El presidente de Castilla – La Mancha, Emiliano García-Page, ha vuelto a posicionarse en contra del acuerdo con los nacionalistas catalanes y ha cargado contra la figura del verificador internacional elegido para supervisar las negociaciones entre el PSOE y Junts per Catalunya, al que ha calificado de “parodia”. El líder autonómico ya cargó este domingo, en el programa de Salvados, contra política de pactos desarrollada por Pedro Sánchez para ser investido, llegando a decir que él habría renunciado al acta de diputado para no tener que aceptar la disciplina de partido.

"Todas las administraciones e instituciones del Estado tienen que dejar claro de antemano que no nos vincula y no nos sentimos, como instituciones, representadas ni dependientes de lo que un embajador del extranjero, por muy respetable que sea, pueda opinar, decir, sugerir o proponer", ha justificado su posición García-Page. El líder autonómico se ha pronunciado con dureza en el discurso pronunciado desde las Cortes de Castilla – La Mancha con motivo de la conmemoración de la Constitución Española. "Ningún país" puede permitir que "unos poquitos" terminen decidiendo por la "inmensa mayoría", ha instado.

El proceder seguido en favor de la “concordia”, según se justifica desde la dirección del PSOE, no es aceptable para el presidente regional, que ha asegurado que "nos somete a un problema de incertidumbre, a un riesgo que lleva a que incluso en España se puedan divisar parodias que yo personalmente no terminaré de entender nunca, como la de contar con intermediarios internacionales". Sus palabras, ha querido puntualizar, son referidas a la figura en sí, no ha un disgusto personal con Francisco Galindo, el verificador elegido.

Con "todo el respeto" al diplomático, ha introducido, le ha garantiza ni el ni la comunidad que representa se sienten "bajo ningún concepto vinculados". "Que le quede claro a él y le quede claro a todo el mundo", ha añadido. No obstante, García-Page no se ha quedado ahí y ha continuado ahondando en su posición contraria.

"Está muy bien que cada uno parodie la vida política como quiera, pero desde luego yo no me siento bajo ningún concepto vinculado ni representado y bajo ningún concepto entiendo que los derechos de los ciudadanos de mi tierra se puedan ver sometidos a la consideración de nadie que no sea la Constitución y las instituciones que de ella emanan", ha proseguido.

En este sentido, y como adelantaba el domingo, ha asegurado que si la intención de la negociación es decidir sobre los derechos de todo el país, él estará en frente desarrollando las acciones constitucionales “necesarias y oportunas” para frenar lo que considera una vulneración de los derechos de los ciudadanos de la región realizando eventuales referéndum, "sabiendo que ninguno vale".

García-Page ha concluido que ni al mediador ni a "otros" que están actualmente en el debate político del país les han explicado que el relato del que parte "esta representación" es un relato "falso" y no puede haber "nunca" una solución a ningún problema "si no hay una verdad por delante y un diagnóstico cierto". "Esta es la realidad", ha zanjado.

Polémica entrevista

Estas declaraciones del presidente vienen precedidas de la polémica emisión de su entrevista en Salvados. En su encuentro con ciudadanos de diferente procedencia e ideología, el manchego cargó contra los “cambios de opinión” de Pedro Sánchez, apuntando que "es más honesto con la gente reconocer que se necesitan los votos y que donde he dicho digo, digo Diego". La forma de justificar la amnistía es lo que más molesta a García-Page, que criticó la necesidad de los votos como único justificante de la decisión.

"No es lo mismo si la mayoría absoluta del PSOE hubiera planteado una amnistía a que la amnistía sea consecuencia, con una dosis para mí de baja moral por las peticiones de los independentistas, de chantaje y amenaza; no es lo mismo querer perdonar, a que la amnistía la firmen y aprueben y la firmen los mismos que son amnistiados", apuntaba frente a la mirada de sus contertulios.

 No obstante, reiteró que nunca motivará ni defenderá comportamientos tránsfugas y aseguró que tenía claro que estos no se producirían en el momento de la votación de la investidura. "Conozco muy bien a los compañeros. Un diputado cuando discrepa de una opinión puede hacerlo, pero si en el grupo se decide una posición por mayoría hay que aceptarla", subrayaba. Si bien, el que es uno de los pocos líderes autonómicos socialistas confesó que el habría dejado su acta para no tener que aceptar la disciplina de partido. "Seguramente hubiera abandonado", confesó.