Cada vez son más las personas que se sienten atraídas por la homeopatía. En los últimos años ha ido ganado terreno, inundando farmacias y colándose en los botiquines de los hogares en sustitución de los medicamentos tradicionales.

Así ha ido adquiriendo un halo de ciencia contra el que lucha la mayor parte de la comunidad científica. Según un reciente estudio realizado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), más de la mitad de los españoles cree en los beneficios de esta terapia alternativa.

La homeopatía surgió 1796 de la mano de Samuel Hahnemann y su teoría de que “lo similar cura lo similar”, lo que llevó a que una sustancia ‘tóxica’, en cantidades infinitesimales, es capaz de sanar.

Quienes han analizado la composición de los productos homeopáticos no han encontrado más que agua con azúcar. La clave está en que, esta agua, según los defensores de estas ‘terapias’, tiene memoria.

Aurora García es doctora en farmacia y especialista en microbiología y parasitología. Como integrante de FarmaCiencia, una asociación creada con el fin de promover el desarrollo de la profesión farmacéutica en todas sus vertientes, insiste en la necesidad de que se deje claro que “los productos homeopáticos no son medicamentos”.

“Nosotros no pedimos que se prohíban, ni que nadie deje tomarlos si no quiere”, explica a ELPLURAL.COM, pero “lo que sí reclamamos es que se explique a los pacientes que no son medicamentos y que se venda como parafarmacia”. Su presentación, están envasados como cualquier otro fármaco, “favorece el error” y no se puede considerar como tal “cuando no hay estudios que lo avalen”.

La legislación existente en nuestro país ha llevado incluso a catalogar como ‘medicamentos homeopáticos’, productos fitoterapéuticos.

No confundir con fitoterapia

La fitoterapia se basa en el uso terapéutico de plantas medicinales y, a diferencia de lo que ocurre con la homeopatía, las propiedades de éstas sí están probadas. “No podemos olvidar que la mayor parte de nuestros medicamentos están sacados de las plantas” aclara la doctora García. Lo que se ha hecho es producir en el laboratorio moléculas idénticas a las presentes en esas plantas.

Muchos médicos que se hacen llamar ‘homeópatas’ utilizan realmente productos fitoterapéuticos, con resultados innegables.

“En el tanto por ciento está la diferencia”, subraya esta especialista.

La clave del éxito de la homeopatía, que en algunos ámbitos se ha llegado a catalogar como especialidad médica, para García, tiene mucho que ver con su combinación con otros tratamientos que sí son efectivos y con su ‘efecto placebo’.

A esto hay que añadir la “falta de cultura sanitaria” existente en nuestro país, “somos mucho del ‘a mi vecina le funcionó’”, explica, y el hecho de que algunos médicos, prescriban homeopatía, lo que hace que “el enfermo confíe”.

Pocos riesgos

Sin embargo, los productos homeopáticos, a diferencia de los fitoterapéuticos, tienen una ventaja. No hay riesgo de intoxicación. En la red se pueden encontrar vídeos en el que se trata de probar su ineficacia con ‘intentos de suicidio’ en los que el protagonista ingiere grandes cantidades de comprimidos.

Es peligroso cuando el paciente abandona el tratamiento convencional. “Al hospital en el que yo trabajo llegan oncológicos que deciden que la homeopatía va a ser su tratamiento”, argumenta García, “y no se puede consentir que esa decisión se adopte sobre una información irresponsable. El Ministerio y los profesionales sanitarios han de tomar cartas en el asunto.”

Esta profesional alerta, además, del riesgo que supone que se haya “estigmatizado la investigación de medicamentos”.

Negocio multimillonario

Los beneficios de la homeopatía son multimillonarios. Se trata de “productos carísimos y el negocio está en manos de 2 ó 3 laboratorios únicamente”, destaca esta doctora en farmacia. “Hay intereses económicos muy poderosos”.

Así que la polémica no cesa. Esta misma semana el Ayuntamiento de Gijón fue acusado de respaldar charlas pseudocientíficas, por un acto sobre homeopatía que había organizado.

La Universidad de Barcelona puso en su día en marcha un Master en Homeopatía, que se vio obligada a suspender, por la polémica generada y la “falta de base científica”.

Y en Andalucía acaba de nacer la primera asociación de pacientes de esta terapia alternativa para reivindicar su derecho a elegir tratamiento. Quieren que se incluya dentro del sistema público de salud.