Luciano Méndez Naya es profesor de Matemáticas en la Facultad de Económicas de Santiago de Compostela, pero es más conocido por ser el docente que ha humillado e intentado criminalizar a la víctima de La Manada.

Este profesor no ha dudado en grabarse un vídeo y difundirlo en sus redes sociales pidiendo la absolución de los cinco condenados de La Manada pues, según cree, la joven “ya sabía a lo que iba”.

Se podría decir que Luciano Méndez Naya es reincidente a la hora de faltar el respeto a las mujeres pues, en el año 2016 fue sancionado a dos meses de suspensión de empleo y sueldo por realizar comentarios machistas dentro de las aulas de la Universidad.

Por todo ello, las asociaciones de estudiantes piden la inhabilitación inmediata del profesor universitario.

Humillación y criminalización

El docente se ha sentido con la fuerza para hacer pública su visión del caso o, lo que él define como, “su juicio sobre la situación” con una “reflexión seria” en la que asegura que cabe la posibilidad de que los cinco de La Manada y la víctima pactaran presentar la denuncia para sí poder “pedir la píldora del día después”.

La humillación a la joven es un constante en sus opiniones plasmadas en este vídeo. Para dirigirse a la víctima usa términos como “tipa” o “chavala” y sentencias como: “La tipa sabe a lo que va” o “la chavala se deja hacer evidentemente y disfruta. No vi el video, pero no lo necesito”.

“Niñita, lo siento mucho pero no nos vengas con tus tonterías. Estamos hablando de cosas serias, de reglamentar agresiones sexuales. Si vienes, ven pidiendo de favor que se te atienda, que se te mire incluso psicológicamente si quieres, pero no vengas a armar estos berenjenales, tú y el feminismo radical”, dice.

La Universidad condena sus palabras

Las reacciones no se han hecho esperar. A la petición de inhabilitación de los estudiantes, se suma la condena de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que ya está analizando y estudiando su comportamiento para adoptar posibles medidas.

La Universidad cree que no se pueden tolerar actitudes o actuaciones que "menoscaben la dignidad de las personas y los derechos fundamentales, en especial el de la igualdad entre hombres y mujeres".