Vox ha rechazado escoltas individuales dotados por el Ministerio del Interior para garantizar su seguridad en los actos políticos, tras los graves incidentes como los ocurridos en el barrio de Vallecas (Madrid). La razón esgrimida por la formación es que no se fía del ministro Fernando Grande-Marlaska, según adelanta El Confidencial Digital.

Los dirigentes de Vox han denunciado en numerosas ocasiones que corren riesgos de atentado por los actos de violencia en sus mitines. En diciembre pasado, el partido anunció que pediría a Interior que se redoblara la protección a sus líderes con escoltas personales después de las escenas de violencia en la campaña electoral del País Vasco, en julio, y los riesgos en Cataluña.

Los técnicos de Interior ven riesgo real

Interior ha accedido, tras la exigencia de Vox, y por recomendación de los propios técnicos del ministerio encargados de evaluar riesgos de personalidades públicas, a dotar de escoltas individuales a los principales líderes nacionales para evitar que estos puedan ser objeto de agresiones durante la campaña de las elecciones en la Comunidad de Madrid.

Los técnicos de Interior creen que Santiago Abascal, Rocío Monasterio y Javier Ortega Smith corren un “grave riesgo” en los actos de campaña en los que participan. El MInisterio ha insistido en que el diseño de los protocolos de seguridad y el servicio de protección personal con escoltas está sujeto a las valoraciones técnico-policiales que se van actualizando, en función de los riesgos que puedan darse y en ningún caso, a criterios políticos. 

La Policía Nacional ha reforzado la presencia en actos de Vox con agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP), o antidisturbios, con la llegada de decenas de efectivos desde otros puntos de España. En los últimos días, se han recibido refuerzos de las unidades de Málaga, La Coruña y Valencia, según ABC.

Vox opta por contratar seguridad privada

Vox ha admitido, en privado, según el citado diario, que "no se fía de la policía de Marlaska" y que Interior no reacciona ante las amenazas de grupos radicales y las convocatorias para reventar sus eventos que aparecen previamente en redes sociales, además, que no aplican la misma diligencia a la hora de investigar las agresiones sufridas por Vox en sus actos y sedes que cuando se trata de perseguir a los atacantes a otras fuerzas políticas. La cúpula del partido ha optado por recurrir a escoltas privados.