Pedro Sánchez abría la sesión plenaria de este miércoles con una dación de cuentas sobre el último Consejo de Europa y su reunión con Marruecos. Una intervención en la que ha blindado el compromiso y liderazgo de España en la búsqueda de la paz en la Franja de Gaza, sin dar la espalda a la “realidad geopolítica” que rodea a la Unión Europea. El presidente del Gobierno ha insistido en la solución de los dos estados -Israel y Palestina- como único camino para acabar permanentemente con uno de los “dramas humanitarios más deplorables” de este siglo. A pesar de las reticencias iniciales de los Veintisiete, constata que varios países se han abonado al camino iniciado por el Ejecutivo: “España está preparada para el reconocimiento del Estado Palestino”.

España está preparada para el siguiente paso, que no es sino el reconocimiento del Estado Palestino y la coexistencia de éste junto con el Estado de Israel. Una postura que entiende como la única solución posible para acabar con el conflicto en la Franja de Gaza que está “abriéndose paso” -y a gran velocidad- entre los Estados miembros de la Unión Europea. Sánchez ha recordado sus reuniones con los primeros ministros de Irlanda, Eslovenia y Malta para impulsar el reconocimiento de Palestino, reiterando que próximamente hará extensible este llamamiento a otros líderes internacionales.

Sánchez, aludiendo a la ronda de contactos que implementará próximamente, ha justificado que lo hará porque entiende que “es lo justo” y así lo demanda la mayoría de la ciudadanía española, además de por el “interés geopolítico de Europa”. “La comunidad internacional no podrá ayudar al Estado palestino si no reconoce primero su existencia”, ha continuado el jefe del Ejecutivo, tras enumerar el rosario de conflictos que se reproducen en todo Occidente, entre las que ha destacado la invasión de Ucrania.

Una Europa reforzada

La amenaza de Putin sigue vigente. Por ello, el presidente del Gobierno ha defendido con contundencia la necesidad de implementar una “mayor inversión” tanto en defensa como en seguridad. Sánchez entiende que la beligerancia y la “deriva imperialista” de Rusia obliga a la Unión Europea a blindar estas partidas para potenciar la capacidad de disuasión y situar la industria armamentística al nivel que le correspondería a la economía comunitaria. La desatención del sector ha provocado un déficit de inversión de 56.000 millones de euros, según ha precisado el jefe del Ejecutivo.

Sánchez ha lamentado que hay “menos capacidades” y se padecen “vulnerabilidades digitales que se exacerban como consecuencia del auge de la inteligencia artificial”. “Serias carencias en industria de defensa, a pesar de que la economía europea es siete veces más grande que la economía rusa”, ha precisado. Este motivo colma de razones a Sánchez para reivindicar que la UE necesita “contar con las mismas cartas que tienen otras potencias”, aunque matiza que no necesariamente para “tener que usarlas”, pero sí para elevar la “capacidad de disuasión”. “No para ser temidos, no para arrastrar al mundo a ninguna carrera armamentística, sino para ser respetados y proteger ese gran proyecto de paz, de democracia y de libertad que es Europa”, ha insistido.

España quiere jugar un papel de liderazgo, a la vanguardia de los Veintisiete como “cuarta economía” y con el cuarto ejército más potente. Es preciso, subraya Sánchez, redoblar la inversión al tiempo que se mejora la “coordinación” de las Fuerzas Armadas con los estados miembros y percutir en el apoyo de iniciativas de la Comisión Europeas en este sentido. No obstante, ha defendido que el Ejecutivo seguirá apostando “por la diplomacia y la paz”.

Conspiraciones e insultos

La bancada de la derecha ha recogido el testigo de Sánchez desde el atril, después de esbozar los “buenos datos” cosechados por España en términos económicos. El presidente del Gobierno concluía su intervención lamentando la “cascada de fango” y la “oposición tóxica” que pervierte al debate público y parlamentario. Comentarios que se diluyen entre las intervenciones de Feijóo y de Abascal. Si bien el líder de la oposición no ha llegado a transgredir las barreras que ha cruzado el ultraderechista, sí se ha abonado a la teoría de la conspiración.

