El emotivo testimonio de víctimas del franquismo ha soliviantado los ánimos de quienes azuzan el juicio contra Garzón, y en medios como Libertad Digital no han dudado en frivolizar con el dolor de esas personas. Más lejos ha ido un antiguo colaborador de aquella casa, el pseudohistoriador Pío Moa, quien desde su blog en Intereconomía ha cruzado todas las líneas rojas a la hora de arremeter contra quienes acudieron a testificar, a las que llega a comparar con terroristas. Pone asimismo en duda la inocencia de las víctimas de la violencia franquista.

"O está mal psíquicamente o no es fiable"
Moa habla de "estafa de Garzón" y asegura que los "falsos testimonios en la 'memoria histórica' están a la orden del día" y que "un testigo que expresa tan alta emocionalidad por sucesos ocurridos hace setenta años, o está bastante mal psíquicamente, o no es fiable de entrada". "Hay algo de obsceno en ello, máxime teniendo en cuenta las tremendas crueldades de su bando", asegura. Conviene recordar que los testigos narraban por ejemplo como ejecutaron con ensañamiento a sus seres queridos.

Obligados a demostrar su inocencia
"Estos testigos, no debe olvidarse, cobran considerables 'indemnizaciones' (como los familiares de etarras) -que también podrían considerarse sobornos-, como supuestos familiares de víctimas", acusa con un paralalismo nada casual. Durante el juicio, el abogado de Manos Limpias preguntó  a todos los testigos si habían recibido subvenciones públicas o privadas y la respuesta fue negativa, solo el representante de la asociación Ponteareas matizó que recibieron una vez una ayuda pero no para la investigación sobre desaparecidos.

El pseudohistoriador insite: "Otra falsificación político-histórica es la de presentar a aquellas víctimas como inocentes o defensoras de la democracia. Lo segundo es radicalmente falso, y lo primero tendría que demostrarse antes de dar curso a sus declaraciones".

Llama a la reacción contra la "miserable izquierda"
Moa defiende que si los ejecutores están muertos "un juez no puede hacer nada al respecto" y se trata de "un asunto para los historiadores", e insiste además en "la anulación de responsabilidades decretada por el propio franquismo, la amnistía de la democracia y la prescripción de los delitos". El pseudohistoriador iniste en que en todo caso habría que procesar a Carrillo y acaba con todo un llamamiento con ecos de infausto recuerdo para España: "Si la miserable izquierda que padecemos es capaz de lanzar enormes campañas de este estilo, solo unas contracampañas de la misma envergadura conseguirán aclarar a la opinión pública y dar su merecido político a los estafadores y envenenadores. Por desgracia, la reacción es mínima todavía".