Canarias podría convertirse en el primer territorio español que sufra los estragos permanentes provocados por el cambio climático si no se toman medidas de forma inminente, según aseguran los expertos en el Informe de análisis de riesgos costeros ante el cambio climático en las Islas Canarias, publicado por la Comunidad Autónoma de Canarias, que estima los efectos sobre los sistemas socioeconómico y natural a finales de este siglo.

El diagnóstico ilustra un futuro apocalíptico con resultados demoledoras: subida del nivel del mar y de las temperaturas, desertificación, tropicalización y aumento de fenómenos meteorológicos adversos y de enfermedades respiratorias y cardiovasculares asociadas. Un panorama que tendrá graves consecuencias en los archipiélagos con impacto social, económico y ecosistémico

Las pérdidas económicas directas estimadas pueden alcanzar un 11% del PIB actual en el peor escenario de cambio climático en 2100. Esta cifra representa el capital (de stock y productivo) en riesgo para un determinado año a finales de 2100. No obstante, hay que señalar que el trabajo no evalúa los daños económicos sobre infraestructuras portuarias, que pueden llegar a tener una magnitud significativa. A su vez, amplias zonas agrícolas e industriales también quedarán damnificadas.

La preocupación es total y desde el Gobierno regional se pide una mayor autonomía en materia energética para poder tomar decisiones inmediatas. “Canarias va a ser el tráiler de lo que le puede pasar al planeta si no ganamos esta lucha”, expresa José Antonio Valbuena, consejero de Transición Ecológica del Gobierno regional.

El PSOE ha incorporado en su programa electoral para las próximas elecciones del 28-M la aprobación de una ecotasa en las islas. Los socialistas ya se habían mostrado favorables esta legislatura a la aprobación del gravamen, siempre y cuando el sector turístico volviese a las cifras prepandemia, como así ha sido ya que se ha superado ese umbral.

Pérdida del 50% de las playas 

Los resultados del estudio, la primera radiografía de esta magnitud realizada en España, corresponden a una hipotética situación de ausencia total de aplicación de medidas de adaptación y, por lo tanto, de los costes de no intervención. Las consecuencias de los procesos costeros en 2050 y 2100 en las Islas Canarias que se destacan son múltiples y muy alarmantes.

Los efectos de los procesos de inundación y erosión costera derivados de la subida del nivel del mar afectarán a 147 arenales, siendo las islas orientales y las centrales las más perjudicadas. La primera eliminada ya tiene nombre y apellido: la playa de Alcalá, en Guía de Isora, Tenerife. Con esta información se espera que los gestores puedan tomar decisiones y adoptar medidas de lucha contra los efectos del cambio durante el presente siglo.

La pérdida del de las playas en 2050 -con una pérdida total de superficie del 10,6%- conllevaría a su vez la pérdida de un valor productivo de más de 1.000 millones de euros al año. En 2100, estas cifras puedan ascender a 153 playas, 45,2% de su superficie total y un valor productivo de más 4.500 millones de euros al año.

Los hábitats y ecosistemas podrán experimentar una reducción sensible de sus superficies, en general, de carácter limitado, pero con una dimensión significativa en las costas bajas de las islas orientales -Fuerteventura y Lanzarote-, de menor relieve, y en las costas surorientales de Tenerife y Gran Canaria.

Consecuencias en las ciudades

El Plan de Impulso al Medio Ambiente Adapta Costas alerta que esta problemática no solo perjudicará a las zonas turísticas, también las ciudades. Entre las más damnificadas se encuentra Las Palmas de Gran Canaria, la más poblada del archipiélago, con unos 380.000 habitantes. Se calcula que el 10% de la población total de las islas tendrá que trasladarse y reubicase en el interior, a la vez que se prevén importantes afecciones en las infraestructuras públicas.

Los cambios permanentes en la costa provocarían que unas 500 personas puedan verse obligadas a reubicarse en el peor escenario climático de 2050 y más de 5.000 en 2100. Además habría afecciones sobre infraestructuras críticas, como tramos de carreteras insulares y autovías, y afectaciones probables sobre centrales de producción eléctrica (térmica) en varias islas, con riesgos significativos sobre el abastecimiento energético, y en algunas instalaciones peligrosas (químicas y radiológicas).

Ley de cambio climático en Canarias

En medio de este pronóstico, Canarias está actuando con la reciente aprobación de su ley de cambio climático. En el marco de sus competencias, pretende así evitar que se cumplan las previsiones con la incorporación de las herramientas necesarias para alcanzar la descarbonización de las islas en 2040,10 años antes que lo fijado por Europa y España.

Con este texto se establecen medidas concretas y obligatorias que implican a administraciones públicas y al sector privado con el objetivo de reducir en un 90% las emisiones y alcanzar un 92% de la energía final consumida a través de renovables en esa frontera de 2040, gracias a condiciones naturales de las que dispone para lograrlo: horas de sol y de viento y a la tecnología disponible.