El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha celebrado la resolución del Tribunal Supremo sobre la primera etapa de la trama Gürtel como si de una exoneración se tratase. Pero no existe tal bálsamo de fierabrás. No ha habido salvación alguna. La sentencia del Alto Tribunal no ha hecho sino ratificar la emitida por la Audiencia Nacional que condenó al PP en calidad de partícipe a título lucrativo y especificó que la formación se benefició de 245.492 euros con 80 céntimos.

A través de un comunicado publicado en su cuenta oficial de Twitter, el expresidente ha considerado que la Justicia le ha dado la razón con el tiempo, pues ya en su momento afirmó que “toda la justificación de la moción de censura está construida sobre la base de una enorme manipulación”, haciendo referencia a que no se condenaba a ningún miembro de su Gobierno, a ningún integrante o militante del PP, ni a él mismo.

A su juicio, la sentencia del Supremo recoge que “no puede afirmarse la autoría del PP como autor de delitos de corrupción y prevaricación irregular al no solicitarse su condena en tal sentido y haber sido traído al proceso como partícipe a título lucrativo que presupone que el beneficiario no solo no participó en el delito sino que desconoció su comisión”. En este sentido, ha apuntado que “confío en que esta reparación moral les anime [a cargos y militantes] a seguir trabajando sin desfallecer”.

Nada que celebrar

Rajoy no debería descorchar ninguna botella de champagne. La sentencia del Supremo no difiere en modo alguno con la de la Audiencia Nacional. De hecho, el propio Supremo ha emitido una nota aclaratoria desmintiendo al PP, pues la resolución no tilda de “excesivas” las menciones a la caja B realizadas por la AN.

El Supremo ha ratificado al PP como condenado en calidad de partícipe a título lucrativo. Esto es, que participó de los hechos y, aunque desconocía la trama delictiva, se benefició. Concretamente, la Justicia cifra el lucro en 245.492 euros con 80 céntimos, según la sentencia de la AN ratificada por el Supremo.

El propio juzgado especifica que se benefició “de modo directo y solidario” con Guillermo Ortega, José Luis Peñas, Juan José Moreno, Carmen Rodríguez Quijano, Francisco Correa y Pablo Crespo con un importe total de hasta 133.628 euros con 48 céntimos. A estos más de 133.000 euros habría que sumarle los 111.864,32 “por los gastos referidos a la campaña electoral de las elecciones del 25 de mayo de 2003 de modo directo y solidario con Jesús Sepúlveda”, exalcalde de Pozuelo de Alarcón y exmarido de Ana Mato.

Se avecina tormenta

El argumentario del PP pivota en torno a dos ejes, uno de los cuales ya está roto y el otro pende de un hilo. Los populares esgrimieron durante toda la jornada del miércoles que el Supremo tildaba de “excesivas” las referencias a la caja B en la sentencia de la AN. Sin embargo, el Alto Tribunal ha informado de que “por error”,  esa referencia se incluyó en uno de los titulares de la nota de prensa informativa. “En realidad el fragmento extraído hace mención a la valoración que hace el voto particular sobre esas manifestaciones. En ningún caso la Sala incluye la palabra ‘excesivas’ al valorar los párrafos sobre la caja B”, argumentan. “Pedimos disculpas”, han concluido.

Al PP no le queda sino agarrarse al hecho de que únicamente ha sido condenado como partícipe a título lucrativo. Esto es lo que celebraba Rajoy. Sin embargo, el expresidente ha obviado que la pieza de la Caja B -los Papeles de Bárcenas- aún está por juzgarse y todo apunta a que el PP será condenado.

El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha prorrogado casi un año, hasta el 29 de julio de 2021, el periodo de instrucción de la presunta financiación irregular del partido. El plazo finalizó el 28 de agosto de este año, pero el magistrado se ha valido de la reforma del artículo 324.1 de Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), que establece un nuevo sistema de plazos para la instrucción de los procesos penales.

Quedan muchos flecos aún y bien haría Casado y toda la plana mayor del PP en trabajar en un argumentario más elaborado, pues el actual puede tener fecha de caducidad.