Hace nueve meses pocos conocían quién era Alberto Ginés. Sin embargo, tras ganar el primer oro olímpico de escalada su fama empezó a crecer exponencialmente. Tras la victoria decidió alejarse unos meses de los rocódromos para poder encontrar la motivación.

Ahora, centrado en París 2024, asegura que su vida es "perfectamente normal" sin "paripés". Por ello, pasada la marejada del oro olímpico, hablamos con él en ElPlural.com.

PREGUNTA: Han pasado nueve meses desde que ganaste el oro. ¿Cómo ha sido este tiempo hasta mayo?

RESPUESTA: He pasado por varias etapas. Las primeras semanas cuando gané fue una auténtica locura por el impacto mediático que tuve al crecer en redes sociales y recibir tanta atención de repente. Fue bastante loco. Luego tuve una etapa de hacer un montón de eventos, galas, entrevistas que nunca había hecho. Y ya después de navidades dejé de hacer el paripé y volver al centro a entrenar y centrarme en las competiciones.

P: ¿Por qué dices lo de paripé?

R: Son cosas que hay que hacer. Hay cosas que me gustan más y cosas que me gustan menos, pero es la otra parte del deporte que no siempre es tan agradable o es ir a entrenar. Por ejemplo lo de ir en traje a las galas, que no me mola demasiado. Te acabas acostumbrando.

P: ¿Ha cambiado algo tu vida tras la medalla?

R: Sinceramente yo lo veo como una cosa más. Creo que ha cambiado un poco la forma en la que la gente me ve, pero mi vida solo ha cambiado las primeras semanas. Ahora mismo mi vida es exactamente igual aunque en el mundo de la escalada se me conoce más y en el mundo en general también.

P: Después de ganar decidiste parar de escalar.

R: Llevaba tres meses en Austria entrenando y al volver de los Juegos tuve una semana de descanso con mi familia y para hacer entrevistas y me subí enseguida para entrenar. Subiendo estaba hablando con mi padre y le dije que no tenía motivación para ir a entrenar otro mes. Quería estar tranquilo y disfrutar de lo que había conseguido. Quise estar con mi familia.

P: Te vas a Austria porque dices que en España no hay infraestructura.

R: Vamos a Austria a entrenar porque tiene las mejores instalaciones. Ahora en España está mejorando mucho la cosa y más después de los Juegos, pero la cosa va tan lenta que no la tenemos. Como la selección española no tenemos esas infraestructuras en condiciones nos tenemos que ir fuera.

P: ¿Cómo recibís los deportistas estos anuncios de los políticos a la hora de anunciar inversiones en deporte?

R: (Risas) Cuando era pequeño me hacía ilusión escucharlo. Después de tantos años lo que me sorprende es que sea verdad.

P: Es un poco usar al deportista para el juego político, ¿no?

R: Yo con que lo haga me vale.

P: ¿En qué os afecta el que no se invierta en deporte?

R: El mayor ejemplo es Barcelona 92. Es la mayor inversión que se ha hecho en el deporte en la historia de España y son los Juegos Olímpicos en los que más medallas hemos tenido. Creo que está claro. Si no se invierte es muy difícil que lleguemos. En España hacemos mucho y el problema es que no consigues apoyo hasta que no destacas. Es normal no tener patrocinadores cuando no tienes buenos resultados, es lógico, pero a un nivel más de primera línea es muy difícil llegar arriba.

Yo he tenido la suerte de tener los padres que tengo y mi padre se hacía 1400 km cada fin de semana para llevarme a entrenar a Francia desde Cáceres. Si eso no hubiera pasado no habría pasado nada.

P: ¿No te da miedo perder a los patrocinadores que tienes por mojarte políticamente en redes sociales?

R: Sí, pero a la vez pienso que si un patrocinador no quiere estar conmigo por mi forma de ser o lo que pienso, estoy mejor sin ellos. No solo en el tema político, también en temas como los derechos humanos. Afortunadamente mis patrocinadores están contentos con cómo llevo mis redes sociales, no tengo ninguna queja.

P: Fueron un éxito desde el primer momento

R: Lo de Twitter fue una sorpresa y al principio una putada porque cuando mi entrenador me dio el móvil después de competir veo que tengo un millón de notificaciones. No pude ni usar el móvil. Lo primero que pensé fue 'hostias, lo que va a salir de aquí'. Era una cuenta donde tuiteaba lo primero que se me pasaba por la cabeza con cosas sin contexto o que no se entienden o con cualquier burrada porque solo lo iban a leer mis cuatro amigos. Cuando vi que las reacciones eran todas positivas, pues bueno lo hemos salvado.

P: Pero también has tenido detractores en redes sociales, sobre todo de algún partido.

R: Sí, pero de eso prefiero no comentar nada porque me da un poco de pereza.

P: ¿Llevas bien la crítica?

R: He tenido suerte y no he tenido mucho hate. Si das tu opinión sobre cualquier tema vas a tener críticas por un lado o por otro, me lo esperaba. Diría que la gente me ha querido más que el odio que he recibido y no he tenido que lidiar con críticas. He tenido que tratar con el típico tonto que hay en todos lados, pero nada demasiado grave.

P: Ahora lo estamos viendo con Carlos Alacaraz, ¿no has tenido que bajar los pies al suelo para no emborracharte de éxito?

R: Es complicado. Ganar los Juegos Olímpicos era el sueño de mi vida. Era lo máximo a conseguir en mi carrera y los gané con 18 años. Más que se me subiese, que no fue el caso, fue que me desmotivé un montón. Me había quedado sin objetivo y me costó encontrar el por qué esforzarme en cada entrenamiento. Estuve un poco perdido, pero no se me subió el éxito. El psicólogo me dijo que era una cosa normal y lo estuve trabajando con él y ya lo llevo bien.

P: ¿Cuál es esa motivación ahora?

R: París. Cada vez lo veo con más color y la Copa del Mundo y de Europa.

P: ¿Por qué dices que ves París cada vez con más color?

R: Pues porque la primera competición que hicimos el año pasado me fue muy mal. Ahora en bloque voy bastante bien, he mejorado mucho los cuadros que esperaba y no pensábamos que pudiera hacerlo tan bien. Puedo estar entre los mejores y lo veo mucho mejor. Igual ha sido un golpe de suerte en una competición, queda mucha temporada.