La extremada violencia verbal empleada por cada vez más dirigentes o voceros del separatismo catalán se supera día a día. Por desgracia, claro está. Laura Borràs, cabeza de lista de la candidatura de JxCat al Congreso, considera que el incendio de contenedores no es un violencia. Míriam Nogueras, que también repite como candidata de JxCat a diputada al Congreso, trata a sus oponentes o adversarios políticos de “ratas”. Me parece que Nogueras no lleva razón, como tampoco la tiene Borràs. No obstante, lo que sí me parece innegable es que en Cataluña, y muy en especial en su capital, la ciudad de Barcelona, padecemos una auténtica epidemia de peste. ¿Causada quizá por esas “ratas” de las que habla Míriam Nogueras? ¿No serán otras las “ratas” causantes de esta peste? ¿Esos curiosos incendios de contenedores “no violentos” a los que alude Laura Borràs tienen como objetivo acabar con la peste causada por las ratas? Mucho me temo que no, sino que todos estos incendios no hacen ni harán nada más que extender una epidemia de peste que puede acabar con una terrible mortaldad.

Mientras gran parte de la ciudadanía de España entera sieguía con atención el único gran debate electoral entre Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal, las calles de Barcelona volvían a arder. El motivo, la causa, o con mayor precisión la excusa de estos nuevos incendios, de este nuevo caos ciudadano -dos de las principales avenidas barcelonesas, la Gran Via y la Diagonal- fue, en este caso concreto, la presencia en la capital catalana del rey Felipe y la princesa de Girona, con motivo del décimo acto de entrega de los premios que anualmente concede la fundación privada que lleva el nombre de la heredera de la corona de España.

No, todo esto no debe ser violencia, según Laura Borràs. No, no debe serlo porque lo que quemaron algunos centenares de separatistas en la barcelonesa avenida de la Diagonal son fotos del jefe del Estado español, el rey Felipe VI, así como ejemplares de la Constitución democrática y todo tipo de objetos, y al fin y al cabo todo ello no son más que “ratas”, ¿verdad, Míriam Nogueras? Pero resulta que las ratas expanden la peste, como tan bien explicaba el gran escritor que fue Albert Camus en “La peste”, aquella gran novela escrita hace ya más de setenta años -fue publicada en 1947-, y es evidente que esta peste actual asola no solo a la ciudad de Barcelona sino también, por desgracia, al conjunto de la sociedad catalana. No solo en Barcelona, también en las otras tres capitales provinciales de Cataluña -en Girona, en Lleida y en Tarragona-, porque el separatismo catalán ha sido incapaz de imponer su propio discurso, su propio relato, con un menosprecio absoluto para la mayoría de su propia ciudadanía, ninguneada por completo desde el mismo gobierno de la Generalitat.

Mientras seguía con gran atención el debate electoral entre los cinco candidatos a la Presidencia del Gobierno de España, contemplaba, una vez más, cómo ardía mi ciudad, Barcelona, cómo ardía mi país, Cataluña, cómo la peste se expandía sin límite a causa de esas ratas que nada tienen que ver con  las que alude Míriam Nogueras. Son sus propias ratas, las suyas y las de Laura Borràs, las que extienden la peste. En Barcelona, en el conjunto de Cataluña y en el resto de España. Si el 10-N no lo impedimos con un voto contundente y muy claro a favor del Estado social y democrático de derecho, a favor de una respuesta firme y equilibrada a toda clase de ataques a la convivencia pacífica, libre y ordenada, en Barcelona, en toda Cataluña y en el conjunto de España.