Hoy se cumplen 489 años del nacimiento de uno de nuestros grandes autores, el madrileño Alonso de Ercilla. Un episodio que nos da pie para hablar de un tema apasionante, los libros perdidos. Obras que desaparecieron o que sencillamente no se llegaron a publicar, pero que sabemos que existieron.
La jornada de la Isla Tercera, de Alonso de Ercilla
Considerado, incluso por el propio Cervantes, como maestro de la literatura épica en España, Alonso de Ercilla ha pasado a la historia por La Araucana, una obra en verso que relata la conquista de Chile. Sin embargo, otro escritor, Cristóbal Mosquera de Figueroa, insinúa en unos versos que escribió a un retrato de Ercilla, que estaba componiendo otro libros sobre la conquista española de la portuguesa isla Tercera.
Algo que tendría todo su sentido porque desde 1570 Ercilla estaba casado con María Bazán, familia por tanto de don Álvaro de Bazán gran héroe de la jornada. ¿Terminó Ercilla el poema sobre la isla Tercera? ¿Sigue su manuscrito aún perdido en alguna biblioteca?
Retrato de Alonso Ercilla conservado en el Hermitage de San Petesburgo.
Las crónicas de Tartesos
En estos temas siempre sale a relucir los textos sibilinos, nueve libros proféticos redactados por la Sibila de Cumas y que hoy también andan perdidos. Sin embargo en España, según Estrabón también tendríamos unos textos de enorme antigüedad y de valor incalculable, las crónicas escritas por los tartesos, que narrarían la historia de nuestro territorio hace milenios. Así lo redactó Estrabón hablando de este pueblo prerromano.
“Considerados los más cultos de los iberos, puesto que conocen la escritura y, según sus tradiciones ancestrales, incluso tienen crónicas históricas, poemas y leyes en verso de más de seis mil años de antigüedad”.
¿Se llegarán a encontrar algún día los textos tartesos que hablaban de la historia hace más de seis mil años?
La segunda parte de la Galatea y el Buscapié, los libros perdidos de Cervantes
Si hablábamos antes de Cervantes es inevitable mencionar dos obras suyas que aún siguen en el limbo literario. La primera se sabe si la llegó a escribir, me refiero a una segunda parte de La Galatea. ¿Cómo sabemos que al menos si tenía la intención de escribirla? Muy sencillo, en la primera parte de El Quijote durante la quema de los libros del hidalgo caballero el barbero salva la Galatea diciendo: “Es menester esperar la segunda parte que promete”.
E incluso en el prólogo de la segunda parte de El Quijote insiste Cervantes “Olvidábaseme de decirte que esperes el Persiles, que ya estoy acabando, y la segunda parte de Galatea.” Y aquí seguimos… esperando.
La que si parece que escribió fue una obrita breve llamada el Buscapié que tuvo su polémica en el siglo XIX con políticos farsantes de por medio como ya vimos en esta entrega de Regreso al Futuro.
Escena del Quijote donde se menciona la segunda parte de la Galatea.
Los libros de las dos muertes
Ibn al-Jatib fue una de las grandes mentes del mundo andalusí. Pero sus dotes como místico, poeta, historiador y filósofo no fueron suficientes para frenar la cólera del sultán Muhammad V quien le condenó a muerte, así como a la quema de todas sus obras. Afortunadamente para nosotros (y desafortunadamente para Ibn al-Jatib) fue ejecutado en su celda en pleno trámite judicial, pero eso salvó sus obras que quedaron indultadas de la llamas.
Quema de la que no se salvó él, pues su cadáver fue desenterrado y calcinado por el fanatismo. De ahí que le llamasen Dhu l-mitatayn (el de las dos muertes).
Por esas ironías que tiene el destino su obra también puede ser considerada la de las dos muertes, pues si sobrevivieron a su condena, de 1374, no sobrevivieron a 1500, cuando el cardenal Cisneros prendió fuego a todos aquellos libros granadinos que él consideraba peligrosos.
Se perdieron muchos textos de Ibn al Jatib, pero otros los conservamos gracias a que sus versos fueron escritos en las yeserías de la Alhambra.
Las cartas íntimas de Galdós
El género epistolar es todo una categoría literaria pero ¿Dónde empieza la literatura y donde termina la intimidad? La relación sentimental de Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán dio como fruto una buena cantidad de cartas de las que técnicamente solo se conservan la mitad. Las escritas por doña Emilia.
¿Quién tiene las cartas de Galdós? ¿Por qué se hicieron públicas las de ella y no las de él?
Leyendas, rumores y demás tratan de explicar por qué siguen perdidas las escritas por él. Algo que más allá de libreros de la Cuesta de Moyano, Carmen Polo y todos los ingredientes que tiene esta historia nos hace reflexionar sobre otros libros perdidos, los que alguien oculta aunque existan de verdad.