Apenas unas horas después de que haya aterrizado desde México, recibimos a Adriana Macías, la conferencista número uno en su país natal. Una joven escritora que decidió plasmar todos sus pensamientos, a pesar de faltarle sus dos manos. Nació sin ellas, pero desde muy pequeña tuvo muy claro que sus pies iban a ser su guía. A lo largo de su vida ha desarrollado tanta capacidad con ellos que es experta en hacer absolutamente de todo: se maquilla, cocina, toca el chelo, se peina... Una capacidad admirable y que ha sorprendido al mundo.

Adriana Macías ha publicado cuatro libros y cuenta con una amplia comunidad de usuarios en redes sociales. En TikTok llega al millón y medio de seguidores. Algo que como nos cuenta surgió de forma inesperada: “Estábamos en cuarentena. Mi nena en ese entonces tenía cuatro años. Ya no sabía cómo entretenerla. Y entonces, empezamos a jugar haciendo vídeos y a ella le encantó”. Además, ha participado en nuestro país en el programa de talentos ‘Got Talent’, donde obtuvo el botón dorado. Una experiencia de la que mantiene un buen recuerdo pero que cuenta con una amplia reflexión detrás: “A todo el mundo nos gusta hablar de nuestros logros, de nuestros éxitos. Me encantaría empezar a decirte que gané un botón dorado, pero la realidad es que pasé un montón de momentos difíciles. Tuve que pasar un montón de pérdidas y muchos fracasos para poder llegar a ese momento”.

P. ¿Quién es Adriana Macías?

R. Yo soy una mujer con un gran sentido del humor. Me encanta ser mamá. La vida me ha dado la oportunidad de poder transmitirle al mundo lo importante que es nuestra actitud ante las circunstancias de la vida. Que cuando nosotros nos proponemos trabajar en un sueño, en algún proyecto, no importa qué. Si nosotros nos comprometemos con ese sueño, con ese proyecto, es posible hacerlo realidad. Creo que este cuerpo me ha permitido darme cuenta de que lo más importante es en dónde enfocamos nuestros pensamientos.

P. ¿Cómo fue tu infancia?

R. La verdad es que tuve una infancia superfeliz, increíble, cargada de fantasía, de juegos y dulces. Hoy en día que soy mamá, entiendo que fue la época más bonita que tuve y la época más dura para mis papás. Yo creo que fue su época más oscura y realmente me imagino que debe de haber sido muy dolorosa, muy difícil y triste porque no había tanta información como hoy. No había tanta apertura, no había tanta disposición de la sociedad, no había tanta aceptación. Hoy en día hay tantas cosas y mis papás tuvieron que construir todas esas ventanas y lo hicieron de una manera que yo, la verdad, no dejo de sorprenderme. Su alegría, su actitud positiva, porque yo no tuve ningún complejo, ninguna angustia cuando era niña. Lo difícil vino en la adolescencia, ahí sí se cambiaron los papeles un poquito.

P. ¿Cómo recuerdas tu adolescencia?

R. Ya en la adolescencia tienes más conciencia de lo que es el mundo, de lo que está pasando, de lo que te gustaría ser. Y sin darme cuenta fui como cubriendo y envolviendo todo lo que no me gustaba. Todas las cosas que me hacían sentir insegura, yo las disfrazaba con mucho sentido del humor. Eso sí, Dios me dio un sentido del humor extraordinario. Pero como yo de inmediato lo disfrazaba con esto pues entonces empecé a tomar un montón de decisiones equivocadas. Yo trataba de hacer un esfuerzo extraordinario por no incomodar a las personas. De repente, si pasábamos por una situación complicada, yo de inmediato trataba de borrarlo, de que no se viera, generando mucha presión sobre mí. Finalmente, en mi madurez, cuando nació mi hija, empezaron a salir todos esos hoyos negros. He tenido que trabajar, pero ha sido maravilloso porque conforme los he ido descubriendo y entendiendo pues ha sido maravilloso que a través de este aprendizaje puedo compartir con tantas mujeres, con tantos jóvenes y con tantos hombres, con tantas personas. Que lo perfecto es lo que nos hace feliz y lo perfecto es lo que nos da paz. Esa es la perfección.

Trataba de hacer un esfuerzo extraordinario por no incomodar a las personas

La destreza de Adriana Macías 

P. ¿Recuerdas el día en el que decidiste que tus pies iban a ser también tus manos?

R. Bueno, no, eso no lo recuerdo. Es bueno, esto les va a encantar. Y esto lo estoy platicando recientemente porque yo no me había dado cuenta de esto hasta que empiezo a trabajar en todas estas etapas de mi vida. Yo desde bebé empiezo a hacer las cosas con los pies. Todos los bebés hacen cosas con los pies, esa es la realidad.

Yo empecé a hacer más y más cosas y a desarrollar más estabilidad, pero me daba muchísima vergüenza que me vieran haciendo cosas con los pies. Imagínate ver a una niña de cinco años comiendo en la mesa con los pies. Empecé a hacer todas las cosas a escondidas porque me daba muchísima vergüenza que me vieran. Yo vengo de una época en la que es de mala educación quitarse los zapatos, es de mala educación subir los pies en la mesa. Bueno, en algunos lugares todavía es protocolo. Me di cuenta de que era diferente, aceptando que era mi manera de ser. Y así empecé a hacer las cosas con los pies en algunos lugares, cuando estaba con amigos de mucha confianza en algunos restaurantes y, poco a poco, me fui soltando. Hoy en día acepto que son mis manos.

