En las últimas horas y con motivo de la práctica desaparición de los partidos nacionales de derechas en el País Vasco se ha confabulado con una posible alianza electoral. El propio Santiago Abascal reconoció que la fórmula tendría sentido, pero desechó la idea a corto plazo puesto que las diferencias que les separan, según el líder de Vox, habría que pulirlas.

No obstante, el Partido Popular Vasco ha dado portazo a esta opción sin siquiera evaluarla. A través de un tuit en su cuenta oficial de Twitter, la formación ha asegurado que “jamás compartiremos proyecto con un partido contrario a la Constitución y cuya propuesta para el futuro de España es retrasar los relojes cuarenta años”. “España necesita sensatez, moderación y convivencia”, concluyen.

Cabe recordar que Alfonso Alonso, presidente del PP Vasco, es uno de los barones más críticos con el giro aznarista y de tintes abascalianos que emprendió Pablo Casado y que, ahora, parece haber abandonado.

Durante una comida que tuvo lugar tras las elecciones autonómicas y municipales, Alonso se enfrentó a Casado junto a Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno Bonilla e Isabel Bonig. Todos ellos atribuyeron la mejora de los resultados con respecto al 28A al giro centrista que emprendieron los barones.

El presidente del Partido Popular desautorizó las declaraciones de los líderes que presumieron de su estrategia. Casado consideró acertada la estrategia del 28A y acertada también la del 26M, al tiempo que negó la existencia de ningún viraje ideológico: “Niego la mayor. El PP sigue donde ha estado siempre. No ha habido tal giro al centro”, sentenció.

Estas palabras terminaron por calentar la temperatura y, en el almuerzo Alonso, Feijóo, Moreno Bonilla, Bonig fueron los portavoces de los críticos.

Según cuentan varios medios de comunicación, el que más entró en el cuerpo a cuerpo con Casado fue Feijóo. El presidente gallego llegó a decirle que si no entendía lo que había pasado es que no entendía nada. Explicó que la derechización no es una cuestión ideológica sino de percepciones, la imagen que transmitía el partido era “que nos habíamos derechizado”. De hecho, Feijóo argumentó que cualquier otra hipótesis invita a pensar que la cosecha de mejores resultados se debe a que los candidatos municipales eran mejores que el candidato a la presidencia del Gobierno. Es decir, mejores que el propio Casado.

El líder popular aguantó el tipo, pero le salió otro frente: el presidente de la Junta de Andalucía. Casado llegó a reprocharle que había hecho más daño al partido la fotografía con Vox en Andalucía que la de Colón; a lo que Moreno Bonilla le replicó que a él nadie le ve como “un facha” porque no había perdido su personalidad

Una diputada

El recuento del CERA (Centro Electoral de los Residentes Ausentes) ha otorgado un diputado al PP en detrimento del PNV. La joven Beatriz Fanjul entrará al Congreso representando a la circunscripción de Vizcaya.

Este escaño es el único que las derechas nacionales han conseguido cosechar en el País Vasco. Las elecciones las ganó el PNV con seis diputados (tras restar a su bancada el acta de Fanjul); seguido del PSE-EE (PSOE). EH Bildu completa el podio con el mismo número de escaños que los socialistas, cuatro, y Podemos sumó tres. Vox se quedó en menos del 3% de los votos y Ciudadanos a duras penas llegó al 1%.

Con las derechas desaparecidas del tablero vasco, la entrada de Fanjul es toda una victoria para los populares.