Las negociaciones por la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) encaran, tras varios meses de letargo, su recta final. PSOE y PP avanzan con movimientos medidos y conscientes de que hay innumerables variables que podrían derrumbar lo construido, pero todo apunta a que antes de este jueves se anunciará un frágil acuerdo que los populares parecen empeñados en desbaratar.

Según avanza Carlos E. Cué en El País, el objetivo de ambas formaciones es lograr un acuerdo bloque para la renovación de parte del Consejo de RTVE, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y el defensor del Pueblo.

Este jueves el Congreso vota la renovación de la radiotelevisión pública y, en consecuencia, el pacto debería anunciarse con anterioridad. El PP, en este punto, podría quedarse fuera.

Se eligen a seis de los 12 miembros y se requiere el apoyo de dos tercios de la Cámara Baja en primera votación, pero pasados 15 días, tan solo mayoría absoluta y el voto de cinco grupos parlamentarios distintos, por lo que si opta por el bloqueo inicial, PSOE y Unidas Podemos podrían recurrir a otras fuerzas y no habría bloqueo alguno.

Con respecto al CGPJ, y según la información publicada en el citado medio, el acuerdo es inminente pero frágil.

Es cierto que los morados están “al margen” de las negociaciones, pues las comandan el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea. No obstante, éste último patinó con las declaraciones realizadas este lunes.

Egea alardeó de que Pedro Sánchez había “aceptado” la condición de Pablo Casado y de apartar a Pablo Iglesias, al tiempo que vetó las designaciones moradas. Tanto los socialistas como Unidas Podemos lo desmintieron. Bolaños negocia en nombre del Gobierno de coalición, por lo que una cosa es que no participen de las conversaciones y otra muy distinta que sus elegidos no logren plaza en el CGPJ.

Por parte de Podemos, se valoran los nombres de José Ricardo de Prada, juez decisivo en la sentencia Gürtel; y la exdiputado Vicky Rosell.

Aquí es donde el PP pisa terreno pantanoso. En el pasado, hasta partidos como IU y los nacionalistas consiguieron introducir sus nombres. No tendría sentido alguno, por tanto, que los morados no incluyan los suyos y, en esta ocasión, deberían ser dos de los 20 vocales.

Históricamente, se respetan las propuestas de los otros grupos y no hay vetos a nombres una vez trabajadas las cuotas. Esta premisa es la que el PP amenaza con saltarse y dinamitaría no solo el pacto con el PSOE, sino que tumbaría un fuero de décadas.