Es difícil conmemorar a una figura tan grande en el fútbol como lo fue Luis Aragonés, porque su carácter, tanto de futbolista como de entrenador, era muy complicado. Dicen que como jugador era casi mejor que como entrenador, aunque el palmarés fuese más amplio cuando dirigía a los equipos desde el banquillo.

Genio y figura y tal y tal. Quizás por su carácter, no se le reconoce tanto como a otros entrenadores que llevan la ética por bandera y no se pelean con nada ni nadie. No le tembló la mano cuando dejó de contar con Romário en el Valencia, y mucho menos cuando no convocó a Raúl a la Selección Española pese a la insistencia de todos los aficionados. Se peleó con periodistas e incluso presidentes, y lo más llamativo de todo esto fue la estrecha relación que tenía con Samuel Eto’o: de cogerle por la camiseta en mitad de un partido, a decir, el propio jugador, que Aragonés ha sido el entrenador más grande que ha tenido.

Barcelona, Sevilla, Betis, Valencia, Mallorca, Oviedo, Fenerbahçe y, cómo no, Atlético de Madrid -equipo de sus amores- fueron los equipos a los que entrenó ‘El Sabio de Hortaleza’. Y como olvidarnos de aquella Selección Española con la que logró ganar la Eurocopa y dejar el legado que, en la actualidad, tenemos en ‘La Roja’.

Empezó su periplo en el Atlético de Madrid, el equipo de sus sueños. Tuvo que colgar las botas para poder dirigir a su equipo desde los banquillos. Los conocimientos que aportaba desde su visión como centrocampista los trasladó íntegramente a sus tácticas en el banquillo. Quería jugar y no dejar jugar a sus rivales. Durante su primera estancia en el Atleti, le exigía mucho más a Futre de lo que hacía luego en el campo. Tuvo un enfrentamiento con el ariete luso en el que le llamó ‘’cabeza de chorlito’’. A pesar de esto, en la actualidad, Futre sigue hablando maravillas de él. Su primera etapa en el Atleti acabó tras un enfrentamiento con Jesús Gil en la que el otrora presidente rojiblanco le dijo que él no era nada en el club. La contestación estuvo a la altura de lo que ha sido Aragonés durante su vida:, "Yo he sido todo en el Atlético, usted sí que no es nada aquí’’. Pocos años después, volvió a contratarlo para hacer de nuevo un Atlético de Madrid campeón.

Aterrizó en el Barça en la 87-88 durante una crisis del equipo culé. El por entonces presidente del Barça, José Luis Núñez, le dio un voto de confianza, y tras el desastre que habían hecho en La Liga se alzó con la Copa del Rey. A pesar de esto y con la confianza del club, Núñez le despidió. No todo fue malo para el club blaugrana, porque gracias a eso llegó Cruyff.

Durante su corto periodo en el Betis, protagonizó uno de los momentos más cómicos de la historia del fútbol español. Su rifirrafe con el delantero de la Real Sociedad, Darko Kovacevic, fue noticia durante días. Y a día de hoy, sigue calando en las personas. Durante un partido, el madrileño se dirigió hacia el exjugador serbio y espetó: ''Eres más malo que tu p... madre, eres horrible. Además de tonto eres malo''. 

Tenía una personalidad tan característica que dejaba huella allí por donde pasaba. En el Valencia estuvo durante las temporadas 95-97 y allí protagonizó una de las escenas más recordadas en su carrera como entrenador, y eso que tiene muchas. A su llegada, Romario era titular indiscutible a pesar de sus comportamientos nocturnos. Luis Aragonés tuvo una charla con el jugador brasileño en la que, ambos cara a cara, le espetó la famosa frase: ‘’Mírame a los ojitos’’. El comportamiento de Romario y sus ‘highlights’ nocturnos hicieron que el madrileño dejara de contar con él (‘’con que cara me presento ante la plantilla y les dijo que juegas tú’’).

Cambio de siglo y, con ello, nuevo equipo para ‘El Sabio de Hortaleza’. Con Samuel Eto’o como capitán del velero balear, alcanzó la tercera plaza con el Mallorca -mejor posición de su historia- que les dio la clasificación a Champions League. Con el jugador camerunés fue con el que tuvo una relación amor-odio dentro del club. En un partido contra el Zaragoza, Aragonés sustituyó a Eto’o. El jugador africano se quejaba en el banquillo por el cambio. Luis Aragonés como un obús se fue hacia él, y, cogiéndole por la pechera, le zarandeó en varias ocasiones para advertirle sobre su comportamiento. Le dio una lección al exjugador mallorquín. A pesar de este rifirrafe, Eto’o lo consideraba su abuelo por trasmitirle unos valores tan buenos.

Antes de recalar en el Fenerbahçe, lugar en el que finalizó su carrera, fue el seleccionador de la Selección Española. Durante el tiempo que estuvo en ‘La Roja’ no cesaron las anécdotas. Tenía una forma muy peculiar de alentar a sus jugadores. En el Mundial de Alemania de 2006, durante un entrenamiento dio una charla a José Antonio Reyes que quedará para el recuerdo, -refiriéndose a Henry: ‘’¿qué tiene ese negro que no tenga usted?’’. El comentario, a priori racista, no era más que una forma de motivar a su jugador.

Hubo otro episodio más bien sonado de Luis Aragonés en la Selección. El día que estampó un teléfono móvil contra el suelo. Aragonés tenía prohibido el uso del móvil en las charlas. Durante una de ellas, comenzó a sonar un móvil. Buscaba y buscaba sin econtrar el teléfono. Era el de él. Lo sacó de donde lo tenía metido y lo reventó contra el suelo.

Los títulos que ganó España fueron, en parte, gracias a ‘El Sabio de Hortaleza’, a su manera de entender el fútbol; apostando por esos locos bajitos cuando nadie daba un duro por ellos; haciendo del centro del campo español uno de los mejores de la historia; y llevando a la práctica el tiki-taka brasileiro. Gracias a su coraje. Gracias a su casta. Gracias a todas las virtudes que tenía, España por fin pudo pasar de cuartos en un Mundial. La gente situaba a España en el mapa. Gracias Luis Aragonés, por todo.