En el Día Mundial de las Abejas, Fundación Aquae, la fundación del agua, analiza el papel clave de estos polinizadores que favorecen la biodiversidad y garantizan la salud de los ecosistemas, aumentando la producción agrícola, forestal y regulando el clima. De polinizadores como las abejas depende, en cierta medida, más del 75% de los cultivos alimentarios del mundo.

Hoy es el Día Mundial de las Abejas

En la infografía adjunta, realizada por Aquae con motivo de esta efeméride, se explica que el 35% de las tierras agrícolas del mundo dependen de la polinización, uno de los procesos más importantes de la naturaleza que consiste en transportar el polen de una flor a otra, lo que permite su fecundación y reproducción, dando lugar a frutos y semillas.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dos tercios de las plantas que cultivamos en el mundo dependen de la polinización para reproducirse, es decir, unas 170.000 especies de plantas, muchas de las cuales también son cultivos alimentarios. La polinización también aumenta la calidad de los alimentos ya que, en general, las plantas ponen más recursos en los frutos polinizados, aumentando así la calidad y el sabor (si una planta ha sido bien polinizada, es decir, ha recibido una cantidad suficiente de polen, desarrollará un fruto más grande y uniforme).

«Hay una cita atribuida a Einstein, y que con toda probabilidad no es suya, que reza así: “Si las abejas desaparecieran, la humanidad tendría sólo cuatro años más de vida”. Y es que las consecuencias de la desaparición de las abejas y del resto de polinizadores, como los abejorros y los coleópteros, serían catastróficas, al no haber ni hierbas, ni frutos, ni cosechas, ni animales para alimentar a las personas», explica la bióloga Mónica Fernández-Aceytuno, directora de Clips Natura, micro-documentales sobre la naturaleza con los que Fundación Aquae pone en valor la diversidad biológica en España.

A pesar de su enorme importancia, muchas abejas están desapareciendo. Las razones son diversas: insectos invasores, deforestación, uso indiscriminado de pesticidas, cambios en el uso del suelo o pérdida de sitios de anidación y recursos florales.  «De las 20.000 especies de abejas que hay en todo el mundo, las más estudiadas son, por su interés en la apicultura, las que dan miel, que son una minoría, y entre ellas la abeja Apis mellifera, cuya población ha mermado en más de un 30% desde los años 70», destaca Fernández-Aceytuno, Premio Nacional de Medio Ambiente en 2003.

«Según el doctor en Biología, experto en himenópteros, José Manuel Guerra Sanz, las colmenas se están viendo muy afectadas por la varroa, un ácaro procedente de Filipinas que se ha convertido en una plaga con la globalización, al igual que la avispa asiática velutina (Vespa velutina), que se alimenta de abejas», añade.

2.500 abejas para producir un kilo de miel

De las más de 20.000 especies de abejas que existen en el mundo solamente 7 producen miel, un edulcorante natural que tiene propiedades antibacterianas y antisépticas. Unos 4 ml de miel (cucharadita de café) representa el trabajo de toda la vida de unas 10 abejas, lo que significa que para reunir un kilo hacen falta unas 2.500 abejas.

Un enjambre de abejas está compuesto por 30.000-60.000 abejas obreras (viven de seis a ocho semanas en verano y de cuatro a seis meses en invierno); 300 a 1.000 zánganos; y una abeja reina, que vive entre uno y cuatro años.

España es uno de los primeros en apicultura a escala mundial

Actualmente, España cuenta con unas 30.000 explotaciones apícolas y aproximadamente unos 2,4 millones de colmenas (el 16% de las colmenas de la UE), gestionadas por 23.000 apicultores profesionales (operan más de 150 colmenas), por lo que nuestro país es uno de los primeros en apicultura a escala mundial.

Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo (fecha de nacimiento de Anton Janša, pionero de la apicultura moderna en Eslovenia en el siglo XVIII) como Día Mundial de las Abejas, justo dos días antes de la celebración del Día Internacional de la Diversidad Biológica (22 de mayo) a la que estos valiosos insectos tanto contribuyen.