El ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, dimitía a última hora de la pasada noche de su cargo como máximo responsable del balompié en nuestro país y como vicepresidente de la UEFA. 

De este modo, el que llegara al puesto hace cinco años terminaba de sucumbir a las presiones de la mayoría social, aunque todavía había quienes apenas unas horas antes defendían el hecho último que le había empujado al principio del fin: el beso sin consentimiento a Jenni Hermoso.

El arzobispo de Oviedo defiende a Rubiales

Uno de los que se postuló al lado del que fuera también jugador de, entre otros clubes, el Levante, fue el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien en la eucaristía del pasado viernes, Día de Asturias, se expresó en los términos "leyenda del beso" para hacer referencia a la imagen de la final del Mundial femenino de Sídney que dio la vuelta al mundo. 

El responsable eclesiástico sacó a colación la instantánea y los hechos que se habían producido hasta la fecha -Rubiales todavía no había dimitido- a partir de la historia de Irina, una mujer ucraniana que había perdido a su esposo y uno de sus hijos durante un bombardeo a Kiev y que no está "manipulada en su condición femenina", siempre en boca del pontífice; a la hora de "afrontar los zarpazos más hirientes no dejándose arrastrar por tanto postureo, tanto empoderamiento y tanta zafia mediocridad".

A partir de aquí, tachó de "inevitable la comparación con otras noticias de estas últimas semanas que yendo de aquí para allá hojeaba en la prensa cada día" y pidió "dejar la Leyenda del beso para la preciosa zarzuela de Reoyo, Silva y Paso con la música de los maestros Soutullo y Vert". "Mejor está que los recientes sainetes jaleados con estrategias calculadas", añadió. 

En referencia a esas "estrategias calculadas", Montes ra rechazó la existencia de "frivolidades teledirigidas en noticias amañadas para distraer la atención, eclipsar las vergüenzas y manejar bajo cuerda pretensiones y apaños a cualquier precio y con la habitual mentira como arma política".

Respaldo de la derecha y la ultraderecha

Las palabras del azobispo encontraron el respaldo de la derecha y de la ultraderecha. El portavoz del PP, Diego Canga, se refirió a la intervención del Pontífice como "una gran homilia, como siempre, llena de espiritualidad y sentido común" y a Sanz como un "lujo" de arzobispo.

En términos similares habló su homóloga de Vox, Carolina López, quien ensalzó el "gran discurso de sentido común" en la eucaristía dobde, asunem puso de manifiesto los "graves problemas que amenazan a España y Asturias".

Dentro de la misma formación, el diputado del Congreso, José María Figaredo, asimismo vicepresidente de Vox en la comunidad autónoma, dijo que la homilía había estado "muy bien" y no había sido "nada sorprendente", mientras celebraba que en ella el representante de la Iglesia "defendió la vida, habló del ecologismo y avaló el feminismo real", términos a su juicio "muy básicos" y que el cristianismo defiende "desde tiempos inmemoriales". 

Contundencia en la izquierda

De una manera completamente opuesta se pronunciaron desde la izquierda. Así las cosas, la reacción del Ejecutivo fue pasó por lamentar que el arzobispo está "totalmente alejado de lo que piensa la sociedad asturiana"

Gimena Llamedo, vicepresidente, y Ovidio Zapico, consejero de Ordenación del Territorio, rehazaron que el responsable de la misa utilizara Covadonga "como una caverna reaccionaria", con unos argumentos "muy alejados del Papa Francisco". "Por muchas homilías radicales que lance no van a poder volver ya atrás en esta sociedad que se abre paso en un marco de tolerancia, respeto e igualdad (...) Los discursos en blanco y negro no nos representan", dijo el segundo.

El alcalde, Adrián Barbón, por su parte, no hizo referencia directa a la misa, pero su opinión queda prácticamente reflejada en palabras de la Delegada del Gobierno central, Delia Losa, quien lamentó que el arzobispo hubiere "convertido la misa del Día de Asturias en un sainete" muy alejado de "lo que el Papa Francisco defiende"; unos principios en los que entra "gente buena y piadosa".

Los "graves" problemas que "amenazan" Asturias y España

Entre la retahíla de exabruptos que ocuparon la misa del pasado viernes, además de lo relativo al beso de Rubiales, estuvieron también presentes temas como la eutanasia, el aborto o la Agenda 2030

Sobre las dos primeras cuestiones, Sanz expuso que "dejamos al pairo la vida humama más vulnerable". En este sentido, hizo alusión a la vida "no nacida aún" o a "la que precipita su final con la ayuda matarife de una eutanasia letal sin la asistencia paliativa censurada". 

Respecto del tema restante, en el arzobispo mencionó la "ecología de la que tanto hablan", pero "sin la carga ideológica de la Agenda 2030, ni el paseíllo manido por las pasarelas de tanta monserga vacía, aunque tan bien subvencionadas que terminan siendo subversivas". "Hablar de ecología es hablar de que nos importa la vida, toda la vida, evitando caer en la trampa engañosa de salvar sólo algunas floras y faunas clasificadas por ciertas corrientes ecologistas que acaban siendo ecolojetas", apostilló.