Durante los últimos años, se extendió la creencia de que el tabaco era el principal factor de riesgo de cáncer. Sin embargo, estábamos equivocados: es la alimentación, por delante de fumar y beber alcohol. Aunque existen factores de riesgo que no son modificables, tales como la edad o la génetica, sí hay otros como el tabaquismo, el sedentarismo, la dieta saludable y los factores medioambientales que han de tenerse en cuenta de cara a la prevención de la enfermedad.

Si existiera una verdadera concienciación con respecto a los factores modificables podrían evitarse el 50% de los canceres más comunes. Aunque la realidad se acerca peligrosamente, ya que se espera que en 2040 el porcentaje de nuevos casos aumente hasta un 50%, y de estos, un porcentaje significativo corresponderán a pacientes jóvenes. Siendo de vital importancia que para esa fecha, el cáncer sea un enfermedad que se pueda curar.

La asesora científica en temas de estilo de vida de la Fundación CRIS contra el cáncer, Emilia Gómez Pardo, advierte de que el cáncer, a pesar de ser uno de los principales problemas de salud pública, es una enfermedad prevenible. "Adelantarse a la enfermedad es posible siempre que seamos capaces de identificar si estanos en riesgo y actuar con la ciencia en las manos, cuando estamos sanos" explican desde la Fundación CRIS. Gómez Pardo cuenta que “la alimentación ya es el primer factor de riesgo, por delante del alcohol y el tabaco" y destaca la necesidad de concienciación de la población

La experta añade que “el desarrollo de un cáncer es el resultado de una compleja interacción entre las características individuales de la persona, el estilo de vida y factores ambientales. Estos, se combinan entre si y, a veces, lo hacen de tal manera que se favorece el desarrollo de un tumor", además recuerda que según las investigaciones solo entre el 5% y el 10% de los tumores es hereditario. El resto, entre un 90% y un 95% se consideran no hereditarios o espontáneos, por lo que el factor ambiental y el estilo de vida son clave.

La evidencia científica es muy contundente: predice que hasta la mitad de los cánceres más comunes se podrían evitar controlando nuestro estilo de vida y los factores ambientales sobre los que tenemos la capacidad de influir. El porcentaje de personas que sufren esta enfermedad disminuiría si se controlasen los principales factores de riesgo, que son la mala alimentación, la inactividad física, el exceso de peso, el tabaquismo y el consumo de alcohol.

Con un estilo de vida saludable no solo evitaríamos potencialmente sufrir un cáncer, sino también otras muchas enfermedades hasta el punto de que podríamos vivir 10 años más libres de enfermedad.