Ahora sí, los verdaderos montapollos han penetrado en el Congreso de los Diputados. Habitualmente, este calificativo ha sido utilizado para referirse a las escenas que montaban dirigentes de Ciudadanos con sus mítines en lugares hostiles. Pero si hay un partido que verdaderamente utiliza los espacios públicos para sus farándulas y sketchs, ese es Vox.

Los de Santiago Abascal han ganado corpulencia en el Congreso de los Diputados, pasando de 24 a 52 escaños. La cifra no solo aumenta físicamente su bancada, sino también su impacto, que suelen utilizarlo para montar escenitas.

Conviene recodar que durante la última sesión de la Diputación Permanente celebrada en la Cámara Baja, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, expulsó a la portavoz adjunta de Vox, Macarena Olona (y con ella, abandonaron la sala todos los diputados ultras).

Olona estaba decidida a montar el pollo. Buen ejemplo de ello es que hizo caso omiso al mapa que diseñó el Congreso con los lugares que le correspondería a cada diputado. La dirigente de Vox optó por ocupar el sillón que correspondía a Miguel Gutiérrez (Ciudadanos).

Batet advirtió a Olona y, finalmente, fueron los parlamentarios de Ciudadanos los que cedieron y se sentaron en otro lugar para evitar una trifulca mayor y permitir el avance de la sesión plenaria.

No conforme con la disputa de patio de colegio, Olona optó por torpedear el debate denunciando que la Mesa del Congreso no había introducido en el orden del día la solicitud registrada por su Grupo Parlamentario para decretar el estado de excepción en Cataluña.

Tras ser advertida en hasta tres ocasiones, Batet la expulsó.

Hasta sus socios denunciaron su actitud

La escena que montó Vox fue de aúpa. Hasta sus socios de la derecha, tanto Partido Popular como Ciudadanos, la calificaron de “espectáculo bochornoso”. Incluso el adalid de los ultras, Federico Jiménez Losantos, criticó la actuación. En un editorial Losantos tildó lo ocurrido de “numerito absurdo”.

La portavoz parlamentaria del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, criticó el “espectáculo bochornoso” que protagonizó Vox: “Me ha parecido un espectáculo pueril y lamentable”.

En la misma tónica se situó Fran Hervías, secretario de Organización de Ciudadanos, que calificó el numerito como un “espectáculo bochornoso” y “macarra”. "Vergüenza ajena. Espectáculo bochornoso de Vox a la altura de los shows lamentables de Rufián", sentenció a través de Twitter.

Más potencia de fuego

La mayor corpulencia aumentará la potencia de fuego de la ultra derecha en el Congreso. A buen seguro colocarán algún representante en la Mesa del Congreso, cuando el pasado 28A quedó fuera. Además, supera la media centena de diputados, por lo que podría presentar recursos ante el Constitucional de leyes, Estatutos de autonomía, tratados internacionales, el reglamento de parlamentos… Menuda legislatura espera.

Declaración de intenciones

Ya el primer día en que la extrema derecha puso un pie en el hemiciclo enseñó sus cartas. Los diputados de Vox se estrenaron en la sesión constitutiva sentándose en la bancada históricamente socialista. Abascal ocupó la silla de Adriana Lastra en lo que fue una clara declaración de intenciones.

Finalmente todo quedó en una anécdota que se saldó con los diputados de Vox en el gallinero, después de que así lo decidiera la Mesa.