Ingeniera informática, experta en big data y activista saharaui, dice que nació haciendo política. Tesh Sidi, número tres de Sumar por Madrid, nació en uno de los campamentos de refugiados de Tinduf. Dio el salto a la política el pasado marzo, cuando Más Madrid la anunció para su candidatura a la Asamblea regional. Sin embargo, un problema con su padrón le impidió concurrir a los comicios.

Ahora vuelve con un salto a la política nacional. Lo hace en un puesto de salida, incluso por delante del líder de Más País, Íñigo Errejón y por detrás de Agustín Santos Maraver, que en el pasado hizo declaraciones polémicas sobre la situación del Sáhara. Sobre él dice que ya han hablado, aclarado la situación y asegura compartir posición.

Algo de lo que no exime a Pedro Sánchez, al que responsabiliza del cambio de postura en el conflicto. A él le pide cambiar la postura hablando con el Frente Polisario y dando explicaciones en el Congreso. Sin embargo, tampoco olvida al PP y a Vox, a los que acusa de retroceder.

PREGUNTA (P): Durante las elecciones autonómicas del 28 de mayo tuviste un problema con el padrón y no pudo concurrir. ¿Ya está solucionado?

RESPUESTA (R): Al final tenía razón. Voy a poder votar en esas, también en Madrid. Fue una mala suerte que terminó en una suerte casi incluso mejor.

P: ¿Qué da más vértigo, la política nacional o la regional?

R: Me lo han preguntado mucho. Yo veo la política como la misma. Es verdad que el impacto o las cosas que a mí me apasionan, que pueden ser también políticas, se da a nivel nacional. Creo que ahí sí que se puede hacer bastante, bastante trabajo también a nivel de digitalización.

P: ¿Por qué votar Sumar?

R: Hay que votar por el futuro. Hay que votar por seguir ganando derechos, no por retroceder. Cuando yo pienso en el Partido Popular, sobre todo en Vox, solamente pienso en retroceso de todas las energías que las que están pensando en ir hacia atrás, en eliminar leyes, en derogarlas. Votar a Sumar es votar a que avancemos, a que mejoremos las leyes que ya existen, pero sobre todo, a que avancemos en derechos fundamentales. En el siglo en el que estamos no se puede mirar y volver a hacia atrás.

P: Usted es experta en big data. ¿Qué se puede hacer desde la Administración para implementarla y mejorarla?

R: Lo primero es recuperar la soberanía digital. ¿Y esto que quiere decir? Quiere decir que todas las instituciones del gobierno recuperen la capacidad de dar soluciones a los ciudadanos. ¿Cómo se puede hacer? Se puede hacer dándole la importancia a la digitalización dentro de la agenda política.

También hay que conseguir la soberanía de los datos. Todos los datos de nuestros ciudadanos se pueden utilizar para mejorar nuestras vidas. Pero actualmente quién tiene el poder sobre esos datos son muchísimas empresas privadas. Te voy a poner un ejemplo. Tú en Madrid tienes un certificado digital, pero a nivel estatal tienes el certificado digital de la Real Fábrica de la Moneda y Timbre y luego cada comunidad también tiene su sistema de certificación y de seguridad.

Lo que se tiene que hacer es no compartimentar. Se tiene que definir estrategia para hacer esas soluciones más a nivel global.

El Big Data puede desde ayudar en la gestión de tráfico en una gran ciudad como Madrid o en las horas de espera de un autobús. Imagínate que un autobús se retrasa. Tú no tienes que salir de tu casa hasta dentro de 40 minutos y te puedes gestionar mucho mejor el tiempo.

El Big data al final lo que hace es una optimización de recursos en base a datos. Diseñar soluciones en base a datos. Esto mismo también se puede aplicar a la Sanidad. Toda la analítica de datos que se hace incluso en centros públicos, se externaliza, dan estos servicios a empresas privadas y lo que hace hace que al final las organizaciones, sobre todo gobiernos gubernamentales y los ciudadanos, no tengan soberanía sobre sus datos, porque al final tu estás apoyando al sector privado sin crear tu propia empresa pública para gestionar esos datos.

