María vive en Uruguay con su hija, pero el lunes tendrá que coger un avión a las 13:00 horas de vuelta a España para que la menor esté en el mismo país de origen de su padre. Hasta aquí todo normal si no fuera porque la madre le denunció por malos tratos y por supuestos abusos sexuales contra la niña.

Esto es lo que denuncia la Red Uruguaya de Lucha Contra la Violencia Doméstica y Sexual (RUCVDS), una asociación que está prestando apoyo a María, y que denuncia “irregularidades en el procedimiento judicial” que consideró que no había pruebas suficientes para condenar al padre por abusos sexuales.

El padre de la menor, que niega cualquier acusación de malos tratos o de busos sexuales, no quiere hacer pública su versión de los hechos por recomendación de sus abogados; pero la familia se muestra fuertemente afectada por que la campaña de denuncia de asociaciones uruguayas y de la madre haya llegado a España.

Según ha explicado Andrea Tuana, de la Red Uruguaya de Lucha contra la Violencia Doméstica y Sexual, a ElPlural, todo comienza cuando María viaja con su hija a Uruguay el 7 de abril de 2016 para que la niña, de tres años, pasara las vacaciones con sus abuelos. Algo habitual y acordado con el padre, que se quedaba en España.

Sin embargo, las cosas en la pareja no iban bien. María asegura haber sufrido malos tratos durante su matrimonio y que este viaje era sólo el inicio de un proceso de separación, defiende que el padre lo sabía y estaba conforme con que la pequeña viviera con ella en Uruguay.

Durante el viaje en avión a Latinoamérica, según relatan, la menor hace unos dibujos en los que se podía ver contenido sexual explícito, unos dibujos muy esclarecedores que ponen en alerta a María y donde su hija ilustra muñecos con órganos masculinos de grandes dimensiones. Por ello, al llegar a Uruguay, deciden llevar a la niña a un psicólogo que les advierte que podría haber sufrido abusos sexuales por parte de su progenitor.

Es entonces cuando María presenta una denuncia por abusos sexuales contra la pequeña y paraliza su viaje de vuelta a España tras las vacaciones, como estaba previsto, hasta que se esclarezca el asunto. Hay que recordar que el marido de María y padre de la niña es de nacionalidad española.

El padre responde: denuncia por secuestro

Pero María no es la única que acude a los tribunales. Según ha podido saber este periódico, el padre denuncia a María por secuestro de un menor y exige que la niña regrese a España. La RUCVDS denuncia que el procedimiento judicial “está lleno de irregularidades” y no se tuvieron en cuenta pruebas presentadas por la defensa de la madre, una ecuación que acabó con una condena de “restitución internacional” de la menor al padre. Es decir, la Justicia de Uruguay consideró que no se podían comprobar los presuntos abusos sexuales y obligaban a María a volver a España con la niña.

Y es que, el informe de la psicóloga que advertía de que esos abusos eran una realidad no fue admitido como prueba al tratarse de una especialista particular contratada por la familia materna.

Volver a España, pero con medidas cautelares

Aunque María estaba obligada a regresar, la condena incluye una serie de medidas cautelares que se pactaron para proteger a la niña: una pensión de 700 euros mensuales a pagar por parte del padre y una orden de alejamiento. El progenitor no puede acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con la madre.

La RUCVDS asegura que María accedió a este acuerdo porque “tenía la convicción de que no le quedaba otra alternativa”; sin embargo, el padre lo rechazó. No estaba dispuesto aceptar ninguna medida cautelar. Así pasamos del año 2016 al 2017, cuando el progenitor acaba aceptando las medidas y se reactiva el regreso de la menor a España.

Finalmente, María decide acudir a la Suprema Corte de Justicia, el máximo órgano judicial en Uruguay y homólogo al Tribunal Constitucional español. Sin embargo, María vuelve a perder el caso.

Aunque la Justicia acredita que tanto ella como la niña sufrieron violencia por parte del padre, no se pueden probar una vez más los abusos sexuales. La RUCVDS cree que no se consiguieron pruebas por falta de tiempo, que incluso la perito judicial que revisó a la niña pidió más tiempo para poder tratarla y certificar lo ocurrido, pero que la jueza lo rechazó.

Violación de las medidas cautelares

Además, María asegura que el padre de su hija ha “violado una y otra vez la prohibición de comunicación”, por lo que la jueza del caso tuvo que ponerles protección policial y prohibir al hombre que entrara en Uruguay con la intención de reunirse con ellas.

#MariaNoVaSola

Y así llegamos a la actualidad, a un presente en el que la Red Uruguaya de Lucha Contra la Violencia Doméstica y Sexual ha abierto una campaña bajo el lema #MariaNoVaSola para conseguir apoyos e intentar evitar que María tenga que coger, el lunes a las 13:00 horas, ese avión con destino España.

Ahora, el caso queda en manos de la Justicia Española. Será en nuestro país en el que se tenga que resolver las dos denuncias presentadas por María por malos tratos y por agresión sexual. Mientras tanto, estas son sólo algunas de las muestras de apoyo que María está recibiendo desde asociaciones feministas y desde mujeres particulares que se quieren sumar a su denuncia.