Un mes fuera de España y los casos de corrupción han crecido a la velocidad del rayo. Pese a ello, Mariano Rajoy no ha hecho declaraciones sobre ninguno de los frentes abiertos que tiene el Partido Popular.

El presidente del Gobierno volverá a sentarse en su escaño, pero no será nada plácido, ni mucho menos. Durante su ausencia se ha destapado el entramado de la Operación Lezo, un golpe muy duro para el Partido Popular de Madrid y que será uno de los temas principales de la sesión del martes. Un aspecto sobre el que Rajoy no se ha pronunciado ni la oposición – lógicamente – ha tenido oportunidad de preguntar.

El jefe del Ejecutivo tendrá que lidiar, además, con cuestiones sobre el comportamiento de la Fiscalía General y Anticorrupción, o la petición social de celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Temas que para nada son algo naíf.

Dentro del asunto de la Fiscalía, Rafael Catalá será el epicentro de las preguntas de la oposición. Desde Ciudadanos y PSOE se le cuestionará por las maniobras de la Fiscalía para “obstaculizar” judiciales sobre corrupción. Así como los vínculos del Gobierno con los imputados en la Operación Lezo, que correrá a cuenta de Simancas.

En la novena pregunta de la sesión estará dirigida a Juan Ignacio Zoido sobre la reunión mantenida con el hermano de Ignacio González tras conocer la imputación de ambos.

La ausencia de Rajoy

‘Desgraciadamente’ para los votantes y para la oposición, el Presidente tampoco ha dicho esta boca es mía durante sus incontables viajes en este último mes. Por ejemplo, Rajoy acudió a Brasil – en la primera etapa de su gira por Latinoamérica – y eludió responder a preguntas sobre la corrupción del Partido Popular de Madrid y el Caso Lezo.

Una gira que se antojaba ‘tranquila’ y que parecía tomar unos derroteros de calma que se vinieron abajo en Uruguay: su última parada antes de regresar a España. En su llegada a Montevideo, Mariano Rajoy fue recibido entre abucheos y gritos de “ladrón” por los manifestantes desplazados hasta la Torre Ejecutiva, donde se encontró con el presidente Tabaré Vázquez.

Se libró de responder a preguntas que se antojaban comprometidas pero se topó de bruces con gritos de “ladrón” y que aseguraban que “lo has robado todo”.