Si esa empresa privada cierra el día de mañana, todos esos datos y toda esa solución tecnológica se la queda la empresa o desaparece.

Madrid que es una ciudad súper grande y puede y puede destinarlo a nivel de Madrid ciudad, pero en los municipios madrileños, en otras comunidades no existen muchas veces estas soluciones. Por ejemplo el padrón. Si ese problema se hubiera actualizado en tiempo real, yo hubiera subsanado ese error al día siguiente y no hubiera estado dos meses esperando el trámite porque mis datos estaban entre tres administraciones que pertenecen a la misma entidad pública.

Es decir, que el Gobierno diseña soluciones en base a los datos de los ciudadanos de manera anónima. Eso es fundamental. Esto se hace mucho de la ingeniería del software. Si el problema lo incluyes para diseñar la solución. Eso es fundamental.

Tampoco se pueden diseñar soluciones tecnológicas sin tener una componente humanística, una componente ética, una componente ciudadana y obviamente voluntad presupuestaria.

P: ¿Sería caro hacer esto?

R: No. Muchas personas se piensan que sería complejo y difícil. Lo que le pasa a la administración pública es que no tiene expertos, no está siendo capaz de traer expertos en big data, expertos en digitalización y un trabajo ágil a la administración pública. Por eso se externalizan los servicios a servicios de consultoría, que te cobra más caro y te lo hace en presupuestos muchas veces que no están cerrados.

Requiere de una inversión inicial, pero lo bueno que tiene la optimización de procesos es que hay un ahorro de costes y se mantiene el conocimiento dentro de la administración.

Hay que invertir en infraestructura digital: servidores, un cloud... Lo tenemos muy parecido en Hacienda, pero no llega a ser algo global.

Hacienda ahora mismo tiene una base de datos muy grande, pero sigue estando compartimentada. Si eso lo mezclamos con los datos del padrón, el INE, todo en el mismo sitio, al final la persona es la misma. Imagínate en una única base de datos homogeneizar todos los sistemas para que haya una consulta única.

Si dejas de externalizar recursos, dejas de perder conocimiento y atraes al talento.

P: Uno de los temas que se han colado en la campaña y en algún programa electoral es la inteligencia artificial. ¿Hay que limitarla?

R: En el mundo laboral hay muchísimas brechas sociales. No me gusta ser alarmista para nada. La digitalización, la inteligencia artificial, el big data, que al final son ramas diferentes, son complementarias. Pero hay que recordar que son ramas diferentes dentro de la digitalización. La inteligencia artificial hay que regularla porque básicamente tenemos que poder reducir la ansiedad digital y, sobre todo, proteger a las personas.

¿Por qué? Tú que trabajas en un medio, tenéis lo que llamamos la ansiedad digital continua. Tenéis que reinventar. ¿Por qué los algoritmos están cancelando el contenido? Por qué no se considera que se está generando un contenido digital último y eso hace al final que los trabajos sean más precarios, el periodismo es uno de los más afectados.

También el aumento del odio dentro de las redes sociales. Esto lo utiliza muy bien Vox, accediendo a través de estas herramientas de redes sociales para incentivar discursos de odio y sobre todo, de la desinformación.

A mí uno de los aspectos que más me preocupa dentro de la inteligencia artificial es que no estamos controlando la desinformación. Tenemos que darle el valor a la información, a la ciudadanía y sobre todo, que los políticos no demos pie a las fake news.

Está muy descontrolado y tiene mucho que ver con la digitalización que hablábamos antes. Las instituciones no se han puesto las pilas. La Unión Europea también está intentando recuperar su propia soberanía comparada con China, con Estados Unidos, incluso traerse sus propios servidores.

Francia y Alemania están avanzando bastante en este aspecto. En España se dice que si se regula se está limitando el emprendimiento, y no es verdad. Muchas empresas, como por ejemplo las de dating, cuando se comete ciberacoso o incluso una agresión física o sexual, no están teniendo protocolos que les guíen para saber si éticamente están o no haciéndolo bien.

