Llegadas estas fechas es normal hacer un repaso de localidades o famosos a quienes la suerte premió con la lotería de Navidad (como a la Reina Letizia o Carmen Lomana), por eso nos ocuparemos de personajes históricos que ganaron la lotería con casos realmente curiosos. ¿Quiénes han sido premiados a lo largo de la historia?

La verdad es que ha habido de todo, desde curas locos, hasta generales pasando por banderilleros con problemas con la bebida. Pero vayamos por orden y empecemos posiblemente con el más humilde de todos: Santiago Alonso Cordero.

Santiago Alonso Cordero (El maragato que amilanó a la reina)

Su historia nos remonta al pueblecito leonés de Santiago Millas donde este maragato nació en 1793. Desde muy joven participó en la Guerra de la Independencia demostrando tal valor que en 1836 llegó a ser diputado por el bando liberal e incluso aclamado senador por el pueblo de Madrid. Como otros tantos maragatos, su oficio de arriero le convirtió en un exitoso empresario de transportes. Pero no contentos con ello, su triunfo más rotundo llegó de manos de la lotería.

Aunque no sin cierta dificultad, ya que el Estado había gestionado tan mal el dinero que no había efectivo suficiente como para pagar al bueno de Cordero. Se determinó que en compensación se le diese el primer solar de la madrileña calle Mayor junto a la Puerta del Sol.

Dicen que una vez terminado el edificio, Santiago invitó a la reina Isabel II a la inauguración y, para agasajarla, dijo que alfombraría el suelo con monedas. La reina, en un hábil movimiento rechazó la invitación diciendo que sería impropio pisar su misma efigie. Cordero, más rápido aún, respondió a su majestad diciendo que no se preocupase, pues en tal caso, pondría  las monedas de canto.

Santiago Alonso Cordero, el maragato que dejó al Estado sin dinero.

Santiago Alonso Cordero, el maragato que dejó al Estado sin dinero.

Weyler (el general al que no le despistó la lotería)

Valeriano Weyler y Nicolau nació en 1838 y ha pasado a la historia como uno de los personajes más vilipendiados. Empezando por los estadounidenses, que en su campaña publicitaria de la guerra de Cuba tacharon a Weyler de carnicero y otras cuantas tropelías. En España, por su parte, se le defenestró durante la dictadura de Primo de Rivera por haberse opuesto al régimen y paso de ser un militar condecorado a quitar su nombre de plazas y calles.

De lo que no queda duda es de su vocación bélica, pues siendo un veinteañero y siguiendo órdenes de sus mandos arribó a las costas de Cuba para acabar postrado en la cama a causa de la fiebre amarilla que le terminó poniendo al borde de la muerte. Afortunadamente sobrevivió y no solo eso sino que ese mismo año, le tocó el premio gordo de la lotería, y pudiéndose haber retirado del ejército, que tantos peligros le había traído, decidió quedarse convirtiéndose luego en el afamado general que fue.

La vocación militar del general Weyler no se entiende sin el episodio en el que siendo un mozalbete ganó la lotería.

La vocación militar del general Weyler no se entiende sin el episodio en el que siendo un mozalbete ganó la lotería.


José Manzano y Pelayo “el Nili” (no todo el éxito depende de la lotería)

También en Cuba obtuvo el premio José Manzano y Pelayo, más conocido como “el Nili”, un famoso matador del siglo XIX que nació en enero de 1828. En 1859 durante su gira por Cuba ganó la lotería pero poco duró su disfrute pues apenas dos años después comenzó su declive. Pese a haber hecho su pequeña fortuna con el azar, no supo hacer frente a sus problemas con el alcohol. Y hay oficios que lo permiten pero enfrentarse a un morlaco con unas copas de más tiene que ser complicado…

Martín Merino y Gómez (el cura que quiso matar a la reina)

En 1843 los 5.000 duros que suponían el premio gordo de la lotería fueron a caer a manos del Cura Merino, un sacerdote mal encarado y un tanto antisocial que como era de esperar no sacó otro rendimiento al dinero que convertirse en prestamista. No se sabe sí por su agrio carácter o por ser demasiado avaro, los préstamos le causaron más enemistades que otra cosa y si de por sí tenía pocos amigos, se terminó encerrando en sí mismo, hasta llegar a cometer un intento de regicidio apuñalando a Isabel II, por suerte para ella, el apretado corsé le salvó de una herida mortal.

Si de por sí, no tenía pocos problemas mentales, el cura Merino fue premiado con la lotería. La cosa solo pudo ir a peor.

Si de por sí, no tenía pocos problemas mentales, el cura Merino fue premiado con la lotería. La cosa solo pudo ir a peor.

Cayetano Alberto de la Barrera (cuando los libros se convierten en peligro)

De este último protagonista también se dijo que había sido agraciado con la lotería pero no está del todo claro. Los tumbos fueron una constante en su vida. Lo vemos en los estudios donde parecía que tenía una vocación hacia la abogacía, pero acabó estudiando medicina aunque la carrera que terminó fue farmacia.

 Cayetano Alberto de la Barrera (pésimo economista y magnífico Cervantista)

 Cayetano Alberto de la Barrera (pésimo economista y magnífico Cervantista)

En ese ir y venir intelectual, también acabó siendo un apasionado de los libros, tanto como para dilapidar su fortuna en busca de los volúmenes más raros que uno pueda imaginar. Abandonando su oficio de boticario (algunos dicen que por la lotería, otros por la herencia familiar) se dedicó a comprar y a estudiar los clásicos del Siglo de Oro, arruinándose hasta en dos ocasiones y teniendo que volver a la botica. Visto lo cual, como economista fue un desastre pero a cambio nos dejó estupendas biografías sobre Lope de Vega o fascinantes estudios sobre Cervantes.

Demostrando una vez más que no es tanto la suerte que se tenga en la lotería si no la sensatez para saberla en que invertir.