Una cosa es lo que se dice en público (sobre todo si estamos en periodo electoral) y otra cosa son los compromisos en privado.

Y Mariano Rajoy, que hace unos días, en una entrevista en el Financial Times, anunciaba “otra rebaja de impuestos” en caso de resultar reelegido, ha prometido a Bruselas nuevos recortes para cumplir con el objetivo del déficit. Y es que España que , recordemos, cerró 2015 con un déficit del 5,1% del PIB, puede ser multada en julio con 2.100 millones de euros por déficit excesivo.

“Querido Jean-Claude”. Así comienza la misiva de Mariano Rajoy a Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, fechada el 5 de mayo, es decir, unos días antes de Bruselas decidiera posponer hasta después de las elecciones del 26J su decisión sobre la multa a España.

Según avanzaba El País en esta carta Rajoy subraya el esfuerzo realizado durante la última legislatura y achaca a las autonomías el desvío presupuestario en 2015 mientras presume de que la Administración central sí cumple el objetivo. Mariano Rajoy le anuncia a Juncker su compromiso de llevar a cabo nuevos recortes en la segunda mitad de 2016 (si es reelegido).

“Conscientes de la necesidad de salir del procedimiento por déficit excesivo cuanto antes, en la segunda mitad del año, una vez haya un nuevo Gobierno, estamos dispuestos a adoptar nuevas medidas, si se requieren, para cumplir con el objetivo”

Mariano Rajoy viene diciendo en público, desde hace semanas, que no hacen falta recortes adicionales más allá del acuerdo de no disponibilidad del gasto para 2016, que supone un ahorro de 4.000 millones entre Administración central y autonomías.

Pero la Comisión Europea pide un “tijeretazo” de más de 8.000 millones entre 2016 y 2017.

El líder del Partido Popular reitera al Presidente de la Comisión Europea la idea del “contexto político complejo” para evitar males mayores y reclama que “se miren todas las actuaciones en los cuatro últimos años” y que “esa valoración no se ciña únicamente al mero ámbito presupuestario”. En caso de una sanción a España “se daría la paradoja de que un país que ha hecho un gran avance en múltiples ámbitos de la política económica pudiera ser el primer país sancionado”. “No sería un buen precedente que se penalizase de igual manera a aquellos países que reforman sus economías que a aquellos que no lo hacen”, señala Rajoy en la carta.