Las empresas lo están demandando. En estos aspectos es fundamental el papel fundamental de la parte de humanistas para definir protocolos. También es muy importante la educación digital temprana y la ética también como asignatura muy temprana. En cuanto al periodismo, queremos trabajar en ello porque al final se está impulsando a que se publique al final lo que lo que más réditos da, el clickbait.

¿Cuando se sortea un iPhone y te llega un mensaje y la gente pincha es porque sea tonta? No. Pinchan porque están diseñados estos algoritmos en base a nuestros comportamientos, porque no tenemos nosotros la soberanía sobre nuestros datos. Los datos son el petróleo del futuro.

P: Esto se puede limitar en redes sociales. Las personas jóvenes son los más fácilmente manipulables y se ve en redes como TikTok, que es un caladero de votos de la extrema derecha. ¿Cómo se puede parar esto?

R: Controlar o limitar nunca ha sido la solución. Tenemos que trabajar es en marcos de pedagogía. Tenemos es que subirnos al carro de las redes sociales. No estamos ajenas a ellas, pero tenemos que subirnos a ese carro diseñando lo que comentaba antes.

Necesitamos esa multidisciplinariedad dentro del diseño de soluciones y sobre todo de la comunicación. Aquí para mí es fundamental la pedagogía, la ética y desde edades súper súper tempranas, claro, no vamos a poder limitar el acceso

P: El PP ha propuesto eso.

R: Exacto. Tenemos que empezar a regularlo, pero mientras tanto también tenemos que estar ocupando estos espacios. Creo que en los últimos años hemos abandonado muchos espacios, entre ellos las redes. Gente de mi edad te dice que TikTok no es para ellos. Ya, pero es que hay una generación que vive ahí. Creo que es el método más importante es bajar la política, los logros y en esto también los medios tienen cierta responsabilidad, la ética profesional dentro del periodismo.

P: Hablemos de Marruecos. Aparte de experta en Big Data, usted es activista saharaui. La persona que le precede en las listas electorales es Agustín Santos, ex embajador de España ante la ONU y ha habido varias polémicas con él a su posición respecto al Sáhara. ¿Usted qué opina?

R: Yo leí la entrevista. Es verdad que cuando vi que era que muchas cosas no estaban entre comillas y ahí vuelvo otra vez a la importancia de la ética dentro del periodismo. Mi posición con el Sáhara es indiscutible. Y de hecho siempre recalco que no tenemos que hablar de solidaridad con el pueblo saharaui, que es una lucha anticolonial y se tiene que tratar como tal.

Es fundamental hablar de la posición de Sumar y hablar de la posición de los partidos que conforman sumar, que es la misma que la mía y la misma que la de Yolanda Díaz. Es cierto que Santos ha trabajado como diplomático y incluso cuando se ha anunciado su candidatura, aún estaba dentro de los marcos diplomáticos. Una persona diplomática, pues, defiende los intereses y la línea general del gobierno y la decisión de Pedro Sánchez.

Pero es cierto que ha hecho declaraciones a favor y las declaraciones que ha podido hacer en contra es la viabilidad del referéndum, que es lo que he comentado yo.

Yo he podido hablar con él. Me ha dicho 'mira, ha sido una malinterpretación'. De hecho, en el programa de Sumar lo tenemos muy claro, no solamente la defensa del referéndum de la libre determinación, sino también actuar contra el expolio de los recursos naturales del Sáhara Occidental, que al final son las empresas que perpetúan esa ocupación.

Sin ese beneficio económico, no habría ocupación en el Sáhara Occidental. Y sobre todo, también los derechos fundamentales. Esto es una de las cosas claves dentro de Sumar, todas las políticas de transición verde, tanto feministas, tanto de digitalización, llevan al lado de la palabra derechos humanos y la palabra derechos humanos. Vuelvo a reiterar, los derechos humanos, cuando pensamos en ellos, pensamos que es algo exterior y que no es que el acceso a la vivienda, un salario digno, también son derechos fundamentales.

