"Es el honor de mi vida aceptar vuestra nominación para vicepresidente de EEUU", le ha dicho Tim Walz a Kamala Harris y Joe Biden este miércoles por la noche en la Convención Nacional Demócrata, una cita que ha aprovechado para dar su 'sí' a la candidatura como número dos de la aspirante a presidenta norteamericana. Esto se produce solo unas semanas después del anuncio de Harris del nombre de su mano derecha en la batalla contra Donald Trump, y desde entonces el tándem ha cosechado muchos aplausos.

Su presentación fue el pasado 6 de agosto, cuando comparecieron por primera vez juntos en un mitin celebrado en Filadelfia, sin embargo, no ha sido hasta este 21 de agosto cuando oficialmente ha aceptado ser su compañero de fórmula y se ha encumbrado como candidato a vicepresidente. Ya ha recibido el visto bueno de los pesos pesados de la formación y, por lo tanto, de la dirección, aunque hasta hace solo unos días era un gran desconocido para el votante estadounidense. Y es que, ¿quién es Tim Walz?

¿Quién es Tim Walz?

La mano derecha de Kamala Harris no es un perfil habitual en el Partido Demócrata. Para empezar, su trayectoria vital y profesional no se parece en nada a los que precede. Un ejemplo de ello es que el actual gobernador de Minnesota es el primer candidato que no ha estudiado Derecho desde Jimmy Carter y su bandera es la vida rural que ha llevado hasta su salto a la política. Además, ha experimentando sendos giros argumentales en sus posturas políticas al respecto de muchos temas, como las armas o ante el movimiento Black Lives Matter.

En cuanto a sus orígenes, Walz nació en el año 1964 en Nebraska, donde se crió en una comunidad rural en una familia católica de ascendencia irlandesa, sueca y alemana. Su madre era ama de casa y su padre profesor y veterano de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Este punto ha sido uno de los que más ha querido explotar para la actual campaña, la del origen humilde frente a un "multimillonario" Donald Trump. El ahora candidato a vicepresidente quiso seguir sus pasos y, de hecho, al cumplir los 17 años se alistó en la Guardia Nacional.

Durante unos años compaginó su puesto militar con sus estudios universitarios. Se graduó en Ciencias Sociales en 1989 y comenzó a trabajar como profesor de geografía. Años más tarde se casó y se trasladó a un instituto de Minnesota, el estado natal de su mujer, y allí se encargó del comedor escolar y fue entrenador del equipo de fútbol americano, dos papeles que ahora le están dando rédito. Todo ello sin abandonar la Guardia Nacional. 

Walz se retiró de la Guardia nacional en 2005, cuando era sargento mayor tras 24 años de servicio. Fue entonces cuando dio el salto a la política y se presentó como candidato demócrata a la Cámara de Representantes por Minnesota, una circunscripción de rasgo rural y predominantemente republicana. Ante esta coyuntura, Walz buscó presentarse en la campaña como un demócrata moderado y se centró en las críticas a los recortes fiscales a las grandes empresas y en su oposición a la guerra de Irak.

Esto surgió efecto y en 2006 Walz venció a su rival republicano -tras doce años en el cargo-, con un 53% de los votos. Ya en 2008, volvió a ganar con un 62% de los sufragios, convirtiéndose de esta forma en el segundo representante del distrito que no era del Partido Republicano en salir reelegido. Su victoria se fue reeditando en los siguientes comicios de 2010, 2012 y 2014, aunque cada vez con menos margen con respecto al Partido Republicano, en pleno auge.

Un giro en sus posturas políticas

En este momento comenzó a virar en sus posiciones políticas. Por aquel entonces sus posturas era tildadas de centro izquierda, aunque tenía opiniones algo distintas en asuntos como las armas. Era un firma defensor del derecho a portar armas e incluso recibió el apoyo explícito de la Asociación Nacional del Rifle. Cabe destacar que es cazador aficionado. Sin embargo, todo cambió con el tiroteo en la escuela de Parkland, Miami, en 2018. Como gobernador impulsó algunas medidas para restringir la posesión de armas en el estado de Minnesota.

En estos años comenzó el ascenso de Trump, al que ahora se enfrentará como número dos de Kamala Harris. En las elecciones de 2016, el candidato republicano logró imponerse a Hillary Clinton precisamente en el  distrito liderado por Walz por más de 15 puntos. La derechización del estado era más que evidente, por lo que decidió echarse a un lado y renunciar a la reelección en las primarias del Partido Demócrata de 2018, pero finalmente ganó a sus rivales. Y así sucedió en los años siguientes.

Su perfil político se ha afianzado especialmente en su segundo mandato como gobernador. Allí ha logrado impulsar un gran paquete de leyes sociales que le han llevado a erigirse como defensor de la clase trabajadora. Por ejemplo, ha prohibido las terapias de conversión para el colectivo LGTBIQ+, ha desarrollado el derecho al aborto, la legalización de la marihuana con fines recreativos, la gratuidad del comedor escolar y las matrículas universitarias para clases bajas o los permisos y bajas por enfermedad remunerados.

"De eso se trata todo esto. La responsabilidad que tenemos con nuestros hijos, con los demás y con el futuro que estamos construyendo juntos, en el que todos son libres de construir el tipo de vida que quieren. Y sabemos que si estos tipos vuelven a la Casa Blanca empezarán a aumentar los costes para la clase media, derogarán la ley de atención médica, destriparán la Seguridad Social y prohibirán el aborto en todo el país", ha sostenido este miércoles en su intervención en la Convención, donde han estado los Obama.

Esto se contrapone a su papel como congresista, cuando ha votado de manera más conservadora que la mayoría de los demócratas en la Cámara de Representantes hasta el punto de ser considerado por el Congreso como el duodécimo representante demócrata más conservador. Y es que ha tenido excepciones en su progresismo muy sonadas, como el despliegue de la Guardia Nacional para sofocar las protestas tras el asesinato de George Floyd en el movimiento Black Lives Matter. Esto le valió el aplauso de Trump.

Cabe señalar que Walz fue uno de los únicos demócratas que votó a favor de los recortes de impuestos de George Bush en 2012. Pero ahora, más de dos lustros después, el candidato a vicepresidente ha sido arropado por el partido y por los votantes, dando incluso viralidad a la formación al llamar "raros" a Trump y a JD Vance -su homólogo en las elecciones-. La frase "These guys are just weird" se ha convertido casi en un lema para los demócratas, especialmente en las redes sociales.