Si por algo se han caracterizado los Premios Goya en los últimos años es por su cariz reivindicativo. Críticas a las subidas del IVA, a lo difícil que resulta producir un filme en España, ... Esta última edición tenía como objetivo hacer un llamamiento por la igualdad en el séptimo arte español, donde las mujeres cobran un 40% menos que los hombres y donde el papel de la féminas en otros campos que no sea el de la interpretación, es meramente testimonial. 

Toda la gala giró en torno a esta protesta, con monólogos dedicados al machismo existente en la sociedad actual. Sin embargo, no a  todos los presentes en al auditorio les pareció bien la reivindicación. Arturo Valls sorprendió a más de uno cuando manifestó que "me gustaría más que se hablara de los problemas del cine" y se aparcaran las reivindicaciones porque " se podría desvirtuar el mensaje". 

Sus declaraciones no han sentado nada bien en el seno del feminismo y le han valido al actor y presentador granjearse buen número de comentarios negativos en redes sociales.

Pero Arturo Valls no ha sido el único que ha dado de que hablar en esta gala. El independentismo también ha querido tener su minuto de gloria y ha lamentado que en la fiesta del cine no se haya protestado por los "presos políticos" que fueron encarcelados tras el 1-O.