Concha Andreu y Raquel Romero han retomado las negociaciones este lunes con el fin de potenciar un Gobierno de cambio en La Rioja que permita a la socialista ser finalmente investida presidenta de la comunidad foral. Tras unas semanas de descanso después de que Romero impidiese que la aritmética fuera favorable a los intereses de la izquierda, sendos grupos han vuelto a reunirse y buscan la forma de acabar con el bloque institucional del parlamento riojano.

Fue el pasado jueves 18 de julio cuando la líder morada encendía todas las alarmas dando un sonoro portazo a las aspiraciones de su homóloga. Además, la situación se agravaba más si cabe teniendo en cuenta que la siguiente semana tenía lugar la Sesión de Investidura (finalmente fallida) del candidato socialista Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.

Las relaciones entre Unidas Podemos y el PSOE volvían a enquistarse. La situación autonómica, un símil exacto de lo que pasaría poco después en la Cámara Baja. Hasta el último momento hubo reuniones, conversaciones y ofertas. Sin embargo, mientras los morados pedían más responsabilidades, desde Ferraz se observaba con incredulidad el revés parlamentario al que serían sometidos.

La decisión de Raquel Romero no fue bien recibida. Teniendo en cuenta que la derecha ha hecho de La Rioja un auténtico feudo de sus intereses particulares, con 24 años de Gobierno ininterrumpido, muchos votantes de izquierdas no daban crédito a que Unidas Podemos, con una sola diputada regional, imprimiese una beligerancia tan marcada impidiendo el cambio autonómico.

Sus propias bases, que no la eligieron en Primarias por falta de tiempo, reprocharon a Romero su “vergonzoso espectáculo circense”. “Pedimos al equipo técnico que replantee su postura y su estrategia, apoye el primer gobierno de progreso de los últimos 25 años en La Rioja y nos podamos sentir orgullosos de nuestros representantes”, sentenciaron.

Llegados a este punto, y prácticamente un mes después de la primera votación, las dos fuerzas llamadas a entenderse vuelven a emprender las negociaciones con el tiempo apretando y la repetición electoral en el horizonte. Concha Andreu, que ya llamó a la concordia desde la tribuna de oradores en el debate de investidura, afirma que no hará declaraciones hasta que el acuerdo esté avanzado.