Nuestras políticas van por revertir la posición de Pedro Sánchez del 2022. Es un grandísimo paso tener una voz saharaui que venga de los campos de refugiados y que tenga familia exiliada del territorio ocupado para liderar ese debate.

P: Es probable que en una semana haya un gobierno de coalición ¿Cómo chocarían las dos posiciones, tanto la de Sumar como la del PSOE?

R: La de Sumar está clara. Entraremos en fases de negociación, pero nuestra línea roja es lo que te he comentado, los derechos fundamentales. No entiendo de relativismo moral y eso es lo que vamos a defender.

P: A principios de marzo hizo unas declaraciones a nuestro compañero Javier Pardo en las que usted reflexionaba acerca del cambio de posición de España cuando se cumplía más o menos un año. Decía usted que "qué tiene Marruecos de Pedro Sánchez" y decía que "Sánchez pasará a la historia no solo como el hombre que desenterró a Franco, sino como el presidente que fue a poner flores a otro dictador". ¿Cree que el cambio de postura tiene que ver con Pegasus?

R: Tanto el Gobierno del PP como la del PSOE siempre ha sido tibia. El PP hubiera hecho lo mismo. Hay una política exterior y lo que comentaba antes, que se tiene que fundamentar en los derechos fundamentales. Nosotros no decimos que no a la buena vecindad con Marruecos, con el Magreb, incluso con todos los países africanos, porque a veces resumimos el Magreb en Marruecos también nos interesa Argelia, también nos interesan países africanos. Esto es una herencia de sucesivos gobiernos anteriores donde se ha cedido también el apoyo de la Unión Europea en esa externalización de fronteras porque al final España es la entrada libre de migración. 

España es verdad que está en una posición muy compleja, pero yo confío y creo que lo más importante es poner los derechos fundamentales delante de todo. Incluso de cualquier beneficio. 

Se ha demostrado al final que con ceder y ceder con Marruecos no resuelve nada. El régimen marroquí es una dictadura, es una dictadura férrea con la población marroquí. Estamos legitimando la vulneración de derechos fundamentales en Marruecos y también en todos los asesinatos que hemos mirado hacia otro lado por parte del Partido Socialista.

Pero reitero, el Partido Popular, todos los anteriores gobiernos también ha cedido. Y la postura sobre el Sáhara para mí tiene que ser desde el liderazgo hacia una descolonización como potencia administradora. Solamente puede ir la vía por ahí por no ser parte a favor del ocupante, sino parte de la solución y parte a favor de los derechos fundamentales.

P: ¿Qué políticas se pueden hacer a este respecto desde desde el gobierno?

R: Hablar con todas las partes como estamos viendo con la sentencia de pesca que ganará el Frente Polisario. Al final la Unión Europea ha facilitado los acuerdos con Marruecos, incluyendo el Sáhara Occidental. ¿Qué pasa? Es fundamental comprender que el expolio de los recursos naturales en todos los territorios fuera de estas fronteras que van en detrimento de los derechos fundamentales de las personas y no negociando con el pueblo soberano de esos recursos naturales, traerá estas consecuencias la emigración, el exilio forzado debido al cambio climático. Ese expolio no respeta ni siquiera la tierra.

No hay que tratar ni a los países africanos ni a los países indígenas que luchan por esos derechos desde un paternalismo. Tenemos que hablar de horizontalidad, dialogar y de todos los diálogos y los pactos se consigue sentándose sobre la mesa y negociando.

En este caso hay que sentarse con el Frente Polisario, que es al final el representante legítimo del pueblo saharaui. Ha tenido que acudir directamente a los tribunales europeos porque no está encontrando diálogo con España. De hecho, ahora mismo con el Gobierno las relaciones están rotas. ¿Por qué hemos llegado a esto? ¿Por qué esa unilateralidad? En Portugal no pasa.