Imagínate ver a una niña de cinco años comiendo en la mesa con los pies. Empecé a hacer todas las cosas a escondidas porque me daba muchísima vergüenza que me vieran

P. ¿Qué es lo que más te cuesta hacer en tu día a día?

R. Yo creo que una de las cosas más importantes que he logrado y de las más difíciles ha sido mi independencia personal, el poder peinarme yo sola, maquillarme y vestirme. Pero no solo es hacerlo, sino hacerlo en diferentes lugares, como me ha ocurrido hoy mismo en el baño del avión.

El invento más importante lo han llevado mis papás porque nunca adaptaron algo tan especial como para que yo no pudiera hacer las cosas fuera de la casa. Y eso es algo que hoy en día les agradezco mucho. Que he tenido que aprender en la práctica, las cosas van cambiando.

P. Tienes un millón y medio de seguidores en TikTok. ¿Qué te ha aportado esta red social?

R. Ha sido una red fascinante porque, como les digo, yo tengo mucho sentido del humor. Pienso que es una de mis cualidades más importantes y que me ha servido para enfrentarme a las dificultades y ha sido para mí un bálsamo. He podido compartir con las personas mi historia. A través del sentido del humor he podido lograr la empatía con distintas personas, pero lo más bonito es que al final de la mano (“van a decir que es mentira”) hemos transformado la visión que tenemos ante lo diferente. Nuestra primera reacción es criticarlo: “Yo no lo haría”, pero a través del tiempo hemos aprendido a tener esta aceptación y este respeto por la manera de ser de las personas.

P. ¿Te acuerdas del día que decidiste subir el primer vídeo a tu cuenta de TikTok y por qué lo hiciste?

R. Sí. Estábamos en cuarentena. Mi nena en ese entonces tenía cuatro años. Ya no sabía cómo entretenerla. Y entonces, pues empezamos a jugar haciendo vídeos y a ella le encantó y se volvió una excelente editora de los vídeos y ya se le ocurrían ideas y todo. Al principio realmente lo hice como hoy en día hago todas las cosas, con la intención de darle un ejemplo a mi hija de que siempre hay maneras de crear cosas positivas.

Estábamos en cuarentena. Mi nena en ese entonces tenía cuatro años. Ya no sabía cómo entretenerla. Y entonces, pues empezamos a jugar haciendo videos y a ella le encantó

P. Has publicado cuatro libros, ¿cuál dirías que es el factor común en todos ellos?

R. Yo comparto mi historia en cada uno de los libros a través de la fantasía y mi propia historia, como fue “La fuerza de un guerrero” o "Enamórate de ti”. Trato de narrar cómo nosotros tenemos que aprender a buscar la manera de enfrentar nuestros momentos difíciles buscando herramientas. Tenemos que aprender a buscar maneras de sentirnos en paz.

Nada ni nadie te va a dar la felicidad, ya que es algo que nosotros tenemos que aprender a encontrar en este viaje personal, en lo profundo de nosotros. Ahí es donde está y es un viaje bien largo y complicado en el que te puedes perder dentro de un laberinto personal cargado de creencias formadas por lo que te dijo tu mamá, tu papá o tu abuelita; lo que leíste, los recuerdos de tu maestra, tus amigos. En ese punto te das cuenta realmente de quién eres tú.

P. Estuviste en España en el programa de talentos Got Talent, ¿cómo fue esa experiencia?

R. Eso estuvo padrísimo. La verdad es que yo, como les digo, siempre fui una buscadora y me di cuenta de que el mundo estaba atravesando un momento bien doloroso a raíz de la pandemia. Se despertó en muchas personas la ansiedad, la depresión y también esta negatividad que despertaba también la violencia, la muy poquita tolerancia ante la frustración, ante las pérdidas. Y decidí buscar un foro, un escaparate, a través del que compartir un mensaje de esperanza y entereza. A todo el mundo nos gusta hablar de nuestros logros, de nuestros éxitos. Me encantaría empezar a decirte que gané un botón dorado, pero la realidad es que pasé un montón de momentos difíciles. Y tuve que pasar un montón de pérdidas y muchos fracasos para poder llegar a ese momento. Y a las personas no les gusta hablar de esos fracasos, de esos dolores, de esas de esos errores, cuando finalmente esos son los que nos han dado nuestra fortaleza y nos han permitido descubrir nuestra personalidad.

P. Y, para terminar, ¿un consejo de superación personal?

R. Yo creo que la sugerencia más bonita que les pueda decir para poder superarnos es que aprendamos a tomar decisiones cuando llegan a nuestro corazón y cuando llegan a nuestra mente, porque cuando llega esa decisión la escuchamos perfectamente. Si tú esperas por el miedo, por el qué dirán o el miedo al fracaso, siempre permanecerás estancado. Aprende a tomar esas decisiones en cuanto llegan y te vas a convertir en una persona experta en tomar decisiones. Es lo más difícil de la vida y es lo más bonito que puedes hacer. Porque tomar decisiones es tomar boletos para hacer viajes extraordinarios.