En tiempo de campaña, cualquier argumento que haga encenderse las alarmas es observado con lupa por los medios de comunicación. Suárez Illana, flamante número dos por Madrid de la mano de Pablo Casado, ha escandalizado a todos los analistas políticos con unas polémicas declaraciones sobre el aborto.

“Hay que ayudar a las mujeres que tienen que decidir si quieren ser madres de un niño vivo o muerto". Pero no se ha quedado ahí, el dirigente ha proferido una retahíla de improperios que le han valido la crítica de sus rivales políticos y de los ciudadanos en redes sociales: "Los neandertales también usaban el aborto. Esperaban a que naciera y entonces le cortaban la cabeza", ha llegado a decir el número dos del PP, antes de añadir que “lo que no es un embrión es un tumor”. 

Argumentos que ha defendido ante los micros de Onda Cero y que han sido objeto del escarnio público durante toda la jornada del jueves. Desde Génova han recibido como un mazazo las declaraciones de Illana, tratando de limar su argumentario y desviar el foco de atención de lo deleznable de sus declaraciones.

Tanto es así que el dirigente popular ha tenido que rectificar: "Cuando uno se equivoca mete la pata, lo mejor es pedir disculpas. Lo siento mucho. Pido disculpas y punto. Se acabó la polémica. Había comparado lo que hacen los neandertales con la ley de Nueva York, pero la ley de Nueva York no permite lo que yo decía, así que estaba equivocado", ha dicho.

No es la primera vez que desde Génova piden a sus altos cargos que rectifiquen en esta materia. Como ya sucediera con Pablo Casado, que llegó a decir que le gustaría que las mujeres supiesen "lo que llevan dentro", el equipo interno del PP vuelve a salir al paso y a ceñir el argumentario a medidas menos polémicas. En medida de lo posible, economía y la unidad de España -donde saben que son fuertes- son los apartados que deben monopolizar el ideario del partido.