El líder popular aludía en los primeros compases al caso Koldo de forma un tanto velada, acusando a Sánchez de usar la “política exterior” del Gobierno como una suerte de “cortafuegos” para frenar el alud de titulares sobre la trama de compra de mascarillas. Feijóo cree que el jefe del Ejecutivo “ha perdido el control” y está inmerso en una huida hacia delante para “ganar tiempo y salir del laberinto”, cuestionando su capacidad para “ofrecerse como garantía internacional” de nada.

En este sentido, Feijóo y Abascal se han abonado a la conspiranoia del hackeo a los móviles del presidente y de otros tres ministros. El jefe de filas de los conservadores ha vinculado este suceso con el cambio de postura del Estado con respecto al Sáhara. Idea que recogió el ultraderechista inmediatamente después para resaltar la “sumisión” del Gobierno de Sánchez con Marruecos. “¿Cómo es posible que separatistas y comunistas no exigieran siquiera una rectificación inmediata o le hayan retirado su apoyo? Ellos lo consiguen todo […] Saben que Sánchez no decide esas cosas. No puede darles lo que no tiene”, empaquetaba el dirigente de Vox antes de pasar a las acusaciones de “necrófilo” y de “asaltar tumbas”.

La izquierda pide más

La solución de los dos Estados encuentra amplio consenso en el Congreso de los Diputados, incluyendo un Partido Popular que se ha aferrado a la resolución aprobada por la Cámara Baja en 2014. Sin embargo, desde las fuerzas a la izquierda del Partido Socialista han reclamado más ambición en el plan por la paz del Gobierno de coalición. Especialmente crítico se ha mostrado Gabriel Rufián. El portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ha afeado la ley del embudo que la sociedad occidental aplica con Israel. “¿Qué habría hecho la comunidad internacional si Rusia hubiera matado a 30.000 palestinos? Sancionarlo. ¿Qué ha hecho con Netanyahu? Armarlo”, ha resumido, al tiempo que reclamaba a Sánchez detener el comercio de armas con Israel y liderar una respuesta europea que concluya con el premier israelí ante un tribunal internacional.

Rufián: "¿Qué se habría hecho si Rusia hubiera matado a 30.000 palestinos? Sancionarlo. ¿Qué ha hecho con Netanyahu? Armarlo"

Misma receta que reclaman desde Sumar, al tiempo que se defendía de los reproches de la derecha sobre su “silencio” ante el cambio de postura del Gobierno con respecto al Sáhara. El portavoz del Grupo Plurinacional, Íñigo Errejón, ha subido a la tribuna para exigir la misma receta para Ucrania que para Palestina. “Lo que vale para Ucrania tiene que valer para Palestina. Y lo que vale para Palestina, vale para el Sáhara y en esto no estamos de acuerdo”, ha subrayado. Los magentas urgen a sus socios a que le digan a Israel “basta” ante el “genocidio” en Gaza. Asimismo, reclama la suspensión del compromiso de elevar un 2% el gasto militar en un escenario de presupuestos prorrogados. “Que primen las necesidades del pueblo”, expone.

Especialmente dura se ha mostrado la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. La líder morada ha acusado a Sánchez de compartir la apuesta por la “militarización de la vida y el rearme” con las derechas europeas. La diferencia estriba, según expone, en que “unos lo dicen gritando y dándose golpes en el pecho” y los otros “más bajito”. La líder de la formación ha reivindicado la “España del ‘No a la guerra’”, un país compuesto por una sociedad que “sabe muy bien que más dinero para armas” supone menos inversión para la “educación y la sanidad pública”. “El rearme no frena la guerra, la alimenta, conviene recordarlo cuando suenan los cantos de sirena de Estados Unidos”, ha precisado.

Sánchez ha tranquilizado a sus aliados y garantiza, también ante el conjunto de la ciudadanía, que España no realiza ninguna operación de compra-venta de armas con Israel. El jefe del Ejecutivo admite al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que siente una “frustración enorme” por no poder frenar la escalada del conflicto en Gaza. No obstante, desde el prisma diplomático y de manifestaciones, cree que la sociedad española y catalana se siente identificada con las líneas maestras del Gobierno.

De igual manera se ha pronunciado en su réplica a Errejón, al que ha asegurado que la política exterior española es profundamente “pacifista”, subrayando la ayuda exterior que presta España, aunque afea al portavoz parlamentario de Sumar su “contradicción” al reclamar una Unión Europea autónoma a la par que reclama no invertir más en defensa.

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