El 29 de noviembre, pero de hace 155 años al Ministerio de Estado español llegaba una carta firmada por ministro de ultramar, Manuel Seijas Lozano. En aquel manuscrito se decía que la información que tan ansiosamente esperaban “podría buscarse en el Archivo del Ministerio de Marina”.

¿Pero qué buscaba el ministro de estado? ¿Qué era eso tan importante como para remover antiguos legajos? Bueno, pues era sencillamente la gran baza internacional de España para estrechar vínculos con Hawái.

¿Fueron españoles los primeros europeos en llegar a Hawái?

A raíz del tratado firmado en Londres, el 29 de octubre 1864, España se interesó en tener mayores tratos con aquellos vecinos territorios pudiendo establecer un cónsul en Honolulu.

Aclaro que la vecindad entre España y Hawái se debe a que en esa época las islas Marianas eran aún españolas, y por lo tanto resultaba muy beneficioso diplomáticamente buscar vestigios históricos que acercasen la cultura española y hawaiana.

En ese ir y venir de cartas de ministros y gobernadores apareció un dato revelador, el posible descubrimiento de Hawái por parte de los españoles.

A priori era un sin sentido, pues era de sobra conocido que el capitán británico James Cook ya las había descubierto en 1788, ahora bien, que lo digan los británicos no significa que sea cierto, de hecho, también decían que James Bruce era el descubridor de las fuentes del Nilo Azul y en realidad las había descubierto el madrileño Pedro Páez más de un siglo antes.

Documentos conservados en el Archivo Histórico Nacional donde se concluye que España descubrió Hawái en 1555. (Fuente  Archivo Histórico Nacional,ULTRAMAR,5200,Exp.16)

Es por ello que el gobierno de España ordenó en 1864 una búsqueda exhaustiva en sus archivos históricos y en concreto en el Archivo de la Marina para confirmar aquella sospecha.
Las conclusiones no dejaron lugar a la duda:

“Sobre el descubrimiento de las islas Hawasianas (hawaianas) o de Sandwich, tengo el honor de transmitir a V.E. el resultado de las investigaciones que (…) de todos los documentos que se han tenido a la vista se desprende que tal descubrimiento data del año 1555, o sea 223 años antes que el capitán Cook las reconociese y que el descubridor fue Juan Gaetano o Gaytan”.

De este modo, bien por Gaytán o por los sucesivos marinos las mencionadas islas recibieron el nombre de: “La Mesa” en el caso de Hawái, “La Desgraciada” para referirse a Maui, “Ulloa” a Kahoolawe y “Los Monges” a Lanai y Molokai.

Detalle del “Americae nova Tabula” de Guilejelmo Blaeuw

Los detractores de esta teoría se fundamentan en que en el diario de navegación de Gaetano no aparecen tales islas pero siendo fieles al rumbo tomó su viaje todo indica que pasaron por aquellos derroteros.

Por su parte, otros diarios de navegación como el de las corbetas “Descubierta” y “Atrevida” hacen coincidir en el mismo punto del pacífico las islas Hawái y las ya mencionadas Mesa, Desgraciada etc… como así aparecen en antiguos mapas como “Americae nova Tabula” de Guilejelmo Blaeuw.

Aunque si nos remontásemos más atrás, nos daremos cuenta que geógrafos, que tuvieron acceso a información privilegiada de las expediciones españolas, como Abraham Ortelius, no dejaron de situar en esas mismas coordenadas unas islas denominadas como “Los bolcanes” tal y como lo vemos en el famoso mapa Maris Pacifi en 1588 o incluso antes en el Nova et Aucta Orbis Terrae de Mercator fechado en 1569.

Detalle del “Maris Pacifi” donde Ortelius situa unas islas llamadas “Bolcanes” sospechosamente cerca de las coordenadas hawaianas.

Puede que los más sesudos historiadores aún tengan aún remilgos a considerar a Gaitán como descubridor de Hawái, pero historiadores hawaiano Reginald Yzendoorn no tuvieron ningún inconveniente en admitirlo allá por 1920.

Quizá y en vista de la mucha historia que en realidad nos une con el lejano archipiélago deberíamos querernos un poquito más y al igual que grandes iniciativas como el documental Pasaje a Hawái de Miguel Alba ha recuperado la historia de los inmigrantes andaluces hasta allí en 1907, ¿Por qué no indagar un poco más en la figura de Gaytán? Quizá descubramos, gracias a lo mucho que une la historia, que el otro lado del mundo no nos pilla tan lejos.