Poco más de un año ha pasado desde que el Gobierno de Mariano Rajoy, por entonces sin estar en funciones, reformase la Ley de Montes entre duras críticas por eliminar la limitación de 30 años que hasta entonces debían pasar para permitirse la recalificación de un terreno quemado. Una modificación que, se apuntó, avivaría los incendios. 

Ya en 2015 los hechos vinieron a demostrar que quienes pensaban así no andaban muy confundidos. Este verano parece ratificarse el temor, y el alto número de incendios por toda España hace que ecologistas y afectados vuelvan a poner su mirada en la ley. 

Lo que dice una reforma conflictiva

En concreto, lo que la actual Ley de Montes, que regula el 54% de la superficie de España, recoge es que “con carácter excepcional” las Comunidades Autónomas podrán cambiar mediante una ley el uso que se le da los terrenos calcinados “cuando concurran razones imperiosas de interés público de primer orden”, siempre que se adopten medidas para recuperar una superficie forestal equivalente a la que se hubiese quemado.

Desde las organizaciones ecologías, y los propios agentes forestales, denunciaron que esta reforma apostaba por los intereses privados frente a los públicos. Y se señaló como ya se habían hecho movimientos similares desde el Gobierno del Partido Popular con otras leyes como la de Costas y la de Parques Nacionales.

Relación difícil de demostrar

Desde Ecologistas en Acción han señalado a ELPLURAL.COM que, por el poco tiempo transcurrido, aún no se tienen constancia de la existencia de estas recalificaciones, pero apuntan que esto “no quiere decir que no pueda haber quienes lo estén intentando”. En los mismos términos se expresan los agentes forestales. El actual presidente de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (AEAFMA), Rubén Cabrero, señala que “todavía es muy reciente la modificación” de la Ley para que se haya dado algún caso de recalificación.

Pero lo que no ofrece dudas, y sí está ya comprobado, es que la inmensa mayoría de los incendios que se producen en nuestro país son provocados. Desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya señalaron en 2005 que el 96% de los incendios forestales en España se produce como consecuencia directa o indirecta de la actividad humana, mientras que sólo el 4% restante se ocasiona por causas naturales.

Verano complicado

Este verano, tras el grave incendio de la isla de La Palma, que se llevó 4.800 hectáreas de bosque y la vida de un guardia forestal, todas las miradas están puestas una vez más en Galicia donde se encuentran activos nueve incendios, muchos de ellos señalados como provocados por los propios vecinos, y que ya han quemado más de 8.800 hectáreas.

Cabrero ha señalado que, pese al comienzo tranquilo del verano, éste está siendo ya “complicado” y recuerda, especialmente en Galicia, al de 2006 cuando se llegaron a registrar más de 500 focos activos a la vez. Desde el Gobierno de la Comunidad autónoma gallega han calificado la situación de actividad incendiaria "anormal", indicando que se está reforzando la presión de las fuerzas y cuerpos de seguridad para intentar aminorar la actuación de los incendiarios.

El presidente de los forestales pide más medios para realizar su trabajo, y hace especial hincapié en las “brigadas de investigación” para esclarecer las causas y posibles intereses que se encuentren detrás de todos los incendios.