La unilateralidad viene incluso por parte de Pedro Sánchez, que ha debatido dentro del seno del Parlamento español el cambio de posición. Tenemos que ser muy consecuentes con decisiones de política exterior. También hay que sentarse con las Naciones Unidas y liderar ese proceso.

Ya lo ha hecho Portugal. Portugal es un claro ejemplo.

P: Usted nació en un campo de refugiados, como ha contado alguna vez en alguna entrevista que ha hecho usted y ha asegurado que es una infancia muy dura, muy complicada. ¿Eso crea conciencia política?

R: Cuando una persona nace despojada de todos sus derechos fundamentales porque nace refugiado, es un despojo del derecho jurídico a la existencia, del derecho de educación, a la vivienda y a lo que comentaba antes de la soberanía sobre tu propio territorio de la identidad. Es un exilio forzado. Eso ya, obviamente hace que tu vida sea muy compleja. Otra cosa es luego cómo lo tratas.

Desde luego no lo trato desde el victimismo. Yo tengo conciencia política desde que he nacido por el hecho de ser saharaui, pero también viviendo en Madrid. Los precios de la vivienda, el acceso a la sanidad, el componente de haber sido saharaui hace que mi existencia jurídica haya sido muy compleja en cuanto a documentación, pero esa parte la comparto con las personas migrantes.

También soy un mujer joven, muy feminista. De hecho es mi línea para todas las políticas que hago y todas las maneras que pienso. El feminismo como pilar político. Dentro de todo lo que hago creo que es fundamental. No concibo mi vida sin que no sea política.

Tenemos que aunar y convivir en lo que nos hace comunes y también tener la empatía con que incluso ser una persona trans o una persona del colectivo LGTBI también tiene otras dificultades. Yo tengo un compendio de todos ellos: mujer, migrante, refugiados árabe que comparto con muchos colectivos y luego vivienda, sanidad que comparto con mis vecinas. Trabajando como ingeniera con hombres en una gran corporación, también es hacer política de alguna manera, y yo lo veo así.

P: Volviendo a Sumar. Usted pertenece a Más Madrid, que es una de las 16 fuerzas que integran Sumar. ¿Si ya ha sido complicado un Gobierno con dos partidos, cómo se hace para dialogar entre 16?

R: Todos compartimos una cosa fundamental. Somos formaciones progresistas y las formaciones progresistas a la izquierda del PSOE pueden empujar desde diversas políticas, desde diferentes perspectivas. También hay que recordar que las diferentes formaciones tenemos prioridades y políticas regionalistas. Más Madrid piensa por y para las madrileñas y por la Comunidad de Madrid, Compromís por la Comunidad Valenciana.

Es muy importante esa visión regionalista que aporta cada uno de ellos por porque aportan las problemáticas a nivel de comunidad. No va a haber ningún problema, simplemente es aunar fuerzas y tenemos una visión progresista para conseguir una solución. Obviamente es complejo, es un logro histórico.

P: Casi por cotilleo. ¿Cómo se entera usted la candidatura después de quedarse fuera de la de la Comunidad de Madrid? Va incluso por delante de Íñigo Errejón.

R: Pues de la oposición exactamente casi como todos, por medios. Pero es verdad que yo agradezco muchísimo a las mujeres de Más Madrid, tanto a Manuela como a Mónica García, porque yo he tenido el compromiso con ellas, pero ellas también han tenido el compromiso conmigo. Ahí se ve siempre la necesidad de liderazgos femeninos. Dentro de la política es muy importante visibilizar a liderazgos femeninos y el trabajo que ellas han hecho negociando para que yo también forme parte de esas listas... es un orgullo estar ahí.

Han sido negociaciones complejas, muy discretas. Soy una persona que me encantan los retos, me han dicho de este reto y digo bueno, pues vamos a por ello después de haberlo pasado muy mal en el Constitucional. La misma confianza que ellas tienen en mí y yo la tengo en ellas. También la confianza de la militancia de Más Madrid, que desde luego llevaremos esas políticas y esa confianza al seno de esa coalición.