último, un mensaje esperanzador para quienes encienden la tele y parecen impasibles ante episodios como el salto a la valla, las pateras, Palestina…

R: Yo daría dos mensajes. Uno es que afortunadamente hay mucha gente con los brazos abiertos ayudando, y cada vez más. Acuérdate de la imagen de Luna (voluntaria de Cruz Roja) con Abdoú en 2021.

Y el otro para mí es la perfección y casi lo más evolucionado del ser humano: cuando veo a los niños en los colegios riendo y jugando todos juntos, independientemente del color de piel y sin miedo porque saben que no tienen que trabajar de manera forzada, que no va a caer una bomba o en el caso de ellas que no van a ser mutiladas ni obligadas a casarse. El problema puede llegar cuando crezcan y cada uno disfrute de un poder adquisitivo, unas condiciones y crezca el odio. Pero hasta entonces, todas las religiones hablan de lo bueno que puede ser el ser humano, ¿no?, pues ahí lo tienen.